This love ❑ Pedri González. ✓

XXXI

Capítulo treinta y uno
-Feria-
Barcelona 19:00

Conecto el bluetooth y automáticamente pongo "La inocente" y la grito a todo pulmón, con un chico a mi lado que también la canta, aunque más bajito y con media sonrisa en su cara por mirarme tan feliz.

-Pepi.- lo llamo y él hace un amago con la cabeza para indicarme que continúe.- Quiero intentar subirme en una montaña rusa de esas, siempre me han dado miedo.- hago una mueca y él frunce el ceño.

-¿Por qué? ¿Una mala experiencia?- comienzo a asentir varias veces.

-Una vez en un viaje de fin de curso fuimos a Madrid y fuimos al parque Warner. Mis amigas de aquel entonces me convencieron para subirme al "Superman" y yo accedí porque de primeras no se veía para tanto.- ruedo los ojos ante el recuerdo y ante mi clara estupidez.- Amor, te lo digo enserio, cuando vi esa bajada pensé que iba a morir.- ambos soltamos una risa pero yo me detengo al sentir su mano sobre mi muslo, con un leve apretón.

-¿Nerviosa, Lunita?- suelta una risita y yo lo miro mal.

-No, para nada.- me cruzo de brazos pero comienza a acariciar mi muslo con su mano y mi piel se eriza.

-¿Decías algo?-

(...)

Mis ojos brillan con las luces de la feria, es enorme. Hay varias atracciones, tanto para los mayores como para los más pequeños, pero la que me llama la atención a mí es una llamada "Dragón". Es una montaña rusa enorme que llega al tamaño de un edificio más o menos, con muchísimas curvas y vueltas. Nada más observarla se me revuelve el estómago, no me gusta esta sensación, pero tengo que ir venciendo mis miedos.

-Vale, ¿Por dónde quieres empezar?- Pedri se pone delante mía y me coge de la cintura, acercándome a él.

-Mmm, creo que por una más tranquila, quizá esa.- le señalo una típica atracción que tiene vagones que suben y bajan. Una especie de "Máster" o "Saltamontes" en Canarias.

-¿Vas con todo, eh?- suelta una risita y me coge de la mano para acercarnos a la cola para coger la entrada.

En lo que esperamos, le saco varias fotos al atardecer, que hoy tiene tonos anaranjados, comenzando a mezclarse con los azules de la noche. Y, al otro lado del sol, mi bellísima Luna casi llena.

-Es preciosa.- parece que me voy a partir el cuello por mirarla pero no me importa lo más mínimo.

-Igual que tú.- me da varios besos en la mejilla, captando mi atención y haciendo que me gire hacia él.

Pero antes de que llegue a siquiera besarlo, vienen dos chicas de cómo diecisiete años corriendo y sonriendo. Una es rubia y de ojos azules grandes, es bastante bonita. Y la otra es morena con ondulaciones.

-¡Pedri!- gritan las dos dejándome sin tímpano.- ¿Podemos sacarnos una foto contigo?- esta vez la que habla es la rubia, sonriendo, o bueno, lo hace hasta que su amiga le choca con el codo y me señala con la mirada.- Toma.- me tiende el móvil con una sonrisa falsa y yo le hago la foto a las dos con mi novio.

Mi cara cambia cuando la rubia le da un papelito a escondidas, el cual mi novio coge y guarda en su bolsillo.

-Adiós guapo.- le guiña un ojo y me mira a mí con una mueca.- Gracias.- suelta cortante mientras recoge su móvil y se va con su amiga.

Me aclaro la garganta cuando un silencio incómodo se abre paso. La cola ya está casi terminando, puedo llegar a ver al chico que vende las entradas desde aquí.

Pero mi vista es obstruida por unas manos cortando un papel ante mis ojos y siendo tirado a la basura. Mi novio me coge de la cintura y me hace un leve puchero.

-Lo cogí por educación, lo juro.- se intenta excusar y yo suelto una risa.

-No te preocupes.-

-Odio que te miren así.- frunce el ceño.

-Me miran así porque sueñan con ser tus novias. Y lo que ellas quieren y solo pueden ver, yo me lo como cada que quiero, ¿Entiendes ahora por qué me la suda?- me encojo de hombros y le saco una sonrisa.

-Cada día estoy más enamorado de ti.-

(...)

-PEDRI, ME MUERO, ME MUERO, ME MUEROOO.- me agarro fuerte en la última curva del "Dragón" mientras mis ojos se llenan de lágrimas.

Nos bajamos de la atracción y suelto un suspiro, secándome como puedo las lágrimas.

-Es la hostia, Lunita.-

-¿La hostia? Ya he superado mi miedo, pero tengo muy claro que no me gustan.- niego con la cabeza.

-Ven, vamos por aquí.- me coge de la mano y me arrastra hasta un típico puesto de peluches y explotar globos.

-Deme una ronda.- pide mi chico y le da tres dardos tras pagar.- ¿Cuál quieres?- me señala con la mirada los muchos peluches que hay, pero mi mirada solo se fija en uno.

-¡El panda!- lo señalo. Es un panda gigante que mide aproximadamente la mitad de mi altura.

Pedri asiente y se prepara para lanzar. El hijo de puta tiene tanta puntería que acierta a la primera.

-Pues bueno, ya la has oído.- Pedri se encoge de hombros y la mujer sonríe tiernamente para luego bajar el peluche que pedí.

Nada más cogerlo lo abrazo con fuerzas, apretándolo contra mi. La mujer se fija en como Pedri me mira, en nosotros, para luego decir:

-Que sean muy felices, chicos. Y tú, cuídala.-

-Eso haré.- Pedri me da la mano y comenzamos a caminar por los largos pasillos de la feria.

Ya son como las nueve y media de la noche y estoy muertisima. Pero esas ideas se me van cuando llegamos en frente de una atracción de coches que dan vueltas para niños pequeños. Dentro, muchísimos niños y bebés se ríen y juegan.

-Yo siempre me imaginé trayendo a un hijo mío aquí.- le digo mientras le acaricio la mano.

-¿Sí?-

-Sip, siempre me ha encantado la idea de ser madre, no sé.- me encojo de hombros y él me sonríe para mirar de nuevo a los niños.

-A mi nunca me ilusionó mucho.-

-¿Cómo que no? Es literalmente una personita que puede parecerse a ti, a la que tienes que cuidar y amar con tu vida. Y, si lo haces bien, lo tendrás con el amor de tu vida, ¿No entiendes lo bonito que es eso?- él me mira fijamente, sin contestar y me empieza a poner nerviosa.

Lleva nuestras manos unidas a sus labios y me da un beso en el dorso de la mano, enviando descargas eléctricas por todo mi cuerpo.

-Empiezo a entenderlo.-

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Buenassss.

Cap chiquito otra vez porque mi cansancio empeora :(.

Voten porfis.

Los cheruuu.
Se despide,
-G.