Capítulo 43.

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Anneliese

Es lunes y estamos todos reunidos en el salón con mi padre.

—Vamos, tío Kenzo — Adha le hace ojitos —. Déjanos ir de viaje. Solo unos días.

Veo como mamá oculta la risa.

—Por favor, papá — le hago ojitos igual —. No iremos solas. Todos vamos a estar juntos.

Papá nos mira muy atentos, pero veo como intenta reprimir la sonrisa.

—¿Cuántos días os vais? — nos pregunta muy serio.

—Los que tú nos dejes — responde Adha y asiento.

Se cruza de brazos mirando a los demás. Ethan suspira estirando los brazos para pasarlo por los hombros de Kath.

—En la cena tenéis que estar.

—Mejor di que no quieres estar sin nosotras, tío — le dice Adha con burla poniendo los ojos en blanco.

En ese momento suena el teléfono de Kath y ella responde.

—Sí, estoy aquí — la escucho decir —. Oh, por la Diosa.

Se levanta de un salto mirándonos con una sonrisa enorme.

—Mamá se ha puesto de parto — nos informa y mi madre sonríe.

—Ya era hora — se levanta también.

Otro bebé. Tendremos un miembro más en la familia. Mi tía Sara estaba por cumplir estos días.

—Podemos dejar las vacaciones para la próxima vez — dice An —. No creo que Kath quiera irse ahora.

—No, pero no os podéis quedar aquí...

—Yo me quedo — dice Ethan.

Prefiero estar en familia que tener unas vacaciones lejos. Ese bebé va a estar muy mimado.

Siento la mirada de mi hombre y asiente con la cabeza.

—Nos quedamos — le digo a Kath y ella me abraza.

—Venga, vámonos — Mamá nos mete prisa para que salgamos a nuestros coches —. Podéis iros de vacaciones todo el verano.

—¿¡Qué!? — grita papá y me río.

—Ya has escuchado a mamá, este verano me voy — le digo antes de salir corriendo al coche de Zack.

—Una torre te voy a hacer, Anneliese — responde señalándome con su dedo.

Nos montamos en los coches y vamos directos a la clínica.

—Podemos tener unos días en la ciudad, para que Katherine no esté lejos de su nuevo hermano — propone Zack.

—Suena bien — respondo.

Kath no va a alejarse de su madre ahora y nosotras no nos vamos a ir si falta alguna. O todas, o nada. Así somos.

Las vacaciones pueden esperar y nos podemos ir en verano. Al llegar a la clínica nos quedamos en la sala de espera.

—¿Estás nerviosa por conocer a tu nuevo hermanito? — le pregunta Adha y noto nervios en su voz.

—Sí — responde Kath un poco ansiosa —, espero que mamá no sufra mucho.

—Todo irá bien, cariño — la anima mamá dejando un beso en su cabeza.

Pasan las horas y bajamos al restaurante para comer algo. Las tripas me gruñen.

La mesa se llena con la comida de todos. Yo he pedido carne al horno con patatas. Muchas patatas.

SempiternoWhere stories live. Discover now