Capítulo 27. Por ella.

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Nunca había besado el cuello de nadie antes, pero besar el cuello de Eloína me parecía lo más natural del mundo. Se sentía bien, y parecía que a ella también le gustaba porque aún acostada en su cama, mantenía los ojos cerrados con su mano en mi cabeza para que no me alejara de su cuello, pero le di un último beso y subí a regresar a su boca. Nos besamos quizás por un minuto entero.

-Alec... ¿Alec? -De pronto la oí murmurar cuando yo regresaba a su cuello. Me alejé un poco para levantarme y verla de frente.

-¿Qué? -Le pregunté buscando su mano con la mía para tomársela. Ella hizo una mueca.

-¿No quieres hablar de lo que pasó en tu casa? -Sugirió haciéndome sentir amargar un poco. Negué subiendo su mano para dar un beso en sus nudillos. Me vio con desaprobación.

-Parecías muy molesto...-Susurró ella.

-No contigo. -Dejé claro, di un beso más en su mano. -Nunca contigo.

-Ya lo sé, pero... ¿Con tu familia? -Supuso. Di un suspiro. Asentí un poco. Hizo una mueca.

-Dime, quizás pueda ayudarte. -Sugirió ella haciéndome negar sabiendo que el único que podía ayudarme era Marcus desapareciendo de mi vida por completo.

-¿No confías en mí? -Supuso Eloína haciéndome poner más serio inmediatamente.

-Claro que sí. -Le advertí en voz baja. -Sólo...no quiero hablarlo porque me pone de malas, y no quiero enojarme contigo cerca. -Admití. Ella hizo una mueca.

-No tienes que esconder tus emociones de mí. -Dijo ella pareciendo incluso triste. Hice una mueca.

-Sólo...vi a alguien desagradable...alguien que le hizo mucho daño a mi familia y a mí, y no puedo perdonarlo. -Admití.

-¿Te ha hecho daño otra vez? -Susurró ella pareciendo realmente interesada. Era extraño encontrar a alguien fuera de mis padres que realmente estuviera interesada en mi bienestar.

Di un suspiro y me fui dejando caer acostado a su lado. Ella se dio la vuelta para quedar acostados frente a frente, subió su mano a mi nuca y me fue acariciando con sus uñas haciéndome sonreír un poco porque eso se sentía muy bien. Ella sonrió también.

-No...,Eli, Marcus ya no puede hacerme daño. -Decidí contarle.

-¿Marcus...? -Murmuró aun acariciando mi nuca.

-Mi padre biológico...-Admití en voz baja. Elevó sus cejas.

-¿El profesor Trey no es...? -Iba diciendo ella haciéndome negar. -Mm sí se ve muy joven para ya tenerte de hijo. -Admitió ella.

-De igual forma mamá era muy joven, se embarazó de mí a los veinte años, y ya estaba casada y con otro hijo que tuvo a los dieciocho. -Le conté. Se vio interesada por lo que fui acercándome más a ella.

-Y mamá era feliz, casada con el padre de su primer hijo, él tiene muchísimo dinero, tenían una grande casa bonita y mamá era joven e impresionable, ese Marcus llegó y tuvieron una aventura por un mes, luego él la dejó, no le volvió a hablar, y mamá ni sabía que se había embarazado, hasta creyó que era de su esposo, no supo hasta como un mes y medio después de que nací que yo no...era de su esposo.

-¿Cómo supo? -Preguntó Eloína en voz baja, aun acariciando mi nuca haciéndome sentir cómodo y relajado.

-Mamá dijo que por mis ojos, los tenemos iguales.

-Un tono de azul muy único. -Susurró ella. Y yo sólo asentí un poco.

-Pero ella y su esposo habían creído que era su hijo así, que...mamá ya no quiso decir nada, además, tenía casi diez meses sin haber vuelto a ver o saber nada de Marcus, creyó que era lo más prudente. Y lo hubiera sido si no fuera porque dos años después el idiota de Marcus llegó a su casa, y en vez de hablar con ella, fue directo con el esposo de mi madre, le dijo todo y exigió conocerme.

Mi AlecNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ