This love ❑ Pedri González. ✓

XXVII

Capítulo veintisiete
-Fans-
Barcelona 12:55

Me froto la cara con las manos esperando a que la larga jornada de trabajo acabe. Hoy las ventas han subido el triple y he tenido el triple de trabajo. No me ha dado tiempo ni de desayunar, cosa que suelo hacer entre las nueve y las nueve y media, pero hoy a esa hora estaba ayudando a Héctor con los albaranes. Cinco minutos y seré libre.

Escucho una llamada en mi móvil pero paso de cogerlo. Quiero terminar con este bloque antes de acabar el día de trabajo, así que tengo que ir a tope.

Cuando por fin la llamada acaba, vuelve a sonar y la vuelvo a ignorar hasta que escucho que tocan la puerta de mi oficina.

-Pasen.- anuncio sin levantar la mirada hasta que oigo una voz carraspear.

Pedri.

Abro los ojos y paro de escribir en el ordenador por un segundo. Automáticamente me quito las gafas para colocarmelas de nuevo mejor. Joder, ha tenido que entrar cuando peor me veo.

-Anda que me coges el teléfono, amor.- se quita el móvil de la oreja, colgando la llamada, haciendo que el ruido en la sala deje de sonar.

-¿Estás loco? ¿Quién sabe que estás aquí?- veo cómo se encoge de hombros.

-Todo el mundo, hasta los de las tiendas.- sonríe orgulloso y a mí me dan ganas de tirarle el ordenador a la cabeza.

-Ahora van a pensar que estamos juntos.-

-¿Y no lo estamos?- se sienta en la silla que hay frente a mí en el escritorio.

-Eso no es lo peor, lo peor es que te van a relacionar con Ori, no conmigo.- vuelvo a teclear en el ordenador casi terminando con mi trabajo.

-Yo respeto tu privacidad y tal, pero coño, quiero venir a buscarte al trabajo como cualquier novio normal.- me hace un puchero.

-¿Novio?- le pregunto sin mirarlo, enarcando una ceja.

-Ya te lo pediré oficialmente cuando me dejes, pero para mí eres MI novia.-

Voy a hablar pero Valentina entra corriendo y sin tocar a la oficina.

-Está todo lleno abajo. Miles de fans llamando por Pedri constantemente.-

Miro mal a mi chico bueno y él se hace pequeñito en la silla, sonrojado.

-La que has liado, guapo.- me quejo y apago el ordenador mientras recojo los papeles que hay sobre mi escritorio.

-¿Qué hacemos ahora?- me pregunta mi amiga algo asustada.

-No hace falta que hagan nada, solamente díganle al de seguridad de poner un límite de media hora y que hagan fila. Firmaré un rato y luego nos vamos.-

Me lo pienso y la verdad es que no es mala idea. Además, esto le dará muchas ventas a la empresa, claro beneficio para nosotras.

-¡Pedro, te mato!- Ori llega a paso rápido a mí oficina.

-¡Ya lo arreglo! ¡No me chillen!- se levanta de la silla una vez Valentina le avisa que los de seguridad lo tienen todo controlado. Antes de irse, rodea la mesa y me coge de la nuca para darme un corto beso y salir de mi oficina.

-Casense.- habla Valen y Oriana asiente efusivamente.

-A callar.- las señalo con un dedo de manera acusadora y me levanto del escritorio.

Bajamos abajo y veo alrededor de cien personas haciendo fila y el pobre Pedri en medio de la tienda firmando y sacándose fotos.

Nos ponemos de pie justo detrás de ellos y la gente se empieza a alarmar al ver a Ori.