CAPITULO XXII

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No lo logro comprender

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No lo logro comprender. «¿Cómo es posible, que las fotografías que acabo de eliminar, estén impresas frente a todos los presentes? ¿Es que, esos imbéciles tenían copias de respaldo?» Pienso, mientras comienzo a quitarlas de la pared, incluyendo la que se encuentra, entre las manos de Vanessa. Dispuesta a formular excusas, intento darle explicaciones a mi compañera, quien me mira, como si en cualquier momento, fuese a darme una cachetada.

—Eres una zorra, descarada —dice alzando la voz, mientras me apunta con su dedo índice —No puedo creer que lo hicieras.

—Te has pasado, no creímos que fueras esa clase de persona —Se entromete Félix, como si lo sucedido fuese de su incumbencia. No puedo creer, que puedan pasar por alto, la filtración de una fotografía mía sobre peso, pero no un simple revolcón con mi ex.

—¿No dirás nada? —se me acerca Vanessa, logrando acorralarme contra la pared —maldita, suelta, descarada, ni siquiera defenderte eres capaz —alza la mano, intentando darme una cachetada, siendo detenida por Axel, quien la queda mirando con seriedad —¿Qué haces? —interroga furiosa.

—Basta de tanta hipocresía —suelta su muñeca, dándome la espalda, con tal de dejarme escondida detrás de él —finges molestarte por la traición de Jessica, cuando a sus espaldas decías que era engreída, que jamás la considerarías una verdadera amiga, inclusive, cuando fuiste tú, quien durmió con Bastian, cuando aún era novio de ella —me mira de reojo, asegurándose de que me encuentre bien, o eso creo —quien te debe explicaciones y fidelidad es Bastian, así que ya basta de fingir ser la víctima de todo esto.

—¿Cómo puedes defenderla? —oigo a Jazmín interferir, mostrando su disgusto ante sus palabras — Vanessa es tu hermana, mientras que Jessica, ni siquiera te agradaba.

—Es mi hermana, por eso puedo corregirla cuando veo que está mal y en esto te  estás equivocando, porque a quien deberías pedirle explicaciones es a...—vemos llegar a Bastian, quien nos queda mirando en silencio —hablando del rey de roma, el novio infiel ha llegado.

Estoy incómoda, no puedo continuar viendo este espectáculo, por lo que, sin siquiera agradecer las palabras del peliblanco, doy media vuelta y me retiro del lugar. Nuevamente, logrando estar a salvo, me paro frente al espejo de mi habitación, preocupándome de verme lo suficientemente presentable, como para enfrentar lo que vendrá, dándome cuenta de que, necesito nuevamente un cambio de apariencia.

Esto es algo que, he hecho desde que tengo edad para teñirme, siempre que tengo problemas o preocupaciones, las he afrontado con cambios de look o simplemente aumento de tatuajes, los que de seguro aumentarán dentro de poco. Con el cabello rojo furia, listo para salir, cojo mi celular y billetera, permitiéndome llegar hasta las afueras del recinto, en donde no me cuesta llegar, gracias a las lágrimas victimistas de Vanessa, las cuales, mantienen a los profesores ocupados con ella.

—¡Jason! —exclamo, al verlo caminar con apuro, pero no se voltea a verme, pues se junta a una alumna, la cual le da un beso en los labios, como si llevaran años de ser amantes —maldito perro mujeriego —murmuro molesta, subiéndome a uno de los buses de acercamiento, el cual me llevará, hasta el pueblo más cercano.

LA MIRADA DE UNA EMBUSTERA I [EN CORRECCION]Where stories live. Discover now