CAPITULO XIV

69 21 30
                                    

No estoy de humor y la presencia de estos dos idiotas en mi habitación, ya me está colmando la paciencia, es por eso que segundos antes de comenzar una riña, decido entrometerme en medio de ellos, exigiéndoles retirarse antes de explotar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No estoy de humor y la presencia de estos dos idiotas en mi habitación, ya me está colmando la paciencia, es por eso que segundos antes de comenzar una riña, decido entrometerme en medio de ellos, exigiéndoles retirarse antes de explotar. Me siento furiosa, no porque no me hagan caso, sino porque además continuar mirándose, como perros en busca de pelea, hablan de mí como si les perteneciera, cuando en realidad no es así. «Si quisiera pertenecerle a alguien, habría aceptado al profesor David» Pienso, mientras los tomo de las muñecas, llevándolos hasta la salida.

—¡Espera! —los oigo decir en conjunto, como si llamar mi atención, fuera lo único en lo que se ponen de acuerdo.

—Si quieren discutir, háganlo lejos de mí —respondo, cerrando la puerta en sus narices.

Nuevamente a solas, me paro rápidamente frente al espejo, inspeccionando que mi rostro se vea lo suficientemente bien, como para continuar recibiendo visitas. No sé qué es lo que me sucede, pero una puntada en mi corazón me señala que algo sucederá, pero ¿Qué será? Decidida a repasar, por última vez, mis apuntes para el examen de mañana, me siento frente al escritorio, abriendo mi computadora, en donde veo mediante notificaciones, el listado de los ganadores de literatura de este año, en donde veo en primer lugar a David.

No sé qué es lo que me sucede, pero al leer su nombre y ver su fotografía ganadora, siento como mi corazón comienza a latir con fuerza, como si una parte de mí, hubiese querido continuar a su lado, a pesar de no ser querer ser de nadie. Sé bien que lo rechace, tengo claro que su desaparición fue totalmente mi culpa, pero quizás esperaba mayores esfuerzos de su parte, en los que, quizás, luchara por mí, pero ¿Qué tan egoísta puedo llegar a ser? A veces hasta yo misma llego a odiarme.

Tras el término de mis estudios, decido recostarme sobre la cama, para comenzar a revisar mis redes sociales, en donde por cosas del destino, termino encontrando la recomendación de seguimiento, al perfil de David. Es como si cada acontecimiento estuviese diciéndome algo, mi pecho continúa haciendo presión y la verdad es que no sé cómo dejar de sentirlo. Sin pensar, le envío una solicitud de amistad, la que elimino casi de inmediato, alterándome, de tal modo que, lanzo lejos el celular y me dispongo a dormir. De verdad soy una idiota.

............................................................

La mañana se ha presentado y debo alistarme para rendir exámenes, después de todo, hoy es término de semestre, por lo que debo prepararme para las vacaciones. Entusiasmada, me levanto con agilidad en busca de mi uniforme, el que me coloco como es de costumbre, ya que, para mi suerte, ha llegado el invierno y la utilización de medias junto a un suéter, pasa totalmente desapercibido.

Preocupada por verme atractiva, reviso mi aspecto con concentración, mientras que dejo uno que otro botón de mi pecho abierto, recordando estúpidamente al rubio, que solía abrocharlo por mí—Pero, ¿Qué me está sucediendo? —murmuro con extrañeza, después de todo, no había pensado en él desde su partida. No quiero perder más tiempo, así que, con deseos de ya no rememorar, agito mi cabeza de un lugar a otro, volviéndome a ver sonriente, para luego salir de mi habitación.

LA MIRADA DE UNA EMBUSTERA I [EN CORRECCION]Where stories live. Discover now