Capítulo 67.

1.3K 104 5
                                    

Anneliese

Estamos a 7 de junio y estoy con Zack en el auto, camino a la clínica donde Astrid nos espera. Hoy tengo una cita con ella y espero saber el sexo del bebé, ya tengo 13 semanas de embarazo, estoy enamorada de la barriguita que tengo y mi hombre siempre deja besos en ella.

No se explicar el sentimiento que tengo desde que supe que un cachorro está creciendo en mi interior, tengo miedo a la vez que soy la mujer más feliz del mundo porque sé que voy a dar todo de mí para hacer feliz a mi cachorro, al igual que Zack, quien todas las noches me llena de mimos para luego hacer lo mismo con mi barriga. Cuando está dormido y me alejo un poco, se acerca buscando mi barriga, no sé si lo hace a propósito o lo hace sin querer, pero me encanta. Lo amo y no tengo palabras para definir lo que me hace sentir este hombre.

—A lo mejor no se deja ver.

—Espero que si — murmura y entramos a la clínica.

Creo que está más ansioso que yo por saber.

—Bienvenidos, Astrid os está esperando — nos informa la misma mujer de siempre y le agradecemos antes de ir al pasillo.

Respiro un par de veces en la puerta antes de entrar y cuando lo hago, veo a Astrid que ya tiene todo listo.

—Hola, pequeña Anneliese, ¿cómo te encuentras?

—Últimamente estoy muy cansada, pero lo demás bien. También estoy aliviada porque la semana que viene me graduo y termino las clases.

Ella sonríe y comienza con las preguntas habituales, me pide una muestra de sangre y le ofrezco el brazo derecho. No tarda más de cinco minutos y una enfermera viene a por la muestra diciendo que en menos de media hora vuelve.

—Bien, vamos a ver al cachorro. ¿Cómo estás, Zack?

—Nervioso — responde y sé que no miente porque su color moreno ya no está, ahora está un poco pálido.

—Es normal — le sonríe mientras llena mi barriga del gel y pone el aparato — veamos si se deja ver. Estás de trece semanas, a muchas se les deja ver antes, pero cada persona es diferente.

Asiento a todo lo que dice esperando a que mi bebé se deje ver. Pasan algunos minutos donde ella no deja de mover el aparato por mi barriga y por un momento la veo fruncir las cejas viendo la pantalla y me tenso. No digo nada porque puede ser que me esté asustando y me altere por nada, pero siento que presiona un poco más y lo deja quieto. Mueve la otra mano en la pantalla donde aparece la ecografía.

—Lo tengo — exclama con una sonrisa y suspiro de alivio — ¿listos?

—Sí — decimos a la vez y ella sonríe.

Hemos estado esperando este momento desde el instante en el que supimos que íbamos a tener un bebé. Incluso le hemos comprado varias cosas como gorritos y peluches.

—Una preciosa niña. Una cachorra fuerte y sana, tiene el peso correcto, tamaño perfecto y está creciendo bien. Todo va genial por ahora.

Oh, Dioses. Dejo de respirar un momento al saber que voy a tener una preciosa niña. En mi interior está creciendo una vida y voy a dar a luz a una niña. De Zack, de mi hombre.

—Cariño — junta nuestras frentes y escucho su voz cargada de sentimientos y suelto a llorar de alegría — una niña.

Asiento como puedo y Astrid nos da un momento a solas.

—Gracias por hacerme el hombre más feliz — susurra en mis labios — no sabes cuanto os amo. Sois mías para cuidar, amar y proteger.

Me lanzo a su boca y lo beso como una loca. Nos separamos por falta de aire y veo que mi barriga está limpia. Astrid lo hizo seguro.

SempiternoWhere stories live. Discover now