XXI

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Capítulo veintiuno
-Mimos-
Barcelona 08:30

Me siento en mi escritorio de la oficina y automáticamente conecto el portátil. Estamos a Lunes por la mañana y estoy algo agotada. El domingo me la pasé limpiando con Ori y Gavi todo el desastre de la noche anterior. Así que, hoy tengo un dolor de espalda que no me lo quita nadie.

Escucho como llaman a la puerta y sonrío al ver una cabellera pelirroja al otro lado.

-Pasa.- le indico y ella entra, cerrando la puerta tras de sí, para después sentarse.- ¿Sucede algo?-

-Umm, varias cosas. ¿Empiezo por las personales o por las laborales?- soltamos ambas una pequeña risita.

-Laborales, porfi.-

-Bueno, tengo algo más de información importante sobre el nuevo comprador… O bueno, nuevos.- abre una carpeta y empieza a leer en su cabeza alguna que otra información.

-¿Nuevos?-

-Sí, por lo visto, según me han comunicado, son dos compradores totalmente independientes el uno del otro, pero que han querido unirse para la causa, dicho de manera informal.- me explica.- Uno de ellos es empresario popular en otra parte del país, según me comentaron, del sur, me suena Málaga, pero no me hagas mucho caso. Por esto mismo, le ha encargado ocuparse de su parte aquí en Barcelona a su director de operaciones, que dirige la sucursal de aquí.- vaya, eso sí que no me lo esperaba.- pero han viajado desde hace varios días para hacer el contrato y, finalmente, en dos días, firmarlo.-

-¿Dos días?- la miro alarmada.- Joder, no me han dado tiempo ni a prepararme, no sé ni qué decir…-

-Pero sí sabes la decisión que tomar, ¿No?- yo asiento.- pues despreocupate de lo demás.-

-¿Algo más? ¿Tienes algún detalle más de los compradores?-

-Sip, el otro es muchísimo más joven, y bastante guapo a decir verdad. Me han enseñado una foto pero, no sé por qué razón, no han querido pasármela ni nada.- se encoge de hombros.- Él sí vive en Barcelona.-

-Pues nada, a inventarme algo que decir.- me quito las gafas mientras ruedo los ojos. Y sí, al final he decidido que, más que sea mientras trabajo, es mejor tener las gafas puestas y no forzar la vista.

-Tranquila, te saldrá bien, eres buena con las palabras.- me anima, acariciando mi hombro.

-Bueno y… ¿Qué era lo personal?- le pregunto y veo como se enrojece al instante.

-Emmm, quizá me haya atraído un poco tú mejor amigo. Osea, más de lo que ya lo hacía cuando era mi celebrity crush. Es que ahora sé un poco cómo es y no sé.- empieza a jugar con sus anillos de manera nerviosa mientras baja la cabeza.

-Valentina.- la llamo y ella levanta la cabeza a mirarme.- Te atrae, ¿Cierto?- ella asiente.- Pues entonces sigue adelante, que salga lo que tenga que salir. Yo no puedo darte pistas ni mucho menos porque Gavi y yo no hemos hablado de manera más filosófica desde hace días, así que no sé lo que piensa al respecto. Sé que no le caes mal y ese es un buen comienzo, a Gavi le suele caer mal mucha gente.- suelto una leve risa.

-Ya, se le nota, es muy picado.-

-Y eso es lo más divertido. No veas cómo se pone cuando a veces le doy collejas y salgo corriendo.- me río.

Ella va a hablar pero de repente un señor de unos cuarenta años toca a la puerta. Es un empleado de la empresa, que, según recuerdo, se llama Héctor y es el jefe de compras.

-Perdonen por interrumpir señoritas, pero necesito hablar de unos albaranes con la señorita Pérez.- anuncia con voz calmada y una sonrisa.

-Bueno, seguimos hablando otro día, ¿Vale?- me dice Valen levantándose y dirigiéndose a la puerta.

This love ❑ Pedri González. ✓Where stories live. Discover now