CAPITULO XXIV

58 13 7
                                    

En menos de un segundo, gran parte de mi vida se ha venido abajo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

En menos de un segundo, gran parte de mi vida se ha venido abajo. Sentada frente a la dirección, me encuentro revisando la documentación entregada, en donde sale con detalle, lo que tengo y como tratarlo, haciéndome sentir cada vez peor. Sé bien que, no he sido la mejor persona y que tal vez me merezco lo que me está sucediendo, pero, seamos sinceros, nadie quiere enterarse de que, tiene una enfermedad venérea, en la cual, tendrá que pasar por un doloroso tratamiento, sin podérselo contar a alguien más.

—Listo —dice la enfermera, entregándome un documento firmado por la directora, en el cual, me permiten salir de los establecimientos, cuantas veces sea necesario, siempre y cuando, sea en compañía de ella —mañana mismo comenzaremos con el tratamiento ¿Está bien? —me interroga, tocándome el hombro, en forma de compasión.

—Si —respondo, sin ser capaz siquiera de mirarla a los ojos.

—Una cosa más, no le digas a nadie sobre esto, no sabes lo juzgadores que, pueden ser los jóvenes hoy en día.

Moviendo la cabeza en forma de aprobación, le agradezco el apoyo, pidiéndole poderme retirar, lo que ella permite sin ningún problema. Con la mirada baja, emprendo camino hasta mi habitación, viéndome parada frente a Vanessa, quien me queda mirando con desprecio, al igual que Félix, el cual se sostiene de su brazo, como si fuesen amigos de toda la vida. No quiero tomarles en cuenta, no estoy de ánimos para pelear, así que, intento evitarlos con la mirada y continuar mi camino, lo que se me hace imposible, al momento de que, me niegan el paso, dejándome en claro que, tienen algo que decirme.

—¿Qué? —interrogo molesta, pues no tengo deseos de continuar parada frente a ellos, mucho menos si sé que es para pelear.

—Supimos que estás en el concurso de canto —dice Félix —supongo que te saldrás, después del odio que has recibido gracias a tus acciones, no creo que quieras, enfrentar la humillación de perder —se mofa, mirándose con Vanessa, como si lo que acaba de decir, fuese lo suficiente como para hacerme desistir.

—¿Odio de quién? —doy una leve sonrisa, acercándome a ellos —¿De sus amigos? ¿De su clase? Quince personas, no es ni un tercio de la escuela y mientras ustedes tengan el apoyo de esa mínima cantidad, yo tendré el de un alumnado completo.

No quiero continuar con la conversación, así que, dándoles un empujón, paso por entre medio de ellos, logrando llegar hasta mi cuarto, en donde se encuentra Félix, aun durmiendo. Necesito estar a solas y la verdad es que no puedo pensar si está él, por lo que, me paro junto a la cama, mirándolo descansar, causándome tanta ternura, como para no ser capaz de despertarlo.

«Tonto, idiota» Pienso, mientras lo veo estar con los ojos cerrados y la boca semiabierta, botando un poco de baba.

Encantada, ante tal perfección, me apego un poco más, peinando su asombrosa cabellera, dándole pase a que me tome por la muñeca y recueste junto a él, mientras que me abraza, al igual, como si hubiésemos pasado la noche juntos. Mi corazón late a mil por hora y la verdad es que no puedo siquiera alejarlo, su pecho es cómodo, mientras que sus manos me acarician por la espalda. ¿Es que, estará realmente dormido o simplemente se estará aprovechando de la situación?

LA MIRADA DE UNA EMBUSTERA I [EN CORRECCION]Where stories live. Discover now