CAPITULO XIX

72 19 15
                                    

Concentrada, quedo mirando mi reflejo en el respaldo de la cama, pudiendo distinguir el rubor que tengo en las mejillas, acompañado de una candente mirada, la cual no puedo evitar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Concentrada, quedo mirando mi reflejo en el respaldo de la cama, pudiendo distinguir el rubor que tengo en las mejillas, acompañado de una candente mirada, la cual no puedo evitar. David se encuentra detrás de mí, sosteniéndome por las caderas, mientras disfruta nuestro acto prohibido, el que parece gustarle aún más que a mí. No puedo negarlo, siento cosas por él, por lo que la excitación sobrepasó sus límites, pero, eso fue solamente al sentirlo ingresar, ya que, ahora que lo puedo tener en mi interior, no veo la hora de hacerlo terminar. Sus movimientos no son agradables, su respiración es agitada, pero nada sensual, a penas y se preocupa en tocarme, pasando completamente por alto, mi placer. «Como desearía estar con Bastian en este momento».

La decepción que estoy sintiendo, es más de la que puedo analizar. ¿Cómo es posible, que alguien teniendo tales enormes atributos, no pueda comprender, que el placer se da con buenos movimientos? Su rostro se ve completamente apetitoso, su cuerpo es más de lo que podría pedir, pero solo está entrando y saliendo, como si no hubiese más cosas que hacer en la cama. Exijo, con todas mis fuerzas, poder hacerlo acabar, tan solo en eso puedo pensar, en que necesito ponerle fin a esto de una vez, con tal de poder irme lejos, para no volver a ver su rostro. «¿Por qué me avergüenzo? Si quien debería estarlo es él».

Suena deprimente, pero ni un solo gemido, he logrado dar en más de una hora, sus besos son mi perdición, pero una vez en la cama, parece más bien una maldición. Sin deseos de hacerlo sentir mal, emito más de un falso gemido, los que parecen gustarle, pues intenta empujar aún más fuerte, causándome dolor más que placer. Su miembro es grande y fuerte ¿Cómo es posible, que disfrute más el de alguien con menor tamaño? Son gracias a esas preguntas, qué logro comprender, que no importa su porte, sino como lo llegue a utilizar. «Me aburro, ¡Oh! Qué lindo es el techo» Pienso, intentando distraerme con las decoraciones de lugar.

—¿Te gusta? —me pregunta. ¿Cuál es el afán de hacer ese tipo de interrogante? —puedo oírte disfrutarlo.

«Si tan solo supieras, lo mucho que me arrepiento de haber dejado a Jason, por esto».

—Si —miento, la verdad es que detesto este sentimiento, ¿Dónde quedó, el excitante profesor de manos juguetonas?

Con un leve quejido, puedo sentir que logra llegar al clímax, emocionándome de tal manera, que no espero siquiera a que me bese, tan solo corro apresurada hasta mi ropa, la cual comienzo a colocarme sin decirle absolutamente nada. Sorprendido por mi apuro, David me ofrece quedarme con él un minuto, en los que esperaba poder dormir abrazados, pero la verdad es que, estoy tan excitada, que requiero irme a mi habitación, para al menos autosatisfacerme, si es necesario.

No tengo noción de qué hora es, ni de como luce mi aspecto, pero de seguro está fatal, ya que con tan solo dar un paso afuera de la habitación, las miradas juzgadoras, comienzan a intimidarme. No quiero ser demasiado obvia, pero a medida que camino por los pasillos, los deseos de llorar me invaden, obligándome a tener que inhalar profundo y exhalar, esperando a encontrar la forma correcta, de poder hacer que no vuelva a buscarme. No quería tener que alejarlo así, pero ¿Cómo estar con alguien, que no te satisface sexualmente?

LA MIRADA DE UNA EMBUSTERA I [EN CORRECCION]Where stories live. Discover now