DogDay #2

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Espero que les guste~

Nota: No muchos me pidieron una segunda parte pero yo la escribir igual xD

-Es bueno ver que aun estas vivo- MK se volteo ante la voz, justo a tiempo para ver a la juguete alta y de pelaje rosado, con aquella muñeca en particular de cabello rizado que antes había liberado.

-¡Tu!- frunció el ceño al verlo, cruzándose de brazos con un puchero ligero. -Me engañaste. Ese tren no iba a llevarme a la salida, ¿no es así?- va a ser sincero y decir que no había confiado en ella en ese momento, para nada, sintiendo que había algo sospechoso y raro en todo eso pero la siguió por pura curiosidad, sin entender en ese entonces todo el desastre que era ese lugar.

-Me temo que tienes razón- hizo tuvo la decencia de verse avergonzada. -No quise engañarte pero no podía dejarte ir así nada más...- la muñeca de largos brazos dejo a la pequeña colocarse entre sus manos para poder bajarla un poco y hablar un poco más de frente. -...necesitamos ayuda y eres el primero en años que se atreve a entrar a la fabrica- el sucesor no puede evitar notar los ojos inquietantemente humanos que tiene esa muñeca, luciendo desesperada y suplicante, como si esperara que él no se enojara del todo.

-Era mejor decirme "necesito ayuda" que engañarme, habría llamado a mis amigos y habríamos entrado en este desastre todos juntos- bufo, haciendo una ligera mueca al pensar en sus amigos. Oh cielos santos, estaría castigado por quien sabe cuanto tiempo cuando lograra salir de allí y volver a su hogar, ya podía escuchar el discurso sobre "auto cuidado" y quien sabe que más de parte de su jefe y su amigo de anteojos. -Bien, ¿en que puedo ayudar exactamente?- ya estaba allí y no quería dejarlos así, no después de todo lo que había visto hasta el momento.

-Oh, gracias, gracias. Te prometo que te guiare a la verdadera salida cuando todo termine- Poppy se veía notablemente aliviada y agradecida, a lo cual él solo pudo sonreír ligeramente. Dejar a alguien que realmente necesitaba ayuda no era algo que él haría y esperaba, en serio que si, que su familia lo entendiera aunque sea un poco cuando les contara toda esa locura. -DogDay...- ahí es cuando ella noto al perro sentado sobre uno de los pocos bancos que había quedado intacto. -...estas vivo- la muñeca estiro los brazos y cuando pudo estar lo suficientemente cerca, lo abrazo suavemente.

-Gracias a nuestro ángel- DogDay solo alzo una de sus manos para apoyarla en la espalda ajena, demasiado grande para poder abrazarla con normalidad pero aun así, haciendo el intento. -Él me salvo-

-Gracias- Poppy se coloco en el hombro del perro, aun abrazándolo ligeramente pero mirándolo, aliviada y en serio agradecida.

-No hay necesidad de agradecer, no podía dejarlo allí- agito las manos con una gran sonrisa, restándole importancia. -En todo caso, soy MK y no soy ningún ángel, solo alguien que le gusta ayudar- sonrío con cierto nerviosismo, respirando profundamente para poder armarse de valor y confianza. Se había enfrentado a demonios y a un loco que se quiso llamar así mismo "dios", podía con lo que sea que hubiera allí. -Así que...¿Cómo puedo ayudarlos a todos aquí?- hizo un gesto, esperando poder detener esa masacre que aun no entendía del todo como comenzó.

-Hay que detener al prototipo...- la muñeca de cabello rizado hablo con seriedad.

-...pero será difícil llegar a él porque CatNap lo considera un dios todo poderoso y hará lo que sea para detener a aquellos que van en contra del prototipo- el tono de voz de DogDay era triste y lleno de pesadez, de seguro por el comportamiento de aquel que alguna vez llamo su amigo.

-Bien, detener algo que se cree un dios...- hizo una mueca ante sus palabras. -...vaya, eso no suena tan raro como debería- parpadeo. -Vaya, mi vida se a vuelto muy extraña- se rasco la nuca, bufando con diversión para si mismo, ignorando las miradas confundidas de los presentes. -Antes que nada, ¿pueden ayudar a DogDay con su pequeño problema?- hizo un gesto hacia su falta de piernas, sin querer obligar al muñeco a moverse con solo los brazos, porque eso no podía ser nada cómodo.

-¿Eh?- Poppy levanto la vista, notando que Kissy hizo grandes gestos, como si se estuviera comunicando de la mejor manera que podía y la muñeca asintió, luciendo como si la entendiera por completo y con facilidad. -Parece que Kissy sabe donde están tus piernas, DogDay...- él se animo, sus orejas alzándose apenas mientras se relajaba un poco más en su lugar. -...podemos llevarte, cocerte y dejarte como nuevo- ella sonrío con emoción suave, aplaudiendo en felicidad por poder ayudar a su amigo.

-Seria muy bueno volver a caminar- él tarareo, su sonrisa luciendo un poco más sincera.

-Muy bien, ustedes vayan a hacer eso, yo tengo que cumplir las últimas tareas que Ollie me encargo- señalo. "Ollie", por el momento una simple voz infantil y expresiva que le hablaba por un teléfono de plástico, un niño o un muñeco, quizás escondido en alguna parte de aquel enorme lugar y sin dar siquiera pistas de su ubicación, de seguro para no ser encontrado.

-¿Qué? No puedes ir solo, mi ángel- DogDay lucia preocupado a pesar de esa gran sonrisa perpetua que parecía tener en su rostro. -Dijiste que lo haríamos juntos- triste y casi herido.

-Dije "saldremos de esto, juntos"...- metió las manos en sus bolsillos con una suave sonrisa en su rostro. El perro era muy grande, incluso con la parte inferior faltante, y no podía moverse muy rápido por el momento, así que prefería mantenerlo fuera de todo el peligro que podía. -...y necesitas tus piernas para moverte mejor- las orejas ajenas lograron verse aun más caídas que antes, triste pero aceptando la verdad al parecer. -Además, si termino con todo lo que queda mientras ustedes se van, podremos ir a buscar directamente al prototipo en cuanto vuelvan-

-¿Estás seguro?- Poppy también parecía preocupada, no satisfecha cuando él asintió con confianza. -Necesitaras una mascara por seguridad, el humo rojo de CatNap esta por todas partes y no quieres vivir las pesadillas que te pueden dar- miro de reojo uno de los edificios, luciendo aterrada y MK se pregunta que tipo de efecto podía tener ese humo en los demás muñecos. Debía ser malo.

-Nha, no la necesito- hizo un gesto ligero, sonriendo enormemente y despreocupado. Había aspirado ese humo rojo y en realidad, no tuvo ningún efecto él. Quizás era por ser el sucesor de Monkey King o algo así, aun no estaba del todo seguro pero era una gran ventaja en ese momento. -Estaré bien- llevo las manos a su cintura. -Después de todo, soy Monkie Kid- ellos lucían confundidos y poco confiados pero él se aseguro de sonreír en todo momento.

Así que se separaron y MK no puede negar que todo se siente un poco como un juego, teniendo que completar tareas para poder avanzar y resolviendo algunos rompecabezas en el camino, por primera sus horas perdidas en videojuegos en realidad le sirvieron de algo.

Hasta que se encuentra con el gato.

-¡Oh, vamos!- se siente un poco ofendido más que aterrado ante el gato esquelético que se alza por encima suyo, andando en cuatro patas al parecer, con esos ojos brillantes resaltando en sus cuencas vacías y esa sonrisa extraña de donde ese humo rojo salía. -¡¿Qué tiene este lugar con hacer juguetes tan grandes?!- hizo un gesto brusco, sabiendo que ni siquiera transformado en gorila seria tan grande.

-Tan...pequeño- su voz es gruesa y profunda, resonando un poco por el lugar, sonando asombrado y sorprendido al mismo tiempo.

-¡No soy pequeño, tu eres enorme!- lo señalo, cerrando los ojos ante el repentino humo rojizo que fue soplado directamente en su rostro. Olía extraño, a algo que no podía precisar, pero no de una mala manera por suerte. -Y deja de hacer eso, es de mala educación- agito la mano en un intento de alejar ese humo de su rostro, ignorando el estruendo lleno de asombro que venia del gato.

Había llamado su atención sin siquiera intentarlo.

~Monkie Kid~ 6️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora