XXXV

2.8K 162 13
                                    

Capítulo treinta y cinco
-Ansiedad-
Hawaii 20:00

-Team, no es tan difícil, solamente levanta el balón y dale toques.- me explica un Gavi sin camisa a mi lado, con un bañador naranja.

-¡Que no me sale, joder!- yo, a su lado, llevo un bikini simple de color negro.

Estamos en una parte de la playa en la que no hay nadie. Las chicas a nuestro lado se han montado una red y juegan a voley con Fer, Ansu y Ferran.

Pedri y Balde están con nosotros, intentando enseñarme a dar toques seguidos con el balón. El primero con un bañador de color negro que acentúa su "V". Este chico me va a acabar matando.

-Lunita, pon el pie así, no recto.- me enseña y yo consigo dar mis primeros dos toques seguidos.

Salto emocionada y Gavi a mi lado me abraza de lado, saltando igual. Los dos chicos sueltan una risita, negando con la cabeza.

-Son tal para cual.- comenta mi novio y mi mejor amigo y yo le sacamos la lengua.- Lo dicho.- nos señala con la mano haciéndonos reír.

-Son como almas gemelas, poca broma.- Esta vez habla Balde y yo hago un puchero, inclinando la cabeza hacia un lado.

-Eso ha sido muy bonito, jo.- Sí, ando sensible.

-Mucho, jo.- me giro a mirar a mi mejor amigo y él está igual que yo, haciendo puchero.

Miro hacia el cielo en el que se empieza a formar un atardecer. Llevamos en la playa desde las cuatro de la tarde, entre baños, jugar al fútbol y hacer una ronda de chupitos nosotras.

-¡Chicos, baño en el atardecer!- grita Sira.

-¡MERENGUE EL ÚLTIMO!- grita Ansu y yo comienzo a correr como una endemoniada.

-¡Ahí se quedan!- grito llegando a la orilla con mi novio y el resto de futbolistas siguiéndome el paso.

Nos tiramos a la playa y comienzo a reírme, feliz, llena, con buenas personas, sí, pero llena porque yo misma he sabido llenarme, curarme y quererme.

Pedri me pone encima de sus hombros y yo suelto una risita. Veo como Gavi sube a Valentina y yo entrecierro los ojos hacia mi amiga pelirroja.

-¿Quieres pelea, eh?- bromeo.

-Dale, D1.- la que habla no es ella, esta vez habla mi mejor amigo con una mirada desafiante.

-Lunita, amor mío, metele fuerte.- siento como el agarre de Pedri se vuelve más fuerte en mis muslos haciendo que mi piel se erice.

-¡GUERRA!- grito, dando inicio a muchísimas peleas más luego de esas.

(...)

Me termino de cepillar mi pelo mojado mientras me siento en el porche de la cabaña, mirando a la luna menguante. El resto ya está dormido pero yo no puedo hacerlo, no se porqué pero no he podido pegar ojo en toda la noche.

Siento unos pasos detrás mío y, por el aroma que me llega, no me hace falta ni girarme a ver quién era.

-Amor, ¿No tienes sueño?- Pedri se sienta a mi lado mientras observa lo mismo que yo. Eso que tanto nos une.

-¿Y tú?- suelto una leve risa que hace que él sonría de lado.

-No puedo dormir sin tí.- se encoge de hombros y yo aparto la mirada de la luna para mirarlo a él y verla reflejada en sus ojos.

-¿A no?-

-Nop, me acostumbré a tu olor y a sentir tu corazón latiendo para poder calmar mi insomnio.-

-Nunca me has dicho por qué tienes ese insomnio.- le digo, haciéndole una pregunta indirecta.

Él se queda en silencio mientras apreta los labios, se nota que la pregunta lo ha incomodado. No sé qué es lo que le pasará pero...

-¿Recuerdas la ansiedad?- me pregunta y a mí se me cae el corazón al suelo.

Cuando observa mi cara de shock y mis ojos con un temor intenso, me da la mano, indicándome que no pasa nada, que puedo estar tranquila.

-Creo que padezco de ella desde que tenía dieciséis años y tuve que irme de casa. Al principio no podía controlarla, me daban ataques casi todas las noches, de ahí el insomnio. Poco a poco y con ayuda de un psicólogo que me ofrecía la unión deportiva pude controlarlo, pero jamás pararlo, o bueno, hasta que llegaste tú.- me mira con tanto sentimientos que yo siento que me tiembla todo el cuerpo.- No me lo tomes como dependencia emocional o algo así, solo es que me siento bien contigo. No sé...- suelta un suspiro como si se estuviera animando a decir lo que tenía que decir.- Lunita, eres mi hogar. El hogar que me hacía falta en las palmas y el hogar que me hacía falta cuando llegué a Barcelona.- empieza a acariciar el dorso de mi mano con su pulgar y yo no puedo evitar sentarme directamente en su regazo y abrazarlo con fuerza.

-Todo, a partir de ahora, sea tuyo o mío, lo superaremos juntos, ¿Vale?- le pido.- jamás me ocultes cuando estás mal o cuando tú corazón late tan rápido que parece que se te va a salir del pecho. Jamás. Porque recuerda, nadie más que yo te puede entender con el tema.- le acaricio la nuca, peinando su corto pelo, el cual desaparecerá la semana que viene cuando vaya a pelarse.

-Te amo, mi amor.- me susurra, abrazándome fuerte, como si tuviera miedo a soltarme.

-Yo te amo más.- le doy varios besos en la mejilla y permanezco ahí, abrazada a él porque no quiero que jamás piense que está solo. Porque nunca lo estará mientras yo respire y viva.

Porque a veces lo único que necesitamos cuando estamos mal es la compañía de ese alguien que te cambia todo. Puede ser un familiar, un amigo, un amor... Y en mi caso, es mucho más que eso, porque Pedri y yo somos mucho más que un simple amor que se ve por las novelas. Somos Luna, somos chicos buenos en busca de algo que nos haga mejores, somos aquella discoteca en la que nos conocimos, somos lágrimas, somos ansiedad, somos alegría, somos compañía, somos constelaciones, somos pinturas, somos Roma al revés. Somos todo y nada a la vez, pero un un nada que se convierte en todo cuando estamos juntos y un todo que se convierte en nada cuando nos separamos.

No sé cómo describir lo que somos, solamente puedo decir que somos la distancia que hay de aquí a la luna y más.

......................................................................

Holisss.

Cap cortito pero bonito pq mañana tengo dos exámenes 😭😭😭.

Voten porfis.

Los cheruuu.
Se despide,
-G.

This love ❑ Pedri González. ✓Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang