Amnesia

699 79 61
                                    

Espero que les guste~

Nota: Vi la idea en uno de mis comentarios y como no sé si ese alguien quiere ser etiquetado, por las dudas no lo hice :3

Nota-2: Voy a ser muy sincera y decirles que todas las ideas que tenía para "Daño" se me borraron, tanto de la mente como de mi block de notas T-T

Nota-3: Intentare continuarlo más adelante, aunque siempre depende mucho de mi mente dispersa y de mis ideas ocasionales xD

Macaque abre los ojos y por alguna razón, su mente esta en blanco, la sensación de perdida lo golpea con tanta fuerza que abre la boca para dejar entrar una gran bocanada de aire, parpadeando unas cuantas veces antes de decidir sentarse. Mira a su alrededor, todo se ve extrañamente familiar y de alguna manera sabe que es su cuarto, aunque no recuerda haber comprado nada de aquello. No...recuerda mucho en realidad, no tiene idea de que día es y mucho menos del año o del mes, ni siquiera en que ciudad esta. Sin importar cuanto se esfuerce, no se le viene nada, sin rostros ni nombres, simplemente...nada.

-Cielos...- respiro profundo mientras pasaba sus manos por su pelaje, el suave aroma a incienso  que siente ayudándolo a relajarse sin darse cuenta, dándole la oportunidad de pensar. Recuerda su propio nombre para su suerte, aunque no puede ser muy especifico con su edad, y mientras mueve lentamente los dedos, puede ver las sombras moverse a su voluntad. Puede recordar sus poderes y su habilidad para pelear pero no hay mucho más allá que conocimiento básico. Esta dispuesto a levantarse, quizás explorar un poco en un intento de encontrar respuestas, pero siente entonces que hay algo en su regazo que llama su atención. -¿Un celular?- el nombre viene a su mente por si solo, parpadeando con ligera confusión cuando la pantalla de aquel objeto se enciende, mostrando dibujos de un gatito cómodamente sentado en medio de la pantalla y con un fondo de color morado pastel, con grandes números blancos que le demuestran lo temprano que es en la mañana. Permite que el instinto lo guie, desbloqueando la pantalla al deslizar el dedo y se encuentra con múltiples imágenes, abriendo una de las tantas para verla mejor. Se ve a si mismo, vistiendo extrañamente de rosa y con el pelaje notablemente peinado, con una expresión que muestra resignación y diversión al mismo tiempo. A su lado, vestido de rosa también y aferrado a su brazo, hay un chico de cabello castaño y ojos brillante, su sonrisa grande y animada, su brazo extendido en señal de que fue él quien tomo la foto. Recorre la galería con ojos curiosos y entre más fotos pasa, su rostro se repite en la mayoría, incluso en los pocos y cortos videos que encuentra.

Con todas esas pruebas, cree y espera que sea un amigo.

Revisa un poco más el celular hasta llegar a los contactos, notando de manera distraída que no tiene muchos, y encontrando rapidamente el rostro del chico, guardado con las iniciales "MK". Duda un poco antes de presionar el botón verde, esperando que él pudiera ayudarlo a sentirse menos perdido.

-¡Macaque!- se sobresalta un poco ante la voz llena de entusiasmo. -Es extraño, nunca me llamas, simplemente...te apareces por mi departamento sin avisar- risa, divertida y sincera, el mono parpadeando con cierta confusión. Se pregunta cuantas veces a hecho lo mismo como para que al menor no le molestara. -¿Necesitas algo? ¿Todo esta bien?- esta impresionando como el tono de voz ajeno pasa de feliz a preocupado tan rápido.

-Yo...no puedo recordar nada- admite con voz suave, tragando en seco. La sensación de perdida es aun más fuerte ahora, haciendo más intenso el anhelo de recordar y la necesidad de tener algo o alguien a quien aferrarse.

-¿No puedes recordar?- suena confundido. -¿Qué no puedes recordar? ¿Perdiste algo?- puede escuchar que se esta moviendo, como si estuviera recogiendo algo, seguido rapidamente del tintineo de lo que cree que son llaves. Parece dispuesto y listo para moverse, lo que hace sus manos temblar, necesita ayuda.

-No recuerdo nada- repite con un poco más de firmeza, despeinando su pelaje con su mano libre, decidiendo ignorar como su cola se remueve en señal de ansiedad. -No se que día es o en donde estoy, ni siquiera se quien eres- quiere recordar y borrar la sensación de perdida. -Yo solo...me desperté con la mente en blanco- hay un silencio del otro lado del aparato y por un segundo, teme que el chico le haya cortado.

-Voy para allá- es lo último que dice antes de cortar y Macaque se queda mirando la pantalla negra por unos segundos, suspirando de alivio. Alguien venia.

Decide levantarse, principalmente para lavarse los dientes y enjuagarse un poco el rostro en un intento de sentirse un poco mejor consigo mismo, notando algo que llama su atención cuando alza la vista y se mira al espejo.

-¿Pero qué...?- uno de sus ojos es de color crema, completamente ciego se da un cuenta con cierta sorpresa, con una cicatriz de aspecto antiguo empezando un poco más arriba de su ceja y cortándola en el proceso, terminando casi al comienzo de su mejilla. Traza la cicatriz con dedos cuidadosos y cuando parpadea, hay destellos de algo viniendo a su mente, un rostro sombrío y con un extraño brillo dorado, acompañado de una sensación de miedo mezclado con dolor.

Alguien lo había atacado y por el aspecto bien curado, había sido hace mucho tiempo atrás. Tiene la sensación de que eso no es algo que quiera recordar por el momento.

Sus orejas se agitan, pudiendo escuchar pasos rápidos que se acercan a donde esta. Así que decide dejar aquello de lado y caminar con tranquilidad a la sala, justo a tiempo para escuchar la llave siendo insertada y Macaque no puede luchar contra el alivio que lo inunda en cuanto la puerta se abre de repente, bufando para evitar reírse cuando el chico tropieza al entrar, literalmente cayendo al suelo.

-¡Ya estoy aquí!- jadeo, tomándose unos segundos para relajarse en el suelo y el mono se pregunto que había sucedido en su camino para que luciera algo cansado.

-Lo note- enarco una ceja y sonríe antes de poder pensarlo, porque la simple presencia del chico lo hace sentir repentinamente acompañado y el sentimiento es bienvenido. -¿Tienes una llave de mi casa?- supuso que su confianza en ese chico era mucho mayor a lo que había pensado.

-Tu me la diste la última vez que me escondí aquí- parpadea y parece tardar unos segundos en recordar la situación, haciendo una ligera mueca. Macaque no tiene mucho tiempo para analizar esa respuesta, aunque aun se pregunta cuantas veces el menor se había escondido en su departamento. -Cierto, no lo recuerdas...y tampoco a mi- se mordió el labio inferior, balanceándose sobre sus pies con nerviosismo. -¿La quieres de vuelta?- la extendió, totalmente dispuesto a entregarla y el mayor no puede evitar analizar la llave. No se ve como nada en especial, con un llavero con el aspecto de un violín de color morado y con las cuerdas negras, luciendo metálico pero tiene la sensación de que eso le pertenece, que se la dio por una razón.

-Quédatela, confiare en el juicio de mi "yo con memoria"- levanta las manos y solo las baja cuando nota que le menor guarda la llave en su bolsillo, moviendo la cola con ligero nerviosismo. -¿Qué rayos significa "MK"?- recuerda el extraño nombre con el que el chico estaba anotado.

-Es un apodo- sonrió, adentrándose un poco más en la casa. -Todo el mundo me llama así, son las iniciales de "Monkie Kid", pero a veces, te gusta llamarme "Kid"- lo mira, como si lo estuviera analizando, y parece que encuentra lo que busca, su sonrisa atenuándose notablemente. -En serio no recuerdas nada, ¿Eh?- se mordió el labio inferior, pensativo. -Entonces, ¿Por qué me llamaste?- ladeo la cabeza, genuinamente curioso.

-Tu rostro esta por todos lados- le muestra la galería de fotos de su teléfono, pudiendo ver como los ojos oscuros brillan y se anima, dando un salto para acercarse. -Hay mensajes, videos y fotos, así que supuse que eras mi amigo-

-¡Lo somos!- no duda en afirmar con repentina energía. -Somos amigos- repite, luciendo como si temiera que el otro no le creyera.

-Tranquilo, tranquilo- hizo un gesto, estirando la mano para apoyarla en el hombro ajeno, dándole un ligero apretón. -Te creo- y para su absoluta sorpresa, en serio lo hace, porque hay algo en la simple presencia del menor que trae consuelo y lo ayuda a no sentirse tan perdido, así que no puede evitar a ferrarse a él.

-No te preocupes...- MK agarra su mano entre las suyas y lo mira con decisión firme, casi como si estuviera aceptando una gran misión. -...te ayudare a recordar- incluso sin recuerdos, Macaque tiene la sensación de que el menor es totalmente sincero, así que no duda en asentir y sonreír, aferrándose a las manos del chico.

En serio, le gustaría empezar a recordar.

~Monkie Kid~ 6️⃣Where stories live. Discover now