16. "No lo haga, míreme a mí."

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Véronique entró a su hogar, hogar de marqueses, marido y mujer en la calle de San Víctor con fingida tranquilidad, porque hace ya que había dejado a Su Majestad, y conseguía oscuridad de los candelabros sin llama en los mismos pasillos.

Sus padres la vigilaban, y con la ayuda de Su Majestad había regresado conforme una sirvienta la cubría.

Dejó sus guantes en la mesa y pasó directamente a su alcoba.

⎯¿En dónde estabas?

Escuchó a su vez el fuerte rugido sobre su espalda. Era la voz de su madre, quien se levantó de su asiento.

Véronique saltó en su sitio, soltando su sombrilla.

⎯Yo...⎯se había quedado helada⎯. Madre, yo estaba...

⎯Con la princesa.

⎯Sí, madre.

Su madre empezó a tomar té, y apartó sus ojos.

⎯Tu padre y yo hemos sido muy gentiles contigo. Pero nuestra paciencia se ha acabado, mi querida niña.

Véronique volteó sin esperar hacia ella. Tan sólo se encontró como pasaba por su lado.

⎯Ya estás delirando. Es hora de que seas esposa de un noble. Te hace falta, por supuesto. Ayudará que seas tan cercana a la princesa ⎯su madre prefirió no continuar.

⎯Madre ⎯Véronique dijo con diligencia.

⎯¿Es lo qué quieres, no es así? ¿Quieres casarte, querida?

Véronique desvió la mirada, y empezó a caminar.

⎯Casarme...⎯ella dijo sin poder creerlo⎯. ¿Eso crees, madre?

⎯¡Me has desobedecido! ¡Dejaste en el altar a tu esposo! ¿No crees que hemos sido más que bondadosos...?

⎯¡Porque me has castigado sin razón! ¡Madre!

⎯¿Y entonces qué quieres que tu padre y yo hagamos? ¡Estás descarrilada! ¡Necesitas un marido que te componga! ¡Porque semejante acto no es propio de una dama! Una dama que pertenece a una clase alta.

⎯¡Madre! Me has criado para ser esposa y servir a un hombre. ¿Eso es lo que necesito para ser realmente una mujer? ¿Cómo crees que me siento?

⎯A tu edad ya debes estar casada. ¡Ya debes tener hijos!

⎯No seré esposa de alguien que yo no ame. ¡No puedes obligarme...!

Su madre la abofeteó.

Y la volvió a bofetear. Agarró las manos de Véronique y la zarandeó hacia ella.

⎯Harás lo que yo te diga.

Véronique empezó a enrojecerse.

⎯Vendrás, te pondrás elegante, harás silencio, y vas a ir a conocer a tu futuro esposo. ¡Qué tanto nos ha costado conseguir con gran hazaña que has hecho! Dejar tirado a tu comprometido. ¡Y ninguna otra palabra más!

Véronique se zarandeó. Casarse sería perderlo todo rango, absolutamente todo, incluso la confianza de Su Alteza

Y supo que ya nada podía hacer. Cómo si la plenitud de la vida se desvaneciera. Asustada, miró a su madre, que enfurecida estaba aún más. Era quien decidía sobre su vida, pero...

⎯Te hemos dado todo lo que necesitas. ¡Educación! ¡Riqueza! ¡Joyas! ¡Nobleza! ¿Qué eso no te es suficiente? ¡Niña malcriada!

⎯¿Y lo que deseo? ¡Lo que yo deseo, madre! ⎯Véronique se arremangó el vestido. Y empezó a rasgárselo. Había perdido el control⎯. ¿Qué hay de lo que yo siento? ¡¿Qué hay?! ⎯ella se quitó las joyas.

Por Estas Calles De París © COMPLETA [BORRADOR SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora