CAPÍTULO 67: La morgue.

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-¿En qué piensas, cariño? —él preguntó sin abrir sus ojos y fruncí el ceño mirándolo. —no me mires así, no estaba dormido, quería cuidarte por si tenías otra pesadilla. —besé su mejilla y me senté con cuidado haciendo una mueca al sentir un dolor en mis costillas.

-En qué me duele el cuerpo, pero me daré una ducha y después de ver a Mateo iremos a ver el cuerpo de ese idi*ta. —dije levantándome de la cama y Matt me sujetó del brazo haciéndome girar con cuidado. —no intentes hacerme cambiar de opinión porque no va a funcionar. —le advertí viendo cómo se colocaba de rodillas en la cama.

-Te llevaré, aunque me gustaría que primero desayunes, que te tomes un momento con Mateo, que hables con nosotros de lo que pasó cuando llegaste al cementerio, sé qué duele, pero no puedes callarlo y pretender que nada pasó. —dijo sujetándome de la cintura y apegándome a él. — ¿lo harás?

-Matt no quiero discutir contigo, menos ahora, pero no pretendas hacerme creer que entiendes por lo que estoy pasando, de cuanto esto me duele...porque jamás pasaste por algo así, nadie te hizo daño durante toda tu infancia, nadie te jod*o tanto que esa oscuridad que daba miedo se volvió parte de ti y aunque intento que no se siga apoderando de mí...no es fácil, no solo puedo ser positiva, alagarme todas las jodidas mañanas pensando que todo va a cambiar o que mi pasado se irá con un simple perdón...el perdón después de tantos años no cambia absolutamente nada, el daño sigue ahí, una estúp*da palabra no te sana...lo peor es que él ni siquiera la dijo o realmente se arrepintió, no lo hizo...merecía sufrir más y fui tan tonta de pensar que no debía matarlo...ya no quería cargar una muerte más porque no quería llegar a ser un monstruo cómo él, que tú o mi hijo me vieran cómo uno. —creo que exploté al gritarle todo eso. —en serio lo siento...eres quién menos tiene la culpa en todo esto... —me disculpé separándome de él, pero me acercó más abrazándome con fuerza y suspiré apoyando mi frente en su hombro.

-Nunca te compares, ni con él ni con nadie, tú eres capaz de dar tu vida por quienes amas, en cambio él daría lo que más ama para su propio beneficio. —subió su mano a mi mejilla y la acarició suavemente. —bórrate de la cabeza esa tontería de que pensaré eso de ti porque no es así, te admiro porque soportaste mucho, ahora entiendo porque tu carácter es así, además me gusta cómo eres, que no se te olvide que así me enamoraste y no pretendo cambiar nada de ti.

-Yo...no sé qué decir, es solo que... —carraspeé colocando mis manos en sus hombros mirándolo un poco borroso por las lágrimas que se acumularon en mis ojos. —lo que sucedió cuando llegue fue que peleamos, me golpeó, yo a él, nos insultamos...estuve a punto de matarlo, luego él a mí, pero llegaron los chicos y le dispararon. —murmuré frunciendo mi ceño. —lo que me afecta más es el hecho de que no le hice pagar nada de lo que me hizo...

-¿Sucedió algo más que no me estés contando? —preguntó bajándose de la cama para cargarme en sus brazos. —le hiciste pagar con su vida, debes de estar bien con eso porque no solo eso te liberó, sino que ayudaste a muchas personas que pudieron ser víctimas de ese maldito.

-No sucedió nada importante que necesites saber, así que tranquilo. —le respondí separándome de él. —supongo que tienes razón, me daré una ducha rápido y bajaré a desayunar, ¿puedes revisar que Mateo esté bien? —él beso mi frente antes de salir de la habitación y suspiré caminando al baño. —en serio me gustaría pensarlo de esa manera, pero no puedo y no creo poder hacerlo, está impotencia no me deja. —susurré pasando mi mano por mi rostro.

Después de darme una ducha me vestí con unos jeans ajustados, una blusa negra, arreglé mi cabello en una coleta y mis botines negros. Respiré hondo antes de salir de la habitación, no quiero darle explicaciones a nadie, sé que quizás las necesitan, pero ahora no estoy lista.

-¿Te sientes mejor, hija? —preguntó mi papá en cuanto me vio entrar al comedor. — ¿no quieres hablar sobre eso? —arrugué mi nariz negando despacio mientras me sentaba a lado de Matt. —perfecto, entonces a desayunar.

-¿Qué? ¿Harán cómo si no hubiera pasado nada? —Matt preguntó confundido mirándonos. —por poco la matan y no le dicen absolutamente nada. —nos miramos entre sí y ellos empezaron a reír.

-Hijo no tienes idea de cuantas veces ella o alguno de nosotros apuesto su vida en riesgo. —le dijo mi papá apoyando sus brazos sobre la mesa. —obviamente nos preocupamos y hacemos todo lo posible porque no suceda una tragedia, sin embargo, cuando el peligro pasa nos damos cuenta de que no hay que gastar tiempo en estar en un rincón llorando y pensando en lo que pudo haber pasado, ella nos contará cuando quiera, para mí el que esté aquí con nosotros es más que suficiente. —sonreí levemente y los chicos dijeron al mismo tiempo "Y para mí" mientras comían. —además si la presionas lo único que obtendrás será una patada en cul*

-Comprendo...lo que pasa es que se ven tan indiferentes con lo que sucedió, pero al conocer su forma de ser me doy cuenta de que son muy unidos y se quieren. —dijo mirándome y puse mi mano sobre la suya dándole un suave apretón. — ¿cómo te sientes? —me preguntó soltando mi mano cuando me entregaron mi desayuno.

-Me duele un poco la cabeza y el cuerpo, no sé si es por los golpes o me dará un resfriado. —murmuré encogiéndome de hombros. —ahorita me tomaré algo por si acaso. —miré a mi papá y fruncí mi ceño. —necesito ver el cuerpo de Joel. —todos dejaron de comer para mirarme. —saben que es algo que tengo que hacer...sola. —mi papá aceptó, pero con la condición de que él me llevaría así que no me quedó de otra que aceptar, no tengo cabeza para ponerme a investigar en dónde lo tienen.

Al terminar de desayunar aproveché de que Matt subió a ver a Mateo para decirle a mi papá que me llevará, al principió dudo un poco, pero al final me llevó sin hacer ruido, no es que me moleste llevar a Matt...es solo que debo hacer esto sin que nadie me esté mirando con lastima. Cuando llegamos papá se estacionó, ambos bajamos sin decir nada y en cuanto nos dejaron pasar a la morgue, mis manos comenzaron a sudar entre más avanzaba por el pasillo.

-¿Segura que quieres entrar sola? —papá preguntó al estar frente a la puerta y asentí despacio apretando mi mandíbula al colocar mi mano en la puerta. —estaré cerca por si necesitas algo, solo grita y vendré corriendo...recuerda que ya no puede hacerte nada. —él dejó un beso en mi sien y se alejó.

-Papá...dame tu arma. —le dije girándome hacia él y me miró frunciendo el ceño. —no me haré daño, lo juro. —sacó su arma de su funda y me la entregó dudoso. —gracias...te llamaré si te necesito. —fue lo último que le dije antes de entrar a la habitación y me quedé congelada al verlo en la mesa con la manta cubriendo todo su cuerpo mientras aparecía en mi mente cuando él cayó encima de mi cubierto de sangre. —está muerto...no te hará daño...no seas cobarde. —murmuré cargando el arma y obligándome a avanzar hasta quedar a su lado.

Apreté mi mano en la pistola mientras que con la otra sujeté la sábana descubriendo su rostro poco a poco hasta la mitad de su estomagó, al ver las heridas de las balas y su rostro mis ojos se cristalizaron por culpa de las malditas lágrimas mientras expulsaba el aire que tenía retenido.

-¿Por qué siento que no es suficiente? Tenías que sufrir más. —le hablé separándome y caminé de un lado al otro rascando ligueramente cerca de mi sien con la pistola. —tu vida no vale nada para mí...tenías que pasar un infierno peor del que me hiciste pasar y me hierve la sangre de no haber tomado justicia por mi propia mano, es que fui tan imbéc*l. —reproché dándole una patada a la mesa en dónde estaba su cuerpo. —no te perdono, ni te perdonaré todo el martirio que me hiciste pasar, pero hay otra parte de mí que se alegra tanto que ya estés así y si existe el infierno espero que estés sufriendo de la peor manera posible, maldito... —levanté una ceja guardando el arma y me acerqué a él sujetando la mesa moviéndola hasta salir de la habitación, con ayuda de los pequeños carteles en la pared me guíe para llegar a ese lugar dónde los creman.

ATADO A TI.Where stories live. Discover now