XXXVIII

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Capítulo treinta y ocho
-La verdad-
Tenerife 12:00

Suelto un suspiro nada más pisar el suelo de Tenerife, sintiéndome familiarizada con el entorno. Acabo de volver a casa, mi hogar, mi tierra, y de la mano del amor de mi vida. Por un momento, sé que las cosas van a mejorar de ahora en adelante.

-Amor.- lo llamo mientras caminamos por el aeropuerto. Él me mira y asiente con la cabeza en señal de que continúe.- Tengo que ir a hacer una cosa antes de ir a almorzar a tu casa. Según me dijo, Pablo tendría que estar aquí fuera esperando para recogerme. Nos vemos cuando yo vuelva, así de paso recojo a mí familia. ¿Vale?- él frunce el ceño con total confusión y deja de andar, mirándome directamente a los ojos.

-¿Está todo bien, Lunita? Es decisión tuya contarme lo que harás o no, pero por lo menos avísame si pasa algo, ¿Vale?- Asiento con la cabeza y él me coge de la nuca para atraerme a sí y darme un beso en la frente.

Salimos del aeropuerto y dejo la maleta atrás para correr a abrazar a Pablo como si fuera un oso de peluche. Llevo sin verle muchos meses y no hemos hablado prácticamente nada. De ahí la mirada que le echa a Pedri nada más verlo. Vale, se me olvidaba que él solamente se quedó con la versión de que me dejó por Andrea.

-Ya luego te explico, pero de verdad, no es malo.- le digo sin rodeos una vez dejo de abrazarlo.

Él duda un segundo, haciendo una mueca, pero finalmente se acerca a mí novio y le tiende la mano en señal de saludo. Sin esperar a nada, se gira y se acerca a mí.

-Hablamos en el coche.- me susurra y coge mi maleta yendo directamente a su Honda.

Me acerco a Pedri y lo abrazo por la cintura, echándome un poco para atrás para poder mirarlo directamente a los ojos con una sonrisa.

-No te preocupes, yo me ocupo de él. Aún no sabe nada así que cree que yo te he perdonado porque sí.- me encojo de hombros.

-Está bien, tranquila.- se acerca a mí haciendo morritos y yo me acerco a él haciendo lo mismo. Pero en el último momento, giro mi cara y le doy un beso en la mejilla, alejándome.

-Adiós, amor.- le guiño un ojo, caminando hacia atrás.

-¡No me dejes con las ganas!- hace un puchero, cruzándose de brazos.

-Cariño, y con peores te voy a dejar.- medio grito subiéndome al coche, encendiendo el móvil y enviando el mensaje que ya le tenía preparado.

Nada más ver la foto, se sonroja y abre los ojos como platos, dirigiendo su mirada hacia mi. Traga duro y apreta la mandíbula, tomando una actitud más dominante.

Le indico a Pablo que nos podemos ir entre risas. Mi mejor amigo está algo serio, pero se nota que le ha hecho gracia la situación.

Me entra más la risa cuando veo un mensaje de Pedri. Sí, la foto es una foto digamos… Sugerente, mía.

Chico bueno❤️‍🩹

Esto no se quedará así.

Esa era la
intención ;)

Dejo el móvil a un lado y me giro a mirar a Pablo. Para relajar el ambiente, enciendo la radio de su viejo coche. Automáticamente empieza a sonar "Cardigan" y yo sonrío. Qué temazo.

-Bueno, habla.- me dice.

Y a partir de ahí estamos todo el trayecto desde el aeropuerto norte hasta Adeje hablando de lo que me ha pasado con Pedri.

-Puedo llegar a entenderlo, sí, pero eso no me impide tenerle asco. Sara, era yo el que se levantaba a las tres de la mañana y corría hasta tu casa cuando escuchaba tus gritos con los ataques de ansiedad. Yo fui tu hombro en el que llorar los tres primeros meses en los que no querías salir de casa. Así que, porfavor, entiende que yo le respeto y respeto lo que tienen sola y únicamente por ti y porque te hace feliz.- me explica y yo hago una mueca asintiendo. Sé que es lo que hay, no puedo pedirle más.

-Entiendo.- él coge mi mano y la lleva hasta su boca para darle un beso.

-Te quiero mucho, ¿Vale?-

-Yo también.-

(...)

Suelto un suspiro cuando toco el timbre de la casa vecina. Mi familia vive en una comunidad de casas adineradas, así que me he criado con esta gente. Lamentablemente, no es la casa se Pablo a la que estoy llamando.

Marta me abre y sus ojos se ponen como platos para después llevarse una mano a la cara y que sus ojos se llenen de lágrimas, igual que los míos. Me acerca a ella y nos abrazamos de manera fuerte y cariñosa. Ella es como mi segunda madre, independientemente de lo que haya pasado, a Marta la quiero muchísimo. Mi madre y ella me han criado y me han ayudado muchísimo. Siempre pensé que jamás encontraría a nadie que se asemejara a ellas pero Rosy está siendo vital ahora mismo en mi vida.

Cuando mi suegra se enteró de lo que había pasado con su hijo y que yo estaba en Tenerife, vino a buscarme y a ser mi hombro en el que llorar. Venía todos los sábados a las once y media de la mañana, jamás se olvidó de uno en siete meses, jamás.

-Mi niña, estás preciosa.- Marta me acaricia la cara y yo le sonrío enternecida.

-Me alegro mucho de verte.- le comento y la sigo una vez me deja pasar.

Entramos a la sala y no puedo evitar mirar la cantidad de fotos que hay. En casi todas sale un niño de ojos claros y sonrisa preciosa, hay una en la que salen un grupo de niños con un balón de fútbol, un día de verano. ¿Que cómo lo sé? Pues porque yo salgo en la foto, yo estuve allí. También salgo en otra foto, la de mi comunión. Marta le pidió a mí madre una copia un poco más grande que las pequeñas estampas que regalaron a los demás.

-¿Le has visto allí?- me pregunta. Sí, por si no lo sospechaban ya, es la madre de David.

-Sí, y de eso venía a hablarle. Pero necesito también hablarlo con Juan.-

-Oh, espera, ya le llamo.- ella traga duro y yo hago una pequeña mueca de tristeza. Juan siempre ha sido un hombre de carácter fuerte y con su mujer es un amor, pero con su hijo jamás lo fue. En los negocios es un hombre exitoso, socio de mi padre y muy conocido.

Una vez entra en la sala, me regala una sonrisa un poco forzada y nos damos la mano a modo de saludo.

-¿Y bien?- pregunta, sentándose en frente mía.

-Su hijo y yo tenemos una historia detrás, y ustedes lo saben.- ambos asienten y yo me motivo a seguir hablando.- Pero él en su momento hizo cosas muy malas hacia mi persona.- enseño una carpeta que traía en mi bolso y ellos abren todo, viendo todas las pruebas del día que hizo público mi cuerpo.- Estás son todas las pruebas que pude haber presentado, pero no lo hice porque creí y creo que su hijo no es mala persona. Pero ahora está insistiendo mucho conmigo, tanto hasta el punto que me llego a sentir acosada. Yo tengo una relación muy bonita que me ha costado muchas alegrías pero también muchas lágrimas conseguir, así que no me gustaría que su hijo me esté citando todo el tiempo para dar una imagen de mi que no es.- les doy la otra carpeta donde hay miles de copias de noticieros llamándome de todo por su culpa. Mi corazón se hunde cuando veo a Marta contener un sollozo, pero me obligo a continuar.- Solamente me gustaría que hablasen con él para que no siga insistiendo en mi. Sino, presentaré todas las pruebas en dos denuncias, una por divulgación de fotos sin mi consentimiento y otra por acoso.- termino y suelto un suspiro, limpiando la lágrima que cae por mi mejilla.

Pero es inevitable que salgan más cuando escucho el sollozo de la mujer a mi lado y veo como se levanta de manera débil.

-Ahora vuelvo.- se dirige al baño, dejándome sola con su marido.

-Entiendo tú punto, Sara. Te he visto crecer, al igual que a tu hermano, así que está situación no es para nada de mi agrado. Tengo una hija, un par de años mayor que tú, Vivian, supongo que ya la conocerás.- yo asiento.- No me gustaría que ella pasara por algo así, hablaré con mi hijo.-

-Muchas gracias.- me levanto lentamente del sillón en el que estaba.- Tengo que irme ya, ya sabe, comida familiar con mi familia y la de mi novio.- sonrío un poco incómoda. Este hombre intimida que flipas.- Dale un beso a Marta de mi parte, volveré un día y estaré con ustedes más tiempo.- Lo veo asentir y es mi señal para salir de esa casa con un nudo de nostalgia en el estómago.

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Buenas noches mis niñosss.

Aquí su cap🫶.

Voten porfis.

Los cheruuu.
Se despide,
-G.

This love ❑ Pedri González. ✓Where stories live. Discover now