CAPÍTULO 17: La verdad III.

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-¿Me ayudas a llevarlo al hotel? —le dije a Thomas, el cual me sonrió y le devolví la sonrisa cosa que empeoró las cosas porque Matt tapó mi vista aventando a Emily. — ¡MATT! ¿Qué te pasa? Casi me caigo. —ella le gritó molesta.

-No la mires así...es mi esposa, aléjate de ella. —le dijo a Thomas empujándolo, aunque fue él quien se tambaleo, pero lo sostuve para no cayera, aunque debí dejarlo, tal vez así se queda quieto. —ella es mía, ni tu ni nadie me la van a quitar.

-Te llevaré al hotel, vamos hermano. —lo sujetó del brazo arrastrándolo y pues yo solo me quedé mirando incomoda. —no puedes estar haciendo escándalo y menos ponerlas en esta situación tan incomoda. —lo regañó, sin embargo, Matt lo ignoró.

-Anahí amor, ven vamos tu vienes conmigo. —gritó Matt tratando de tomar mi mano. —ven yo te cargo. —me hizo gracia su comentario, pero obviamente no me reí. —ya vamos, quiero estar contigo y no separarme nunca.

-Ve con ellos y te prometo que te seguiré en mi auto, no puedo dejarlo aquí porque lo pueden robar. —tal vez le mentí poquito, pero si no es capaz de no irse nunca y mi paciencia se está agotando.

-¿Lo prometes? —se acercó a mi besando mi frente y me sonrió. —te espero en la cama, me daré una ducha para no estar apestoso. —no entiendo porque cada que dice algo me causa ternura. —te amo tanto. —me tensé ante sus palabras.

-Sí, ve anda, no tardaré. —le sonreí dándole una palmada en su brazo y cuando se alejaron miré a Marcus él cual comenzó a reír. —no es gracioso idiota. —gruñí mirándolo, pero al sentir un empujón me giré mirando a Emily. — ¿a ti que te pasa? ¿por qué me empujas?

-Aléjate de Matt...no te quiero cerca de él, es mi esposo no tuyo...si no atente a las consecuencias. —me dijo Emily mientras se alejaba rápido de mí...cobarde, todos son una bola de locos, no los soporto.

Después de ese incomodo incidente me fui a mi casa a descansar o por lo menos eso quería hacer, pero no pude ya que el beso con Matt me tenía mal, aún más por haberle correspondido ese beso. Me removí en la cama una vez más colocándome boca abajo hundiendo mi cara en la almohada y ahogando un grito de frustración, no entiendo porque tenía que aparecer de nuevo, ¿quién se cree Emily para amenazarme? Pensé que era una buena persona, pero algo me dice que no es así...no me debo de rebajar a pelear por un hombre que ni siquiera recuerdo... ¿o sí? No, en definitiva, no, ¿lo amé? Tal vez sí, pero a estas alturas creo que ese sentimiento está más que enterrado. Me levanté de la cama acercándome a la cuna mirando el rostro de Mateo que dormía plácidamente, ahora entiendo porque tiene ojos azules y la forma de la nariz es así, se parece a él...de mí solo sacó el color de cabello, pero lo bueno es que es tranquilo.

Miré la hora en el reloj de la pared e hice una mueca al ver que apenas serían las seis de la mañana, me alejé para ir a darme una ducha rápida, al terminar me cambié colocándome una blusa de manga larga gris, unos pantalones de negros y zapatos del mismo color. Ya que estuve lista bajé a la cocina preparándome un cereal, no es cómo que tenga mucha hambre, de solo pensar a quien iré a ver se me revuelve el estómago, mientras desayunaba Jasón se sentó frente a mí sirviéndose cereal.

-Buenos días Ann, ¿solo comerás eso? Es un largo viaje a la prisión...tienen que tomar un vuelo. —observé a Jasón encogiéndome de hombros. —por lo menos llévate algo de comida para el viaje, es malo que no comas cómo debes.

-En el avión de seguro tienen algo, no te preocupes, ahora necesito que me cuentes que fue lo que les dijo ese bastardo cuando fue arrestado. —murmuré terminando de comer y me levanté para lavar el plato. —no quiero que vaya a mentir o se dé cuenta que no recuerdo nada.

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