Serpiente #2

620 92 52
                                    

Espero que les guste~

Nota: Están preocupados, por supuesto que lo están, pero también están muy divertidos ante la situación

Nota-2: Dejen sus comentarios para el siguiente capítulo ^_^

-...déjenme en paz...- MK enterró su rostro entre sus manos, sentado en el suelo y acurrucándose en la esquina más lejana que encontró en la tienda, sin poder ignorar las carcajadas de Mei que resonaban por el lugar, exageradas y llenas de burla.

-Solo tu, Kid- Pigsy se paso la mano por el rostro, notablemente cansado pero escondiendo apenas la gran sonrisa llena de diversión que quería soltar ante la situación, algo que no pasó del todo desapercibido.

-¡Te ayude, ten piedad de mi!- lo miro con el ceño fruncido, traicionado, una sensación que solo creció al escuchar bufar.

-No sabía que existía algo como demonios serpientes cerca de aquí...- Tang murmuró, pensativo, de seguro fascinado con la repentina información. -...y ninguno de los libros habla de marcas de compromiso, es interesante-

-¡Ustedes son de lo peor!- hizo un puchero, esquivando rápidamente el intento del hombro por ver la marca en su mano más de cerca. Las burlas habían sido divertidas al principio, incluso si iban en contra suya y su suerte, pero después de la hora y un poco más, se había vuelto demasiado. -¡Agh!- se despeino con estrés, levantándose de un salto y caminando con decisión hacia la salida, ignorando sus llamadas y alejándose a gran velocidad en su nube mágica.

Necesitaba ayuda, no burlas, porque no podía negar que estaba un poco asustado por estar "comprometido" con alguien que no conocía.

Red Son se había negado a siquiera ayudarlo, alegando que debía salir de su tontería por su propia cuenta. Sus amigos se habían reído en su cara, burlándose de su mala suerte. Sandy lo había felicitado por su compromiso, haciendo una lista para regalos de boda con todo el entusiasmo del mundo.

Fue a la montaña, esperando recibir ayuda esta vez.

-¡Monkey King!- MK salto, queriendo reírse al verlo caer de su nube con un grito repentino y lleno de sorpresa, acercándose a grandes pasos mientras por escuchaba quejarse entre dientes. Siempre era entretenido cuando podía agarrarlo con la guardia baja, algo que no sucedía muy seguido. -¿Conoces a algún demonio que luzca como una serpiente albina y viva en la ciudad?- preguntó a un ritmo veloz y sin respirar, rascando la marca de su mano con algo de ansiedad.

-Esa es una pregunta muy especifica- se puso de pie con un rápido movimiento, entrecerrando los ojos con sospecha. -¿Qué hiciste?- lo miro fijamente, su cola agitándose al notar el movimiento nervioso del menor.

-En mi defensa, se veía como una serpiente común y corriente- levantó la mano, la manga de su campera bajando por gravedad y mostrando la marca, el dios parpadeando, abriendo la boca con sorpresa.

-...oh- unos segundos de silencio y de repente, se tiro al suelo con una sonora carcajada, el menos sobresaltándose un poco. Había esperado cualquier reacción, aunque no esa específicamente.

-¡¿Tu también?!- infló las mejillas, profundamente ofendido, y le dio la espalda con un gruñido, maldiciendo mientras daba grandes pasos para alejarse, ignorando como el mono lo llamaba entre risas. No iba a admitirlo pero hizo un berrinche digno de un niño en cuanto llego a la playa, llego de frustración apenas contenida que solo crecía con cada segundo que pasaba.

-¿Terminaste?- chillo ante la repentina voz, volteándose con los puños en alto, solo para tensarse al ver al mono de pelaje oscuro sentado arriba de una piedra de gran tamaño, al parecer mirándolo con toda la tranquilidad del mundo. -Porque puedo darte unos minutos más- tarareo, moviendo su larga cola con cierta diversión.

-¿Vienes a burlarte como todos los demás?- frunció ligeramente el ceño. -Porque si es así, no estoy de humor- cubrió la marca con ansiedad, sintiéndose de mal humor.

-Tranquilo- Macaque levantó las manos en señal de inocencia, bajándose de la piedra y acercándose al chico a paso lento. -Un demonio serpiente me engaño una vez- hablo después de unos segundos de pensarlo, decidiendo que el chico merecía un poco de ayuda, incluso si verlo tan frustrado era un poco divertido. -No fue con la misma intensión pero puedo entender como caíste ante su apariencia inocente- había sido vergonzoso en ese momento, algo que prefería guardar en lo más profundo y no volver a sacar.

-¿En serio?- se enderezó, sorprendido y aunque la admisión lo tomo con la guardia baja, la sinceridad ajena lo calmo.

-Sip- se encogió de hombros. -Las serpientes son escurridizas, más inteligentes de lo que cualquiera puede pensar y su capacidad de transformarse en pequeñas serpientes los hace engañosas...- agitó la cola. -...los únicos demonios capaces de esconderse a plena vista y pasar desapercibidos entre cualquiera. Son impresionantes de cierta manera...- extendió su mano y MK parpadeo, relajándose ante la falta de burlas, dejando su mano sobre la ajena después de unos segundos. Los ojos dorados recorrieron el dibujo con ojo crítico, analizándola de manera pensativa. -...pero una marca en alguien fuera de su especie es extraño- tarareo. -¿Recuerdas como se veía?-

-Era una serpiente albina, una muy pequeña, con ojos azules- respondió rápidamente, sacando su teléfono para mostrar la foto que había sacado.

-Aun más raro, las serpientes de ese tipo son poco comunes- frunció ligeramente el ceño, soltándolo a favor de cruzarse de brazos una vez más. -En serio, tienes peor suerte que Wukong...- enarco una ceja con una suave burla. -...y eso es decir mucho-

-Lo sé- se relajo, agradecido por la falta de risas estridentes y bufando ligeramente ante las palabras ajenas. -¿Crees que pueda convencer a la serpiente de que lo quite?- preguntó con esperanza. La idea de un matrimonio repentino, con alguien desconocido y en su edad actual, lo llenaba de pavor.

-Puedes intentar- en su época, los demonios serpiente eran rígidos y un poco sádicos pero no había interactuado después de que intentaron comérselo, así que no podía estar muy seguro. El chico podía intentar hablarlo, hacerlo de la manera pacifista, y en todo caso, podían pasar a los golpes, estaba dispuesto a ayudar en eso.

-Genial- sonrió, agradecido de obtener algunas respuestas, porque Red Son había soltado la bomba del "compromiso" y lo pateó fuera de su hogar apenas termino de gritar. Grosero. -¿Sabes donde puedo encontrar a la serpiente?- estaba ansioso por quitarse la marca.

-No necesitas buscarlo...- se inclino con una sonrisa casi depredadora, mirándolo directamente a los ojos y el chico chillo, algo intimidado. -...te encontrará, estés donde estés- tarareo, satisfecho ante la mueca de horro que el menor tenía.

-Bien, eso no es nada escalofriante- MK se estremeció con fuerza, temeroso de lo que pudiera suceder. Estaba empezando a meditar sobre si cortarse el brazo directamente era una mejor solución.

~Monkie Kid~ 6️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora