Quemado #6

387 81 43
                                    

Espero que les guste~

Nota: Algunos quisieron la disculpa de estos dos y aquí esta

Nota-2: ¿Lo imagine o este ya es el capitulo 40? O_o

Nota-3: Aunque me gusta escribir sobre Wukong y MK, hay algo super divertido e interesante de escribir sobre la interacción entre Macaque y MK. No sé la razón, es simplemente lo que se me ocurre y es lo que sale xD

Hay un silencio momentáneo en cuanto sus miradas se encuentran. Hay sorpresa notable en el rostro de los adultos, solo para volverse lentamente en una ligera mueca de incomodidad que se apresuran a borrar pero el chico simplemente se siente, mirándolos con atención, como si estuviera esperando algo. 

-Hey...- Tang se remueve en su asiento, compartiendo una mirada nerviosa con el demonio de aspecto ansioso, volviendo a mirar al recién llegado y sonriendo lo mejor que puede. Ninguno había esperado ver al menor tan pronto. -¿Has visto como quedo tu habitación?- es lo que decide preguntar, esperando disipar un poco el extraño ambiente que los rodea.

-Si- MK parpadeo ligeramente. -Mei eligió un gran colchón- se pregunto si su amiga había decidido huir de aquello por la incomodidad y si es así, la entiende por completo. Su tono de voz no es cortan ni frio pero se mantiene neutro. -Macaque esta buscando una manera de arreglar a Momo- evitar el tema no va a llevarlos a ningún lado y la verdad es que quiere terminar con toda esa situación lo más pronto posible. Puede ver la incomodidad en sus rostros.

-Escucha, chico...- Pigsy hace un gesto, luciendo como si estuviera pensando que decir para no hundir más la pata como había hecho antes. -...lo siento por lo de antes- parece culpable y sincero pero algo en sus palabras no se sienten bien por completo.

-Esta bien- bajo la vista pero su mano se alza, jugando ligeramente con la bufanda rojiza, su ceño frunciéndose a los pocos segundos. -No, no esta bien- negó, recordando que el mono le había dicho que sus sentimientos eran validos. -Dijiste que Momo es reemplazable, ignorando lo que significa realmente para mi- apretó los puños con fuerza, ignorando la punzada de culpa ante la expresión del demonio. Se ve sorprendido y dolido, como si no hubiera esperado que reaccionara. -Si Momo es un simple juguete reemplazable...- esta molesto porque, si lo piensa un poco mejor, la disculpa ajena no se siente sincera. -...entonces tu recetario familiar no es más que un libro viejo que ni siquiera se puede leer bien- sus palabras son un puñal, puede verlo en el gesto lleno de dolor de Pigsy y siente culpa pero no se atreve a retractarse. Tang los mira en silencio, dudoso, como si no supiera si debe interrumpir o algo así.

-Tienes razón- la expresión del demonio se suaviza, aun dolido pero entendiendo el punto ajeno, asintiendo casi de manera ausente. -Mi libro es importante para mi y sabía que Momo era importante para ti...- se rasco la nuca, dejando escapar un largo suspiro. -...pero no me detuve a pesar en lo que dije en ese momento- lo miro con seriedad. -Lo siento, chico. Quise evitar que te enojaras con Mei...- porque ella se había visto destrozada en ese momento, observando lo que había hecho con tanta culpa que casi parecía ahogarse en ella. -...pero termine lastimándote en el proceso. Ignore como tus sentimientos y dije lo incorrecto-

-Yo también lo siento- Tang decidió hablar, luciendo culpable mientras jugaba con sus dedos. -Pensé que te haría sentir mejor si te decía que podíamos comprar otro muñeco...- había tenido la intención de tranquilizarlo, de calmar su angustia pero termino por hacer daño. -...no pensé en la importancia de Momo y como te haría sentir eso-

-Esta bien- asintió ligeramente. -Los perdono- puede notar su alivio ante sus palabras y no puede evitar sonreír, sintiéndose mas liviano. -Y siento haberlos ignorado- decidió decir, recordando que ni siquiera había visto los mensajes de nadie, simplemente apago su aparato y lo metió en el fondo de su mochila. Iba a tener que buscarlo luego. -Yo solo quería...estar lejos-

-Lo entendemos- asintieron ambos, comprensivos, aunque habían sabido en ese momento ya que MK lo que menos quería era hablar con ellos. MK sonrío enormemente, agradecido de que las cosas resultaran mejor de lo que había esperado, acercándose para poder abrazarlos con fuerza. Le habían dolido sus palabras, si, pero más le había dolido saber que ellos eran su familia y decidieron ignoran sus sentimientos. Mientras los siente corresponder y aferrarse a él como si temieran que desapareciera, no puede evitar desear que algo así no sucediera nuevamente, porque estar enojado era agotador y se sentía falta ser lastimado por la gente que tanto quería. 

Pudo escuchar a alguien aclararse la garganta de manera ruidosa y exagerada, riendo con diversión al sentir como Pigsy y Tang se sobresaltaban, soltándolos a favor de voltearse a ver al recién llegado.

-¿Terminaron con el sentimentalismo?- Macaque apareció en esos momentos, mirándolos con una ceja enarcada, como si estuviera analizando la situación porque incluso si se veía tranquilo, los mayores podían notar su postura, como si estuviera dispuesto a patearlos si se atrevieron a meter la pata una vez más. Ambos tragaron, asintiendo de manera tensa pero el mejor rio ligeramente.

-¡Terminamos~!- aseguro rapidamente, acercándose al mono con paso saltarín, sintiéndose animado incluso con las pocas horas de sueño obtenidas en los últimos días. Puede notar la duda en el rostro ajeno, haciendo que se sintiera cálido ante la protección de su amigo más reciente, y no duda en mirarlo de frente, directo a los ojos. -Estamos mejor- repitió con lentitud, poniendo cada gota de sinceridad que tiene, y sintiéndose satisfecho al verlo asentir, aceptando su palabra.

-Bien- parece satisfecho, aunque eso no evita que mire de reojo al par, como si los desafiara a algo que el menor no entiende del todo. -Supongo que llegue en un buen momento- dice de repente, rebuscando entre su ropa y sacando cierto peluche que abarca toda la atención del chico, quien jadea con asombro, parpadeando rapidamente como si intentara espantar lagrimas. Momo se ve completamente recuperada, ni siquiera luce como si hubiera estado en medio de las llamas, tan bonita y dulce como siempre.

-...Momo...- lo tomo con manos cuidadosas, sintiendo una lenta y gran sonrisa dibujándose en su rostro. El pelaje es nuevamente suave y tiene un fuerte olor a lavanda, luciendo casi como nueva pero MK sabe perfectamente que es ella. Puede ver las costuras blancas de la vez que se descoció y Tang no consiguió hilo marrón para cocerla, incluso tenía una parte del pelaje en la espalda un par de tonos más oscuro de la ocasión en la que la puso sobre tempera por accidente. -¡Momo!- ríe y la abraza con fuerza, ignorando todo lo demás. Siente tanta euforia, mezclada con alegría sin limite y puro alivio, que no puede luchar contra la carcajada que sacude ligeramente su cuerpo. -¡La arreglaste!- miro al domador de sombras con ojos brillantes.

-Nada que un hechizo no pudiera arreglar- Macaque siente, por un segundo, que debe usar anteojos de sol por la brillante felicidad ajena. -Solo...ten cuidado, el libro decía que no debías usar ese hechizo en un objeto más de una vez- agrego después de unos segundos de silencio.

-¡Lo hare, la cuidare!- no dudo en asegurar con energía. -¡Eres genial, Macaque!- salto y se lanzo para abrazar al mono, aferrándose con fuerza, murmurando agradecimientos contra su hombro. El mayor simplemente tarareo, sonriendo ligeramente y con cariño, acariciando suavemente su espalda.

~Monkie Kid~ 6️⃣Where stories live. Discover now