That's all i think about now

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El trayecto a la mansión de los Addams había sido tedioso y extenso. Wednesday había llorado durante toda esa tarde hasta que logró quedarse dormida.

Probablemente la Wednesday de antes hubiera actuado de otra forma pero en realidad le dolía mucho dejar a Enid. La vida se estaba encargando de arrebatarle todo lo que ella quería, o bueno, su madre en sí.

La pelinegra despertó cuando escuchó algunas voces hablar entre sí, al parecer, ya habían llegado a "casa".

— Querida, ¿Te encuentras bien?  —preguntó Morticia observando a su hija.

— "¿Qué clase de pregunta era esa?"  —pensó la pelinegra ignorando por completo a su madre y saliendo del auto.

Wednesday respiraba aire fresco, vio como la mansión seguía intacta a pesar de los años que pasaban con rapidez.

Por una parte sentía nostalgia, recordaba todo lo que había vivido en dicha mansión, desde que era pequeña y eso hacía que sonriera un poco. Pero por otro lado la tristeza volvía a invadirla al pensar en aquella rubia que ahora había "abandonado" técnicamente en una academia que más parecía una cárcel.

Morticia abrió la puerta de la mansión dando paso a Largo y a Wednesday que observaba con detenimiento algunos cuadros, en esos se encontraban algunas fotos de ella y su familia.

— ¡HEY WEDNESDAY! —gritó Pericles que iba bajando las escaleras con rapidez para encontrarse con su hermana mayor—  ME ALEGRA MUCHO VER-

— Sin abrazos, lo sabes. —la pelinegra interrumpió a su hermano cuando vio que este estaba a punto de abrazarla.

Pericles rodó los ojos, su hermana no había cambiado mucho.

— Tengo que subir mi equipaje. —contestó Wednesday.

— No te preocupes hija, Largo puede llevarlo por ti.

Wednesday no respondió, tomó su equipaje y subió las escaleras, en ningún momento le dirigió la mirada a su madre.

— ¿Sucedió algo entre ustedes dos?  —preguntó Pericles mirando confundido a su madre.

— Es una larga historia.

Su cuarto seguía siendo el mismo, tal como lo recordaba.

— Bien. —la pelinegra se dispuso a desempacar, fue colocando sus libros en el pequeño estante que tenía.

La pregunta que le había hecho su madre causó que terminará enojandose con ella. No, no se encontraba bien, y probablemente no lo estaría durante mucho tiempo o hasta que regresará a la academia.

Wednesday se acostó en su cama y sacó su teléfono.

— "Son las 10... ¿estará durmiendo?"  —pensó la Addams dudando un poco en si llamarle o no.

Enid recordaba los momentos de su infancia. Se había acostumbrado a estar lejos de su familia, de sus hermanos o incluso de amigos que lograba hacer en diferentes ocasiones.

Estar sola había sido parte de su vida hasta que entró a la academia en donde conocería a Yoko y a los demás. Con el tiempo se convirtieron en buenos amigos y la rubia les agarró mucho cariño.

Pero con Wednesday era distinto, había luchado constantemente con sus sentimientos pero no pudo hacer nada, no podía evitarlo.

Enid relamía sus labios recordando aquel beso, no se lo había contado a Yoko porque estaría gritando y molestándola en cada momento. De hecho, no se lo había contado a nadie.

En sus manos tenía la carta que Wednesday le había entregado antes de irse, todavía no la había leído. Sintió como su celular empezó a vibrar, lo sacó de su bolsillo y una sonrisa apareció en su rostro.

Everlong - wenclairWhere stories live. Discover now