Capítulo 9.

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Zack

Estoy en mi habitación porque papi se ha ido a entrenar y yo aún soy pequeño, por eso me he quedado con mi mami, aunque ella está viendo la televisión y ha dicho que no la puedo molestar.

Yo soy un niño bueno, por eso me he venido a jugar aquí y no hacer ruido pero ya han pasado bastantes horas y tengo mucha hambre.

—Mami.

Me mira mientras se está tomando algo que huele un poco fuerte.

—¿Qué quieres?

—Tengo un poquito de hambe.

—Te dije que no me molestes, no me interesa. Ve a la cocina y come lo que quieras.

No entiendo por qué me habla así, pero le hago caso porque no quiero enfadar a mi mami.

Agarro unas galletas con chocolate, esas me gustan mucho y papi siempre me las da, así que me voy a mi habitación para no molestar. A los minutos siento a mami que abre la puerta y viene hacia mí.

—¡Esas galletas no, inútil!

Me da un golpe en mi cara quitándome las galletas. Me duele mucho y papi no está aquí. Lloro mucho, pero no grito. Si lo hago será peor, a ella no le gusta.

—¿Cuántas veces te he dicho que no te comas mis galletas?

Me toma del cabello y mueve mi cabeza haciendo que mi cuello me duela mucho.

—Lo siento...

Me suelta y caigo al suelo.

Me levanto de un salto con el cuerpo lleno de sudor. Joder, otra vez lo mismo con esa mujer.

Siempre me levanto a la misma hora. Son las cuatro y estoy en casa de mi padre. Me quedo mirando el techo intentando tranquilizar mi respiración, esa mujer me hizo vivir un infierno.

—Tranquilo, ya no está con nosotros.

—Lo sé, Sirius, lo sé, pero no que hacer para sacar esos recuerdos.

Me levanto para ir al baño a darme otra ducha, ya que al llegar me tuve que quitar la sangre de esos desgraciados. Quieren a mi Anne y no lo voy a permitir. Recuerdo que al llegar a la laguna la ví, llena de sangre y temblando. El pánico era evidente en sus ojos al ver que había matado a dos hombres.

Mi teléfono suena cuando salgo de la ducha y me pongo ropa de entrenamiento, necesito sacar la energía que tengo aunque solo haya dormido cuatro horas. Suena de nuevo pero no me molesto en mirar, seguro será una notificación de Instagram o algo.

Conecto el Bluetooth subiendo el volumen al cien, pero vuelve a sonar y veo que es un mensaje de Ethan. El cabrón tampoco puede dormir mucho.

Ethan: Dónde estás?

Ethan: Responde, cabrón, sé que estás despierto.

Zack: Saliendo de casa, te veo en la tuya.

Salgo sin hacer ruido, ya que no quiero despertar a mi padre.

Me estiro antes de empezar a trotar dirección a la casa de mi madre. No hay nadie en la calle, es normal, deberíamos estar durmiendo, pero esa desgraciada siempre aparece para arruinar mi sueño.

Llego en diez minutos y veo a Ethan sentado con los brazos detrás de la cabeza.

—¿Te vas a dormir o qué?

SempiternoWhere stories live. Discover now