IV

4.5K 172 70
                                    

Capítulo cuatro
-Está bueno-
Barcelona 15:00
Horas antes de la fiesta
Pedri

Miro a Pablo cuestionandome si ha sido una buena opción contarle toda la verdad. No podía aceptar que mi mejor amigo estuviera mal conmigo.

Supuestamente al cuarto mes, desde que el amor de mi vida partió en ese avión, Gavi me había perdonado, aunque quizá no del todo.

Se notaba demasiado la manera en la que su indiferencia me dolía. En fiestas ni siquiera me hablaba y en los partidos cuando ambos habíamos marcado gol, solamente nos mirábamos y nos asentiamos con la cabeza.

Eso no pasó desapercibido por la gente y los fans. Especularon muchísimas cosas, pero ninguna de ellas era que había dejado ir a mi niña por quererla demasiado.

Porque a veces cuando amas demasiado a alguien miras más por ella que por ti. Y eso mismo me pasó a mi, fui muy poco egoísta, fui un cobarde.

-¿Me estás diciendo que ella te amenazó?- asiento con la cabeza mirando al piso, no soy capaz de pronunciar palabra.- Fuiste idiota, pero entiendo tu acción, más no la defiendo.- se frota los ojos, está frustrado, muchísimo.- ¿No has probado a explicárselo?-

-No, y tampoco lo haré. O por lo menos no pronto.- me mira confundido y yo decido continuar hablando.- Al final, le rompí el corazón, sin importar de qué manera o con qué intención. Prefiero mil veces esforzarme en volverla a enamorar, juntar todos los pedazos de ese corazón uno a uno, en vez de usar mis acciones como excusas. No amigo, ella se merece mucho más que ello.-

Veo como me sonríe y se acerca a mí, dándome un abrazo fuerte. Yo se lo correspondo porque he extrañado mucho a este chaval, que más que mi amigo, ya es como mi hermano.

-Estoy de tu lado, ella se merece ser querida sí, pero también se merece querer a la persona que ella escoja, y tengo muy claro que ese eres tú.- se separa del abrazo y me tiende un mando de la play.- Eso sí, no vuelvas a cagarla.- me levanta una ceja y yo asiento sucesivamente.- ¿Un FIFA?-

-Jamás me niego a eso.- nos sentamos y le pego un empujón amistoso.- Eres malísimo, te voy a fundir.-

-Veremos- ambos soltamos una risa y comenzamos a jugar.

(...)

SARA, PRESENTE.

Me froto los ojos levantándome de la cama, joder, que sueño tengo. Miro el reloj y me percato de que son las 12 del día, he dormido muchísimo más de lo que debería, pero bueno, a veces el cuerpo necesita un descanso.

Me voy directamente a mi habitación y, tras asomarme un poco para asegurarme que Pedri siga durmiendo, cierro la puerta y me dirijo al baño para darme un buen baño.

Enchufo la canción de "Earned it" conjuntada con "Dangerous Woman". Qué placer audiovisual, no bromeo.

Me empiezo a lavar mi larga melena roja y me replanteo muchísimas cosas. Sigo amando a Pedri, sí, como el primer día, pero ayer sentí una muy rara conexión con aquel chico y…

Automáticamente niego con la cabeza, sacándome esas ideas. No volveré a abrirme al amor ni loca, vivo bastante bien de manera independiente y divirtiéndome con algún que otro chico.

Lo que viví con Pedri me marcó muchísimo. Fue la única persona que me permití amar después de David, pero, sin duda alguna, lo quise muchísimo más. O bueno, mejor dicho, lo quiero muchísimo más, pero jamás lo volveré a decir en voz alta para que termine de hacerme daño.

La eligió a ella, y eso no quiere decir que ella sea mejor que yo, simplemente que sus gustos se ajustan más a ella que a mí, y lo entiendo, aunque duela, lo entiendo.

Salgo de la ducha y me enrollo una toalla al rededor de mi cuerpo, dejando mi pelo mojado suelto.

Me pongo mis cremas y tratamientos y busco a tientas, mirando mi móvil, la ropa. Oh, no, mierda. No me he traído la ropa y está toda en el vestidor de mi cuarto. ¿Puedo ser más gafe? Creo que no.

Camino lentamente hasta mi habitación y abro, entrando rápidamente y yendo hasta el vestidor. Le doy al seguro e intento abrir la puerta pero para mí muy muy mala suerte, no se abre.

-Joder, hermano, no me hagas esto.- sigo forcejeando sin obtener resultado alguno.- Muchacho, que te abras, me cago en tu pu…-

-Ey, las palabras, Lunita.- noto una respiración juguetona justo en mi nuca. La piel se me eriza y no puedo evitar ponerme tensa cuando pasa su mano por debajo de mi brazo, rozándome la cintura.

En un solo clic, abre la puerta del vestidor. Yo, como tengo más cojones que un carajo, me giro a mirarlo.

Trago duro cuando lo veo solamente con unos pantalones de chándal, sin camisa. Vale, sí que se ha puesto en forma en mi ausencia. No me malinterpreten, antes estaba buenísimo, pero ahora está para mojar pan, madre de dios.

-Gracias.- es lo único que me limito al decir. Tampoco puedo decir mucho más porque sus dedos suben a acariciarme la parte libre de mi cuello, cortándome la respiración.

Posa sus dedos sobre mis lunares, avanzando lentamente hacia abajo, para después volver a subir sucesivamente. Sara, para esto ya.

Le quito la mano de mi cuello, sosteniéndola entre mis manos.

-No puedo hacer esto, Pedri.- le sonrío y, antes de soltar su mano, le doy un pequeño beso.

Entro y me encierro totalmente en el vestidor. Joder, me ha puesto muchísimo y solo ha necesitado un par de minutos. Parezco las cataratas del Niágara. Me lo pienso un par de veces, estoy muy acelerada, ya me entendéis, pero no sé si sería la mejor… A la mierda.

Me siento en un puff y me quito la toalla poco a poco, bajando mi mano hasta el lugar que tanto me aclama. No me culpen, soy humana, y Pedri González está muy bueno.

......................................................................

Buenas mi gente.

Los extrañé mucho 🥹🥹🥹. Aviso que no podré volver a publicar hasta el miércoles más o menos, pero quería darles un capítulo de regalo adelantado.

Voten porfis.

Los cheruuu.
Se despide,
-G.

This love ❑ Pedri González. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora