XXIII

3.3K 172 37
                                    

Capítulo veintitrés
-Chico bueno-
Barcelona 09:00

Estoy exageradamente nerviosa. Hoy nos han citado directamente más tarde en el trabajo por ser el gran día. Vamos a firmar con los compradores y, por alguna extraña razón, tengo más prisa por saber quiénes son qué por firmar.

Me visto rápidamente con una camisa blanca y unos pantalones de vestir negros, sencillo pero elegante. La firma es a las 10:00, y teniendo en cuenta que vivo a media hora de mi trabajo, es mejor salir antes.

Le escribo un mensaje a Ori preguntándole si íbamos juntas, a lo que recibo una respuesta automática.

Rata🤍

Llevo esperando
aquí abajo
por tí diez minutos

Y por qué no
me avisas? 💀

Porque quería
probar si te acordabas
de mi 🤗

Ya bajo😩


Me río metiendo el móvil en el bolso y me fijo en cómo me veo. Llevo el pelo ondulado porque he decidido arreglarme para la ocasión, como es obvio. Si hablamos del maquillaje no hay mucho, un eyeliner simple con un ahumado en el párpado, rímel, un poco de corrector para mis pequeñas ojeras por no haber podido dormir bien estos días, colorete y un pintalabios rosa nude y mate.

Nada más entrar en el coche me recibe una Ori con una coleta alta y una mirada nerviosa. Le doy un sonoro beso en la mejilla y ella me lo devuelve para después arrancar.

-¿Nerviosa?- le pregunto.

-Nah, curiosa. ¿Tú?-

-Estamos en las mismas, no sé por qué, pero tengo el presentimiento de algo muy inesperado.-

Ella asiente y yo me encargo de encender la radio. Automáticamente la melodía de "Heather" comienza a sonar y yo me pongo un poco incómoda. Sigue recordándome a esa chica, la ex de Pedri.

-Te recuerda a ella, ¿No?- Oriana lee mis pensamientos y yo asiento sin mirarla.- Es amiga mía y tal, pero sí es verdad que en ámbitos amorosos es muy egoísta. Pero al final mira, no sé cómo lo has hecho pero el canario solo tiene ojos para ti.-

-Pero...- me interrumpe.

-Aquí no hay pero que valga Sara, por dios, es una realidad. Si el día que tú y yo nos besamos estuvo haciéndome la ley del hielo dos horas.- suelta una pequeña risita recordándolo.

-¿De verdad?- la escucho bufar.

-Joder que sí, y encima cuando lo arreglamos me dijo: para la próxima no te perdono, es mía. Será tarado.- ahí yo también empiezo a reírme. Conozco a Pedri, a pesar de que quizá lo piense de otra manera, esto último lo dijo en broma para aliviar la tensión que había entre ellos.

-He estado pensando, quiere dejar a la loca esa, pero, ¿Y si solo está jugando conmigo?-

-Mira, conozco a Pedri desde hace unos tres años más o menos, y jamás lo había visto mirar a alguien así, ni siquiera a Heather, y mira que fue su novia.-

-Bueno, hablamos de esto después.- le digo cuando veo que estamos ya aparcando para entrar a la empresa. Miro la hora y abro los ojos.- Oriana, son las 09:55, nos quedan cinco minutos. CORRE.-

Salimos del coche a toda mecha y entramos a paso rápido por las instalaciones, saludando con la cabeza a todos los dependientes que nos desean los buenos días.

-¿Qué habitación era?- le pregunto a Ori una vez llegamos a la tercera planta.

-La PG-65.- me indica y llegamos a la habitación.

This love ❑ Pedri González. ✓Where stories live. Discover now