El Malo

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Espero que les guste~

Nota: Se suponía que debía ser su padre biológico, como el de uno de los capítulos que hice en uno de mis primeros libros, pero esto se me ocurrió y no pude resistirme porque sentí que hasta podía encajar con el canon

Nota-2: Me inspire un poco de más xD

Nota-3: No duden en dejar ideas para "Pequeño Tritón" y "Vampiro", estoy intentando ponerme la día con esos dos ^_^

Nota-4: Esto le pertenece al AU de "Fantasmas"

Idea de: J4m6s_23

MK aprendió con los años a ignorar a los fantasmas que caminan como si nada a su alrededor. Usualmente es fácil porque aquellos que caminan por la ciudad tienen un aura más suave y amable al estar más concentrados en seguir a aquel ser querido pero esta vez, mientras camina con Mei y Red Son por el centro, puede sentir un aura diferente, una llena de molestia y melancolía. Así que mira a su alrededor con curiosidad, intentando encontrar al responsable entre el montón de gente tanto muerta como viva que lo rodea.

-¿Estás bien, MK?- Mei llamo, curiosa al verlo tan atento a su alrededor, luciendo como si estuviera buscando algo en específico.

-Si, si, solo dame un...segundo- cierra la boca tan repentinamente que sus dientes hacen un ruido audible al chocar entre ellos, tragando en seco mientras su cuerpo se tensaba. Allí había un rostro que había esperado no volver a ver nunca y que le daba un mal estomacal cuando los recuerdos reprimidos volvieron de repente a su mente.

-¿Todo bien, Niños de los fideos?- Red Son se paro frente suyo y aunque tenía el ceño fruncido, se veía preocupado.  

-¡Todo esta bien, magnifico incluso!- soltó antes de pensarlo, mostrando la sonrisa más grande que pudo y sin darles tiempo a que se dieran cuenta de la falsedad de sus palabras, se dio media vuelta, avanzando hacia la tienda del demonio cerdo. -¡Vamos, Pigsy nos espera!- y camino a paso rápido, con el par siguiéndolo apenas pudieron reaccionar.

Preguntaron, aunque lo dejaron por el momento al ver que él no les respondía directamente pero cuando estuvo solo, no pudo evitar sentarse y dibujarlo, incluso si no quería pensar en su fría presencia que de seguro lo estaría buscando. Miro el dibujo terminado por unos segundos, solo para cerrar rapidamente el cuaderno, decidido a ignorar aquello todo el tiempo posible.

-¿Nuevo fantasma agregado?- Macaque tarareo, flotando por encima suyo.

-Algo así- frunció ligeramente el ceño, pensativo. -¿Recuerdas donde deje las etiquetas?- tenía etiquetas de tres colores para catalogar a los fantasmas y a los lugares, porque en ocasiones había una gran cantidad agrupados en una zona. Los verdes eran seguros, de aquellos lugares que tenían fantasmas que no tenían malas intenciones y estaban mayormente tranquilos. Los amarillos eran una zona más neutra, no había peligro inmediato pero tampoco había comodidad, aunque podía pasar por allí si lo necesitaba. Los rojos eran los peligrosos, aquellas zonas que debía evitar a toda costa porque los fantasmas que estaban allí eran malos y lo llenaban de miedo.

-Fíjate en tu otro cuaderno de dibujos- señalo y MK se levanto para hacer eso, rebuscando entre sus cuadernos, buscando sus etiquetas. Mientras, el mono se sentó sobre la mesa, tomando el cuaderno dejado allí para mirarlo con curiosidad. Tenía muchos dibujos y de todo tipo. Había el dibujo de un hospital de gran tamaño, con sombras apenas notables en las ventanas y algunas figuras caminando por su alrededor, con una etiqueta amarilla en la esquina de la parte superior de la hoja. También había una mujer sentada en uno de los bancos del parque, su amable sonrisa y expresión tranquila mientras miraba a los niños que jugaban en el parque, con una etiqueta verde en la esquina superior. Estaba Lady Bone Demon poseyendo el cuerpo de aquella pequeña niña, su expresión fría y la masa de espíritus rodeándola, sus rostros llenos de miedo, con una etiqueta roja a pesar de ya no estar realmente en el mundo de los vivos.

-¡Las encontré!- el menor se levanto con una enorme sonrisa, volteándose justo a tiempo para ver a su amigo voltear una hoja y revelar lo que apenas había terminado.

-¿Y este quien es?- Macaque enarco una ceja ante el último dibujo del cuaderno, el más reciente y sin etiqueta aun. Se veía como un hombre, aunque de aspecto sombrío por las sombras que lo rodeaban, los ojos fríos y algo hundidos, de ojeras profundas y oscuras hasta el punto de lucir como moretones. Su rostro estaba retorcido en una mueca de ira apenas reprimida pero luciendo como un ser infeliz y enfermo, con los pómulos demasiado marcados y el cuerpo flaco. -¿MK?- miro al mencionado ante el silencio que de repente se instaló entre ellos, notando entonces la mueca que el chico tenía, luciendo angustiado e incómodo.

-Solo...alguien que no pensé volver a ver- se acerco, mirando las etiquetas con expresión pensativa. Sus dedos rosaron las amarillas pero termino desviándose y agarrando una de las rojas, dudando solo un segundo antes de pegarla en la esquina superior del dibujo.

-¿Quieres hablar de eso?- pregunto con mucho cuidado, cerrando el cuaderno para dejarlo a un lado y prestarle toda su atención al menor, quien respiro profundo mientras se sentaba en la silla.

-No recuerdo nada de mi familia biológica o de donde vengo, solo recuerdo estar frente a la tienda de Pigsy- había decidido hace mucho tiempo no pensar mucho en eso. -Él me cuido y yo quería quedarme con él pero llamo a cuidado infantil y ellos me llevaron- se rasco la nuca con nerviosismo. -Yo...estuve en una casa de acogida durante un tiempo...- confesó con una mueca. Los recuerdos de esos días eran borrosos pero ver el rostro de aquel hombre nuevamente los trajo de vuelta, claros y vividos. -...solo fue un año y medio pero...- apretó los labios temblorosos, sin saber como continuar.

-...fue malo- Macaque lo miro con tristeza pero sin pena, algo que el menor agradecía. -Él era el dueño de esa casa- el menor asintió.

-Éramos muchos niños y él...no nos quería, siempre teníamos que mantenernos fuera de su vista o sino podía haber muchos problemas. Era agresivo y siempre olía a alcohol, nunca supe como es que el sistema le daba tantos niños como si nada- bufo. -Estaba casado pero su esposa era distante, no estaba mucho tiempo en la casa, y parecía decidida a fingir que no estábamos allí, se mantenía alejada. Creo...que había problemas entre ellos, los podíamos escuchas discutir- hizo un puchero, pensativo. -Yo era el más nuevo y el más pequeño, así que los demás niños me enseñaron como sobrevivir allí-

-¿Quién los cuidaba?- enarco una ceja.

-Una adolescente llamada Lee, ella se aseguraba de que todos estuviéramos seguros y lejos de él- recuerda su actitud firme y su rostro firme antes los adultos, solo para ablandarse cuando estaba solo con los niños. Ella fue buena, esperaba que estuviera bien. -Lee...siempre se llevaba la peor parte de todo para protegernos pero un día, él estaba furioso y empezó a golpearla, diciendo que ella le había robado o algo así...- frunció el ceño ante el recuerdo. -...no se detenía y temí que pudiera matarla, así que tome lo primero que pude y se lo tire- recuerda que fue un pequeño adorno de vidrio que se rompió contra la cabeza ajena, logrando que se detuviera para verlo a él con ira. -Los demás niños también le tiraron cosas y Lee aprovecho que estaba distraído para golpearlo con la escoba-

-Me imagino que la policía se lo llevo- gruño, le hubiera gustado estar allí en esa época para mandar al bastardo lejos con sus poderes.

-Por supuesto, Lee no tuvo otra más que contarles todo y nos llevaron a todos- se cruzo de brazos. -Me dejaron en otra casa de paso pero me escape tantas veces que ellos se resignaron y apuraron los papeles para que pudiera quedarme con Pigsy- hizo una mueca. -No pensé que me encontraría, mucho menos estando muerto-

-Deja que intente acercarse y lo mandare al inframundo- había una promesa en sus palabras y MK se permitió relajarse ligeramente, sabiendo que su amigo espectral lo mantendría protegido.

~Monkie Kid~ 6️⃣Where stories live. Discover now