Lee #2

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Espero que les guste~

Nota: Se me ocurrió una versión en la que Lee y MK pudieron permanecer juntos, aunque es solo una idea por el momento ^_^

Ahora que se encontraron, ninguno de los dos quería soltarse o perder al otro de vista. Hablaron de todo lo que pudieron, queriendo resumir lo mejor posible sus vidas y sin poder hacerlo del todo porque había pasado muchas cosas, con Macaque flotando tranquilo y perezoso alrededor de ellos, sin escucharlos realmente pero atento.

MK esta simplemente encantado de escuchar que Lee si consiguió un hogar permanente, con una madre adoptiva tan dulce y amable que según ella es fácil de adorar, sin hermano. Escucha como ella conoció a quien se convirtió en su marido ahora y de su embarazo lleno de anteojos, hablando de su pequeña hija que ama tanto.

Lee esta igual de encantada ante la familia que el chico describe con tanto cariño pero esta preocupada ante todo lo que se enfrentó cuando tomo aquel bastón y se siente falta al verlo tan triste al admitir a regañadientes que no es realmente humano.

-Piedra, demonio, humano...nada de eso importa porque sigues siendo el mismo niño dulce que conocí- se aseguró de decir con firmeza, negándose a dejar que el menor se hundiera en la inseguridad de aquel descubriendo. -Eres más humano que muchos, así que no dejes que eso te deprima-

-A veces es difícil- aun no esta del todo seguro pero no puede negar que sus palabras traen un ligero alivio en su corazón.

-Bien, te lo repetiré todas la veces que necesites- tarareo. -Así que, quiero preguntar, ¿Cómo me encontraste?- sus manos se aferraron a la más pequeña, contenta de tenerlo allí con ella, a su lado como debió ser hace años atrás. MK abrió y cerró la boca, sin saber como contestar, intentando encontrar algo mejor que no tuviera algo que ver con espíritus y demás. -¿Alguno de tus fantasmas te ayudo?- preguntó ante el silencio. No murmuró, tampoco susurro, pero si miro a su alrededor para asegurarse de que no hubiera nadie cerca para escucharlos.

-Espera, tu...- jadeo, mirándola con sorpresa pura, sin poder creerlo del todo. El mono se endereza ante el tono de voz del chico y se mueve para verlos, colocando su mano sobre la libre ajena para evitar que apretara el puño. -...¿Lo sabias? ¿Todo el tiempo?- suena al borde del pánico por alguna razón.

-Por supuesto que lo sabia, tengo ojos- Lee bufo, notando la genuina confusión ajena y sintiendo una punzada de culpa al verlo jadear, al borde de un ataque. -MK, dulzura, eras mi prioridad...- hablo con tono amable, mirándolo a los ojos, sería pero suave, tal y como hacia cuando él era un niño. -...así que era difícil ignorar como tus ojos se desviaban, viendo algo que nadie más podía...- ella recuerda que encontrar al menor en una habitación vacía y aun así mirando con total concentración un punto específico no era algo raro. -....o el como hablabas con la nada...- en aquella época se necesitaba mucha atención y algo de esfuerzo para escucharlo susurrar, teniendo una charla cuyas respuestas nadir más escuchaba. -Pensé que podían ser amigos imaginarios, no serias el primero en tenerlos, pero...- frunció ligeramente el ceño, pensativa. -...cuando empezaste a advertirme sobre su estado de ánimo, me dio una pista bastante buena- y en esos momentos, había decidido no preguntar, decidida a mantener el secreto ajeno entre ellos.

-Ella me agrada~- tarareo el mono con una sonrisa.

-...te lo tomaste mejor que los demás...- no pudo evitar comentar, aun sintiéndose un poco ansioso. Recuerda vagamente al fantasma que vivía en aquella casa, aunque recuerda su voz algo ronca y sus quejas ante la actitud del hombre, insultándolo por momentos. Había sido gracioso en esa época.

-¿Tu familia reaccionó mal?- Lee enarco una ceja.

-No tienes idea- hizo una mueca al recordar la pelea y la incomodidad que por momentos aun resaltaba.

-¡Mamá!- se voltearon ante el llamado, viendo a la pequeña mirándolos, extendiendo sus manos y llorando por ella, con el hombre que la sostenía luciendo culpable mientras los miraba. -¡Mamá, quiero a mamá!- se retorció, su llanto ahora más fuerte.

-Lo siento- MK la soltó y retrocedió, mostrando una sonrisa nerviosa. El llanto ajeno estaba resonando un poco en sus oídos, culpa de sus sentidos mejorados. -Creo...que ya te quite mucho tiempo...-

-Tonterías- bufo, aferrándose a su mano y levantándose, obligándolo a imitarla, empezando a caminar. -Podemos almorzar juntos y en cuanto ella se duerma, podemos seguir hablando- no es una sugerencia y eso lo hace reír por alguna razón.

-Mi familia estará furiosa- la siguió de buena gana, apretando la mano ajena, sintiéndose contento ante los recuerdos que vienen a su mente.

-La enfrentare- infló el pecho, tan valiente como en su adolescencia, siempre enfrentando lo que se atravesará en su camino y él no pudo evitar reír nuevamente, simplemente encantado de tenerla allí. Macaque lo siguió de cerca, contento de ver al chico tan animado y de que el encuentro saliera bien.

~Monkie Kid~ 6️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora