Capítulo 69.

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Adhara

—¿Sigues enfadada? — me pregunta Luca en un susurro.

Estamos en casa de Anni y Zack, nos acabamos de enterar de que va a tener una hermosa niña llamada Odette, un nombre hermoso debo decir. Todos estábamos ansiosos por saber, va a ser una niña muy mimada por la familia, ni hablar de Ethan, que ya está hablando sobre hacerle un castillo y comprarle coronas. Y Ethan siempre habla enserio.

¿Cómo voy a seguir enfadada con Luca? No puedo, él es tan bueno, tan amable y tan... tan todo. Tengo que reprimir el suspiro que amenaza con salir si no quiero que los demás lo oigan.

Hace unos días tuvimos una discusión, fue culpa de los dos porque yo entendí mal al escuchar a Luca que no me explicó bien las cosas. Estábamos en la laguna haciendo un pequeño picnic los dos solos, como una especie de cita, ya que nos estamos conociendo y nos hemos dado una oportunidad.

—¿Y dónde trabajas?

—En un club de la ciudad, no es nada importante. Sólo para ganar algo más de dinero.

—Eso está muy bien, pero me gustaría saber. Anda, dime — le hago ojitos y él sonríe.

—Es un club de citas, donde puedes tener encuentros con quien sea pasar horas en una habitación con esa persona o hacer lo que quieras. También puedes observar a los demás o solo puedes tomarte unas copas.

—¿Qué? — pregunto un poco aturdida, no estoy entendiendo bien.

—Eso. Es un club de citas.

—Pero... — Él está conmigo, no debe de tener otras citas.

Esto no me gusta, por eso comienzo a recoger mis cosas para irme. No pienso estar con alguien que esté con varias a la vez, no me gusta ese tipo de relación, las respeto, pero no son lo mío. De hecho, me encanta leer el poliamor, no vivirlo. Gracias.

—¡Ey! Adhara, cariño — intenta tomar mi mano y niego.

—Está bien, necesito ir casa. Nos vemos otro día.

Y me fui sin más, sin dejar que él explicara su verdadero trabajo. Mi comportamiento no fue el mejor, una niña de once años tendría más cabeza que yo, pero en ese momento solo quería irme. Me considero madura para mi edad, pero ahí demostré que aún me queda mucho.

Luca me dió mi espacio hasta el día siguiente que se presentó en mi casa para hablar.

—Deja que te explique, por favor. No es lo que piensas y yo no te expliqué realmente el trabajo que realizo en ese lugar. Solo me encargo de la administración y algunos papeleos, algunas veces también trabajo en el recibidor, pero solo eso, fue mi culpa no explicarte desde un principio y que tú creyeras cosas que no son.

—No, no estoy enfadada — susurro con una pequeña sonrisa — lo siento.

—También fue mi culpa — me guiña un ojo y mi hermano Elliot se da cuenta.

Se acerca a nosotros a paso ligero con los puños cerrados mirando mal a Luca y trago saliva. Tiene la misma mirada que mi padre cuando se enfada y parece que tiene problemas de ira. Todo lo contrario a mi hermano Alan que tiene la mirada dulce de mamá.

—¡No mires a mi hermana!

—Ese es mi hijo — aplaude mi padre y miro a mi madre buscando ayuda.

—Yo dejo que te la lleves si me regalas un auto como el tuyo — le dice mi hermano Alan tan tranquilo — ya te lo dije la otra vez.

Resoplo sentándome en la silla. No me puedo creer que me venda por un auto que papá le puede regalar.

Elliot se sienta a mi otro lado como si fuese mi guardián y Luca se burla.

—Oye, ¿qué vas a hacer cuando tenga un novio? — le pregunta Oliver.

—No va a tener novio hasta que tenga treinta o cuarenta años. Ya lo dijo papá — le responde con firmeza y levanto las cejas sorprendida.

—Estás loco, no voy a esperar hasta los cuarenta — le hago saber y me mira con una ceja alzada.

—Entonces hasta los treinta y nueve — responde y se encoge de hombros como si nada.

Todos se ríen y respiro un par de veces aguantando las ganas de gritar.

Observo a Anne, viendo el brillo en sus ojos. La felicidad está clara en su cara y no sabe cuanto me alegro por ella, bueno, todas lo hacemos. Gracias a los Dioses ella está esperando un cachorro. Algunos hablan de ella diciendo que es muy joven para eso, que es una niña y que no entienden como Alfa Kenzo ha dejado que su hija sea madre tan pronto.

Lo que muchos no saben es que el sueño de Anne es formar una familia grande con el hombre de su vida y mi tío Kenzo está dispuesto a todo por hacer feliz a su princesa. La gente habla por hablar sin saber el sufrimiento que ha tenido que pasar mi prima para llegar a quedar embarazada. Aún recuerdo ese día cuando le diagnosticaron el síndrome de ovarios poliquísticos, cuando le informaron sobre su condición y cuando le dijeron que quizás no sería posible que ella llegase a quedar embarazada.

Y ahora, la vemos con esa hermosa barriguita oculta tras el vestido verde que lleva puesto.

Le ruego a Diosa Luna que no la dañen y la proteja de los malos comentarios y la gente mala.

Al mover un poco la cabeza, veo a Kath hablando con Ethan, esos dos son mates. No hay un solo día en el que no se vean, su amor es puro, genuino y estoy segura de que Kath será una Luna igual de buena que mi tía Jade o abuela Sinnia.

An está al lado de Oliver, con su hermano Ismael al lado hablando sobre algunas motos. Oliver se ha ganado a mi primo con eso, ya que es igual que Ethan con las carreras y la velocidad. Le encanta salir al campo con ellas y llenarse de barro. Veo como Oliver la mira y noto que está loco por ella. Ojalá la Diosa los haga mates.

El día lo pasamos en familia. Riendo, hablando y contando anécdotas de todos. Anne tiene a Valentino en brazos que está loco por ella y veo a Zack hacer muecas.

Esta familia es un poco rara, pero es mi familia.

SempiternoWhere stories live. Discover now