Capítulo 82.

936 73 2
                                    

Anneliese

Por todos los Dioses, estoy que no puedo moverme. Aún no ha amanecido y no puedo dormir. Zack está roncando tanto que parece que me va a tragar, y me molesta, últimamente me irrito con mucha facilidad. Estoy muy sensible y de mal humor, las hormonas me tienen loca.

32 semanas de embarazo y tengo una barriga enorme, no puedo dormir boca abajo y me hace falta estar así. Si me tumbo boca arriba me quedo sin aire y de lado se me duermen las piernas. Ya no sé cómo ponerme.

Sin querer comienzo a llorar, estoy cansada, tengo hambre y Zack ronca mucho.

—Cariño, ¿qué ocurre? — pregunta adormilado y lo fulmino con la mirada.

—Estás roncando mucho y no puedo dormir — lloro a moco tendido y se sienta en la cama para llevarme a su regazo — Tengo hambre.

Sollozo y noto como limpia mis lágrimas.

—Voy a por comida, tranquila — me da un beso en la frente antes de irse.

Me levanto para ir al baño y cuando salgo veo a Zack sentado con algunas frutas y galletas. Me siento a su lado y comienzo a comer callada mirando el suelo.

—Lo siento.

—Es normal que estés así, tus hormonas están descontroladas y Astrid ya nos avisó sobre esto — deja un beso en mi sien y siento otra vez las ganas de llorar — llora si quieres, cariño, pero tienes que descansar y dormir mejor.

Asiento y me tumbo a su lado cuando termino de comer. Paso una pierna por las suyas dejando mi cabeza en su brazo mientras él deja su mano en mi barriga y poco a poco el sueño me gana.

****

Quedan cinco días para mi cumpleaños y aún no me creo que hace menos de un año mi relación con Zack comenzó. Ha sido el mejor año de mi vida y pronto nacerá mi bebé. Estoy muy feliz por eso y Zack está ansioso por conocerla.

El timbre suena y me levanto del sofá para abrir ya que Zack está arriba buscando el portátil.

—Hola, chicas — me hago a un lado para que puedan pasar y entran con un montón de bolsas.

—Pronto nacerá la bebé y hay que estar preparadas — dice Kath y me fijo en algo que tiene en el cuello.

Dioses. Mi hermano la ha marcado.

Carraspeo y ella me mira esperando a que hable.

—¿Estás bien? — pregunta mirando mi barriga que sobresale del pijama.

—Sí, pero te olvidas de contarnos algo — señalo su cuello y las demás se giran a mirar.

—Oh — murmura An.

—Por todos los Dioses — susurra Adha.

Kath se pone roja mirándonos con los ojos muy abiertos.

—Pasó, no me pidáis detalles, por favor.

—Tranquila — levanto las manos y me siento en el sofá.

Estamos hablando sobre qué hacer el día de mi cumpleaños. Creo que lo vamos a celebrar aquí en casa, no tengo muchas ganas de hacer nada y pronto comenzarán los estudios. Estoy deseando comenzar mi nueva etapa, saber más sobre la moda y las telas. Tengo un cuaderno lleno de diseños que quiero hacer.

Odette está inquieta, no deja de moverse. Ya tengo ganas de tenerla en mis brazos y aún quedan unas cuantas semanas. Ethan está como loco comprando de todo, me ha mostrado cinco diseños de castillos, no sabe cual elegir y ya no sé que hacer. Me está volviendo loca con tantas cosas, no se donde piensa poner el castillo, en el jardín no va a poder, ya que Ethan no quiere un castillo cualquiera.

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora