This is what you get

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Ser una mujer viuda y tener que cuidar de dos adolescentes conllevaba mucha responsabilidad.

Morticia era fiel creyente de que una maternidad deseada lograba un gran cambio en la sociedad.

Cuando tuvo por primera vez a Wednesday en sus brazos sintió una gran felicidad que invadió cada parte de su ser y lo mismo ocurrió cuando nació Pericles.

Sus hijos eran todo lo que tenía, lo más preciado en su vida, el fruto de su amor con el hombre el cual nunca dejaría de amar ya que, aunque no estuviera presente físicamente, siempre estaba en su corazón.

Por un momento su mente se distrajo en recuerdos del pasado hasta que aterrizó de nuevo en el presente.

El silencio invadía en toda la mansión, los tres adolescentes se mantenían callados mirándose entre sí, en cualquier momento uno de ellos tendría que hablar.

— ¿Tus padres saben que estas aquí? —preguntó Morticia siendo la primera en romper el silencio.

La rubia dudó por unos segundos en responder esa pregunta. Podía mentir y decir que si pero eso solo la haría sentir peor. No quería mentirle a la mujer que en si le estaba dando una oportunidad para decir la verdad, tal vez incluso al final podría apiadarse y dejarla quedarse.

— No... —aclaró su garganta y bajó la mirada avergonzada por lo que estuviera pensando su suegra sobre su actitud.

Morticia se sorprendió ante la respuesta, Wednesday solía decir que su roomie era muy infantil, aunque por momentos si actuaba maduramente.

Colocó sus manos sobre la mesa pensando seriamente en decirle a Largo que la llevará hasta Nevermore para dejar a la rubia a donde pertenecía.

— Wednesday no es responsable de que yo esté aquí. —dijo Enid alzando un poco la voz, no dejaría que castiguen a su novia por algo que no había ocasionado— vine... por voluntad propia.

En ese momento Pericles quería intervenir pero fue interrumpido.

— Cuando Wednesday se fue de Nevermore nuestra relación pasó por episodios no tan agradables, no me gustaría entrar en detalles pero... como sabrá nosotras terminamos.

La pelinegra se encogió de hombros recordando ese mal momento que pasó por culpa del idiota de Ajax que solo quería perjudicar ese vínculo sentimental con la que se autodenominaba (otra vez) como su novia.

— Yo necesitaba arreglar las cosas con Wends, así que...

— Te escapaste de la academia.

Esta vez Enid levantó la mirada y asintió con la cabeza siendo observada por su novia y por el hermano de esta misma que estaba dispuesto a decir parte de su verdad.

— ¡Yo fui quien trajo a Enid a la casa! —gritó Pericles levantándose abruptamente de su asiento— la culpa tendría que recaer solo en mi y acepto cualquier castigo que se me pueda dar de ahora en adelante.

La mujer sentía que en cualquier momento le daría una jaqueca. Estaba segura que Wednesday terminaría por odiarla si la alejaba de su novia, una vez más.

Recordó la conversación con su madre, ella tenía que demostrar que era la autoridad en su casa pero ahora, lo único que quería era descansar.

— Hablaremos mejor de esto mañana por la mañana. —dijo Morticia dando a entender que la sesión había finalizado— vayan a descansar.

Wednesday podía intuir por la actitud de su madre que esta no parecía estar enojada, se mantenía neutral ante la situación o eso quería creer.

Los tres jóvenes se levantaron de sus asientos para dirigirse a sus respectivas habitaciones.

Everlong - wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora