CAPITULO XII

74 21 23
                                    

Inquieta, me acerco al espejo y comienzo a tocar cada uno de los moretones en mi cuerpo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Inquieta, me acerco al espejo y comienzo a tocar cada uno de los moretones en mi cuerpo. Todos me duelen haciéndome quejar «¿Qué es lo que me hicieron?». Intento mentalizar, cada una de las acciones realizadas la noche anterior, pero mi cabeza está en blanco, tan solo logró recordar el rostro de aquel atractivo chico junto a mí y a pesar de no saber qué fue lo que hicimos, la imagen de él ahorcándome sin polera, aparece sin razón. No puedo soportar esto, mis manos tiemblan con temor y me arrodillo en el piso al no sentir mis piernas, el corazón me late con fuerza y pareciera como si no me hubiese cepillado el cabello en años ¿Es que acaso ese chico me violó?

No puedo quedarme así, con apuro, tomo una camiseta con cuello y me la coloco por debajo del uniforme, al igual que un short que logre disimular el rojo de mis piernas, dándome un aspecto un poco más conservador de lo normal. —De seguro alguien lo sabrá —murmuro molesta, después de todo, es poco común verme con el cuerpo sin descubrir. Lista para salir, comienzo a rebuscar por cada una de las salas de la escuela, logrando encontrarme con Vanessa, quien me queda mirando con extrañeza.

—¿Sucede algo? —interrogo sonriente, mientras intento disimular el dolor de cuerpo, que siento en este momento.

—No, no es nada —deja de mirarme la ropa —¿estás ocupada?

—La verdad es que sí, pero más tarde tenemos entrenamiento, dentro de un mes hay un partido importante, ¿no es así? —intento alejarme con sigilo —¿te parece hablamos ahí?

—Claro —logro oírle decir, segundos antes de retirarme con rapidez.

El cuerpo me pesa y a pesar de estar totalmente consiente de mis acciones, siento como si siguiera un tanto drogada; ese infeliz me las pagará. No quiero llamar la atención de nadie, pero mi inquietud es tanta, que al poder ver a Margot junto a las demás, doy un grito del que me arrepiento de inmediato, aunque para mi suerte, están en el jardín junto al taller de música, por lo que mi voz no es escuchada por nadie más. Necesito conversar con ellas, así que corro hasta su ubicación, pero al percatarse de mi presencia, parecen asustarse y retirarse con preocupación. ¿Por qué huyen de mí?

No puedo creer lo que me han hecho, las chicas con las que debía volver, acaban de darme la espalda. «¡Maldito seas karma!». Pienso furiosa, mientras miro al cielo por unos segundos. Debo volver a mi habitación, no debo ser vista por nadie, sino que podrían descubrirme, así que, recuperando la cama, vuelvo a caminar en dirección a mi cuarto, siendo nuevamente interceptada, pero esta vez por Félix. Nerviosa, intento alejarme con excusas baratas, logrando alejarme, pero para ser nuevamente detenida por Jazmín. ¡Mierda! ¿Es qué se pusieron de acuerdo justo hoy?

Al fin, lejos de todos, continúo caminando por los pasillos, pero un incontrolable dolor estomacal, me hace encorvar considerablemente. Sin querer ser vista por nadie, cierro mis ojos un segundo, tapando mi boca con desesperación, quiero vomitar, pero aún me quedan tres habitaciones hasta llegar a la mía. Nuevamente, lista para correr hasta mi destino, abro mis ojos con lentitud, percatándome de la presencia de Axel; quien me mira con seriedad, como si le importara lo que está sucediendo conmigo.

LA MIRADA DE UNA EMBUSTERA I [EN CORRECCION]Where stories live. Discover now