Sara Pérez, la joven empresaria, vuelve a Barcelona para inaugurar su nuevo proyecto. Pero allí se encontrará con aquella persona que no quería ver, pero sintiendo lo mismo que cuando lo vio por primera vez. ¿Conseguirá él volver a ganarse su amor...
-PEDRIIIII.- y sí, el niño que pensaba que solamente se ilusionaba al verme a mí, ahora me ha sustituido por el idiota precioso que tengo al lado.
Estamos en la casa de Axel para celebrar su quinto cumpleaños. He quedado antes con Pedri para venir, pero solamente ha ido a recogerme a casa y no hemos hablado en todo el camino. Pero sorpresivamente no era un silencio incómodo, sino todo lo contrario. Escuchábamos las canciones de la radio, y hasta a veces cantábamos.
-¡Feliz cumpleaños campeón!- Pepi abraza al niño de una manera tan tierna que mi mente no puede evitar imaginarlo siendo padre.
Antes soñábamos con eso, ser una familia feliz, con nuestra casa, hijos, e incluso hablamos de adoptar un husky llamado Kira. Pero al final la realidad es otra, a veces las personas no te escogen y tienes que aprender a vivir con ello.
-TATAAAA.- Ahora sí, el niño de rizos rubios.
Me agacho a abrazarlo y entrar con él en brazos a la casa. Y vaya casoplón. Tiene una gran escalera blanca, una sala espaciosa, con una tele enorme. Luego se encuentran la cocina y por separado el comedor. Cuando comenzamos a caminar un poco más, observo que tienen un patio, un gran jardín con una enorme piscina, que es la que usan ahora los niños. También hay una enorme barbacoa y un mini campo de fútbol.
Cuando termino de saludar a todo el mundo siento como una manita pequeña me jala hasta un grupo de muchos niños.
-Chicos, esta es MI tata.- intento aguantar la risa cuando escucho como Axel remarca el "mi".- Y de nadie más.- entrecierra los ojos hacia los niños y ellos asienten varias veces. Es un líder nato, Slytherin, claramente.
-No puedo creer que mi competencia sea un niño de cinco años.- Pedri aparece por detrás y me susurra al oído, haciendo que mi piel se erice por completo.
-Hombre, si contamos toda la competencia que tengo yo, no estás para quejarte, González.- veo cómo frunce el ceño mientras que se coloca en frente mía para mirarme directamente a los ojos.
-Tu no tienes ni competencia ni comparación.- Y sí, soy más fácil que la tabla del uno cuando me dice esas cosas, pero no me dejaré caer tan rápido.
-Tu ya escogiste, guapito.- se lo recuerdo.
-Escogí mal por algo que no te puedo contar aún. Pero te aseguro que voy a hacer lo que sea para recuperarte.-
-Tienes la última oportunidad Pedro.- veo como se le ilusiona la mirada y empieza a salir una gran sonrisa de su boca.- Pero no te ilusiones que te lo tienes que ganar.-
-Créeme, lo hice una vez, lo haré dos. Todo por ti.-
(...)
-Cumpleaños feliz. Cumpleaños feliz. Te deseamos todos. Cumpleaños feliz.- aplaudo fuertemente con una sonrisa cuando mi ardillita sopla las velas de una tarta del Barça.
-Pepi, vamos a jugar a fútbol.- el niño comienza a jalar del dedo índice de la mano a Pedri y este, al ver la sonrisa del niño, no puede resistirse y sale corriendo con todos los niños.
-Tía, ¿Te gusta como para subirla a Instagram?- me viene Noe por detrás, mostrándome una foto nuestra.
-Sip, súbela ya.-
Noemi_m07
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My half♥️ @sarap_g
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(...)
Me encuentro tumbada en mi cama, sufriendo como una condenada por la regla, pero eso sí, hablando con Pedri por Instagram.
Pedri
Pero Lunita, ve al médico si te encuentras tan mal :(
Sarap_g
No chico bueno, prefiero estar aquí acostada y viendo películas lo único que me falta es el chocolate :(
Jo :( pobrecita. Hablamos luego que tengo que ir a comprar con Fer.
Okiss.
Te quiero🫶.
Decido no contestar a ese mensaje. Sé que quizá estoy siendo un poco dura con él pero no quiero dárselo todo en bandeja de plata. Que le deje intentarlo no significa que vaya a perdonarlo de una. Se lo tiene que ganar, y, tarde o temprano, explicarme lo de Andrea.
A decir verdad, ese nombre me da escalofríos. No puedo parar de pensar en cómo coño una mente humana puede llegar a tanto por una obsesión. Es que no se, si no te quiere, pues al siguiente. Que tíos hay muchos, por dios.
Escucho el timbre y me levanto, puede ser el cartero, o quizá algo de la empresa.
Pero no, siento un deja vu cuando veo parado en mi puerta a Pedri, con una bolsa y las mejillas levemente sonrojadas.
-Hola.- me sonríe nerviosamente, se nota que no sabe cómo voy a reaccionar.
-Hola, ¿Cómo hace un año o qué?- me río levemente y lo dejo pasar.
-Sip, como hace un año.- saca muchas chuches y chocolates de la bolsa.- Y cadbury.- le sonrío y voy a abrazarlo, y así disfrutar yo también un poco de su perfume. Huele de maravilla.- Y… esta vez, tenemos Harry Potter.- y sí, saca de la bolsa las tres primeras películas de Harry Potter en DVD.
-Yo te mato, te pasas.- me muerdo el labio negando con la cabeza.
-Pero así me quieres aunque no lo digas.- me río al verlo sacar la lengua, no puedo negarlo tampoco.
Caminamos hasta mi cuarto y conectamos la primera película de Harry Potter. Empiezo a literalmente engullir todos los chocolates. Esto es la gloria.
-Y no creas que no he notado que, obviamente, como hace un año, llevas el mismo pijama de lunitas.- me pongo roja cerrando los ojos. Mierda, se suponía que no debía saber el detalle de que lo tenía aún.
-Solo lo uso porque los otros se están lavando.- me excuso bobamente.
-Mmm, ya, haré que te creo.- se empieza a reír y a cubrir cuando yo comienzo a darle cojinazos.
-Cállate ya, quiero ver la peli.- me quejo.
-Pues cállame.- y sí, soy atrevida.
Le doy un rápido piquito en los labios y vuelvo a girarme a ver la peli mientras me paso la lengua por los labios. Lo he dejado en shock.
-Venga, chico bueno, la peli.- lo veo sonreír de reojo y volver la vista a la película.
Joder, parezco una niña de quince años con miles de mariposas en el estómago. En fin, chico bueno, te odio por ser así de perfecto.
