Capítulo 48.

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Anneliese

Esta noche es la cena de Navidad. Estamos a 24 de diciembre y aún no sé que ponerme.

En ese momento sale mi hombre de la ducha con una toalla en su cintura y me quedo embobada.

—¿Aún no estás vestida? — pregunta con una sonrisa burlona y niego.

Estoy en ropa interior y él pasea la vista por mi cuerpo.

—No se que ponerme — me siento frustrada, estoy indecisa y no se si ponerme el vestido rojo o una falda con un jersey.

Zack se dirige al vestidor sin decir una palabra. Vaya... no sabía que le importaba tan poco.

—Eres muy dramática — se queja mi loba.

—Se supone que somos una, debes entenderme.

A los minutos sale Zack con el vestido rojo que me compré ayer y lo deja en la cama con cuidado para que no se arruge junto a unos tacones negros.

—Eso te vas a poner — habla mirándome con los brazos cruzados.

—¿Ahora va a elegir qué ropa me pongo, señor Knight?

—No juegues con mi paciencia, cariño — gruñe cerrando los ojos — aún quiero ponerte el culo rojo por lo que hiciste.

Suelto una risita mientras me levanto y me pongo frente a él, dejando un beso en su barbilla y me doy la vuelta para coger el vestido. Aprovecho para inclinarme y rozar su duro miembro con mi trasero. Él deja sus manos en mis caderas y sujeta con fuerza.

—Oh, lo siento mi amor, solo quería coger el vestido — le doy una sonrisa inocente y estrella su mano en mi nalga derecha — ¡Dioses! — grito pasando mi mano para calmar el picor.

—La próxima será más fuerte, cariño — responde dejando un beso en mis labios y suspiro.

Esta noche se va a acordar de esto. Lo voy a dejar con las ganas.

—Ya...

—Cállate — le digo a Freya que siempre está en mi contra.

El cabello lo tengo listo al igual que el maquillaje. Zack me ayuda a subir el cierre y me pone los tacones, diciendo que quiere consentirme.

Se da la vuelta para ir al vestidor y salir con un traje negro a medida que recogió ayer. Diosa, se ve tan delicioso ahí metido. Me dan ganas de encerrarlo en la habitación con llave y que nadie vea lo que me pertenece. Le ayudo con la corbata y salimos juntos agarrados de la mano hasta el auto.

Como todos los años, la familia nos reunimos para cenar. Estoy deseando ver al pequeño Valentino, hace días que no lo veo.

Cuando llegamos ya se escucha el alboroto de todos, el primero que me ve es mi hermano y viene hacia mí con una sonrisa.

—Estás hermosa — dice dejando un beso en mi frente y me abraza.

—Y tú estás muy guapo — le susurro — Kath no deja de mirarte.

Sonríe con arrogancia y vamos al salón.

—Aquí está la princesa que faltaba — habla mi tío Andreus y saludo a todos hasta llegar a mi madre.

También lleva un vestido rojo. Hay una foto de mi primera Navidad que vamos vestidas y iguales, y mi hermano igual que mi padre. Acaricio su vientre y dejo un beso antes de buscar al pequeño Valentino.

Él ya me está mirando cuando lo encuentro y hace pompas con su boca mientras sonríe, me acerco y mi tía me lo da.

—Aquí estás — digo pasando mi dedo por su ceja y se ríe — eres un bebé muy bonito.

SempiternoWhere stories live. Discover now