CAPÍTULO 41: Un lindo momento.

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Agarré mi celular llamando a mi papá, pero no contestó, así que llamé a Marcus, aunque tampoco lo hizo. Hice una mueca dejando el celular en el mueble para darle de comer a Mateo. Lo miré sonriendo, acariciando su mejilla. —espero que los días se pasen rápido y tu abuelo se comunique con nosotros lo antes posible. —susurré acomodando mi blusa cuando terminó de comer y lo acomodé para darle golpecitos en su espalda.

Unos minutos más tarde Tessa subió para que bajara a comer, así que dejé a Mateo dormido en la cuna y bajé saludando a todos incluyendo al esposo de Karen. La cena transcurrió normal, el señor es amable, me habló cómo si fuera su hija, aunque fue algo raro no me sentí incomoda, tal vez me atrevería a decir que estaba cómoda. Al terminar la comida me fui a mi habitación a recostar, cerré mis ojos quedándome dormida poco a poco, sin embargo, desperté por unos movimientos bruscos y fruncí mi ceño abriendo mis ojos.

-Lamento despertarte, pero Michael salió hace rato y no ha llegado. —susurró Tessa y me senté en la cama pasando mis manos por mi rostro. —no quiero asustar a mamá, no sé a dónde fue.

-¿Tienes auto? —me levanté acercándome a tomar mi mochila y saqué algo de ropa. —iré a buscarlo, pero necesito que cuides a Mateo y que esto quede entre nosotras, ve por las llaves en lo que me cambio. —asintió y salió de la habitación, aproveché para cambiarme rápido y revisé que Mateo estuviera dormido antes de salir de la habitación.

-Aquí están, pero ven te diré cuál es mi auto. —la seguí hasta la cochera y fruncí mi ceño al ver un mini cooper amarillo. —no me juzgues me gustaba cuando tenía dieciséis.

-Yo no dije nada, pero deberías tener uno mejor, cuida bien a Mateo, trataré de no tardar, creo que ya se en donde puede estar. —le dije entrando al auto y salí en cuanto ella abrió la puerta de la cochera conduciendo hacia la bodega. Al llegar bajé del auto caminando entre la gente que salía demasiado alborotada, fruncí mi ceño entrando a la bodega. — Tato, ¿dónde está Diablo?

-Hola enana, creo que está en la habitación del fondo, ya sabes, cobrando algunas deudas. —maldije por lo bajo corriendo a la habitación y al entrar Diablo me miró sonriendo.

-Mi*rda Diablo deja de golpearlo. —fruncí mi ceño acercándome a desatar a Michael de la silla. — ¿qué no te dije que ya no vinieras? Jod*r lo dejaste todo golpeado.

-¿Qué haces? Aun no termino con él. —preguntó Diablo mirándome confundido. —él nos debe dinero y tiene que pagarlo, además hay una reputación que cuidar. —rodé mis ojos ayudando a Michael a levantarse.

-La deuda te la pagaré yo, pero no le van a volver a poner un dedo encima ni aceptar una apuesta, no te hagas que de seguro te diste cuenta de que era un niño rico e hicieron trampa, ¡Tato ven aquí! —le grité y llegó corriendo. — ¿Podrías curarlo? Iré en unos minutos. —él asintió llevándose a Michael. —te daré tu dinero en cuanto amanezca.

-¿Por qué estás pagando su apuesta? —me miró entrecerrando sus ojos y me encojó de hombros caminando a la puerta. —no aceptaré el dinero a menos que me digas. —dijo caminando detrás de mí.

-Es mi medio hermano, le dije que le ayudaría, así que te pagaré, pero no le vuelvas a poner un dedo encima, es un mocoso, no sabe en que se mete. —se puso delante de mí cruzándose de brazos y lo miré levantando una ceja. — ¿ahora qué?

-No me vas a pagar, por esta vez lo dejaré pasar, pero no te aseguro que no lo golpeé de nuevo si intenta apostar. —asentí mirándolo. —así que tus hermanos son unos niños ricos.

-Medios hermanos y si lo son, pero no voy a estarles salvando el culo a cada rato, esta es la primera y última vez que ayudaré a Michael. —fruncí mi ceño caminando a la habitación y al entrar Tato estaba terminando de curarlo. — ¿qué mi*rda tienes en la cabeza para venir si les debes dinero?

ATADO A TI.Where stories live. Discover now