CAPÍTULO 40: Nueva familia II.

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-Antes de abrir el sobre... ¿Quieres algo de beber o comer? —me dijo Karen tomando mi mano y la quité lentamente. —perdón...es que estoy nerviosa, aunque yo confió en lo que me dices.

-No gracias, estoy bien, pero adelante, ábralo de una vez para evitar problemas. —mencioné más que nada por la cara que tiene Michael, se ve molesto, aunque no estoy segura si sea por mí o por otra cosa.

-De acuerdo...aquí voy. —Karen agarró el sobre de la mesa, sus manos temblaban mientras lo abría y me miró sonriendo antes de sacar los papales. —veamos dice qué... —se quedó en silencio unos segundos y sus ojos llenaron de lágrimas. —lo sabía, sabía que no necesitaba esto para darme cuenta de que eras tú...mi hija.

-¿Entonces sí es nuestra hermana? —Tessa preguntó emocionada y se levantó abrazándome, aunque tuvo cuidado de no aplastar a mi bebé. —que emoción, tengo una hermana mayor a la que le podré contar todo, siempre quise una porque con el bobo de Michael no se puede hablar.

-Ya que sí eres su hija no me queda nada más que decir bienvenida. —dijo Michael poniéndose de pie, pensé que también me iba a abrazar, pero no fue así, caminó hacia las escaleras. —tengo que ir a hacer tarea, mañana iré a una fiesta y no quiero tener pendientes. —mencionó antes de irse y miré a Karen que aún seguía llorando.

-Llevaré a esté hermoso bebé a mi habitación para que ustedes puedan hablar tranquilas, cuando acabes puedes subir, mi puerta es una color lila al fondo del pasillo a la izquierda. —asentí al escuchar a Tessa y cuando se fue dirigí mi mirada de nuevo hacia Karen.

-No tengo palabras para decirte todo lo que estoy sintiendo en estos momentos, te creí muerta...y ahora estás aquí, sufriste por mi culpa cosas tan horrendas, sé que pedirte perdón no es suficiente y tampoco borrará todo lo que te pasó. —ella murmuró entre sollozos y suspiré acercándome a ella.

-Sé que le dije muchas cosas hirientes, cosas que no fueron su culpa, ninguna se podía imaginar que alguien pueda ser tan cruel con su propia hija, pero no fue por usted, fue él quien me hizo daño y a usted. —dude un poco antes de tomar su mano y me miró a los ojos. —estoy bien...tomé terapia por varios años, aunque quedaron algunos traumas los puedo controlar, no necesito que se lamente cada día por lo que pasó, me encargué de cada uno de ellos hasta de Joel, así que no me mire con lástima que no la necesito.

-No es lastima, hija...sé qué piensas que porque no estuve a tu lado todos estos años te olvidé, pero no fue así, cada día de mi vida has estado presente, no solo para mí, si no para mi esposo, para tus hermanos e incluso tus abuelos, te quise, te amé y lo sigo haciendo, te miro de esa manera porque hubiera querido protegerte de todo, lo haré, aunque sé que no me necesitas daré mi vida por ti. —desvié mi mirada al sentir mis ojos nublarse y suelto su mano. —espero que algún día puedas llamarme mamá, que me ames cómo a una...

-Si le soy sincera no sé si pueda llamarla de esa manera, porque cuando era una niña anhelaba por usted, pero con el tiempo fui olvidando su rostro, su nombre y la única madre que tuve fue Carmen, se convirtió en mi mejor amiga, en mi hermana, ella me enseñó todo lo que una madre debió de hacer. —fruncí mi ceño mirándola y relamí mis labios. —sé que no fue su decisión o su culpa, pero no crea que de la noche a la mañana usted será la madre que nunca tuve, siento ser tan tajante en decirle esto, pero es así, no digo que con el tiempo no la querré, necesito tiempo, que me comprenda y no fuerce las cosas.

-Gracias por hablarme con la verdad y te prometo que pondré todo de mi parte sin empalagarte, dejaremos que todo fluya. —se puso de pie frente a mí y suspiró. — ¿podrías dejar que te abrace?

-De acuerdo, gracias a usted por entenderlo. —asentí levemente levantándome y me acerqué dejando que me abrazará, tarde unos segundos en corresponderlo. —lamento mucho sí le traigo problemas con su hijo y su esposo. —murmuré al separarme y ella me sujetó de las manos.

-No pienses así, Michael parece que no está emocionado, pero es todo lo contrario solo está un poco estresado desde hace algunos días. —ella me soltó y suspiró mirándome. —mi esposo estará encantado de conocerte, ahora está arreglando unos asuntos de su trabajo, pero no debe de tardar, ahora ve con tu hermana, Tessa dile que te enseñe tu habitación, yo veré si la comida ya está lista, estás en tu casa puedes explorarla libremente.

-Claro, gracias. —ella besó mi mejilla antes de irse y perderse por el pasillo. —ya me quiero ir. —susurré caminando hacia donde había dicho Tessa que estaba su habitación. Al subir a la habitación entre a la habitación, fruncí mi ceño al no verla hasta que me percaté de que está tenía la puerta roja, iba a irme, pero una foto en el escritorio llamó mi atención, me acerqué a tomarla mirándola detenidamente.

-¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué estás viendo eso? —la voz de Michael me hizo girar, él se encontraba recargado cruzado de brazos en el marco de la puerta del baño. — ¿Me dirás que estás haciendo con eso o solo te quedarás parada mirándome? —rodé mis ojos cuando se acercó a quitarme la foto. —no deberías estar aquí, menos agarrando mis cosas.

-Estaba pensando y no me di cuenta de que me equivoqué de puerta. —lo miré levantando una ceja. — ¿tu madre sabe que vas a peleas ilegales? ¿no crees que ese lugar no es para ti?

-¿Tu cómo sabes que es un lugar donde hacen carreras? No se ve ningún carro porque no es eso, solo es un lugar cómo cualquier otro. —me miró sorprendido y sonreí apuntando a la bodega que salía de fondo en la foto.

-Esa bodega era mía y esa inicial que se ve es por mí. —levanté una ceja y él suspiro sentándose en su cama. — ¿desde hace cuánto vas? ¿corres? ¿cuánto les debes?

-Hace algunos meses unos amigos me invitaron a ese lugar, pero. —hizo una mueca rascándose la nuca mirándome. —tuve un problema de apuestas con los dueños, les debo dinero y si no les pago tengo que subir a pelear, pero nunca he hecho algo así, perdona mi mal humor es que no sé de dónde sacar el dinero, mis papás no me darán porque ya he gastado demasiado en tonterías y...les debo más de cinco mil dólares.

-¿Qué? Pero...eso es demasiado dinero. —fruncí mi ceño pensando y negué despacio. —no te preocupes por eso, yo me encargaré, pero procura no ir y si lo harás no apuestes, suelen ser algo tramposos con los nuevos.

-¿En serio? De verdad muchas gracias, me preocupaba que llegarán a venir a hacerle daño a mi madre o a mi hermana. —se levantó a abrazarme y correspondí el abrazo dando unas palmaditas en su espalda.

-No es nada, sé que no nos conocemos mucho, pero si quieres ir y aprender un poco puedes decirme. —me separé y salí de la habitación, toqué la puerta color lila antes de entrar. —gracias por cuidarlo, Tessa.

-No fue nada, es muy lindo, me encantan los bebés. —me sonrió y me senté en la cama cargando a Mateo. —si no es mucha indiscreción... ¿su padre es ese hombre con el que fuiste al hotel?

-Sí, Matt es su padre, pero es un tema que prefiero no hablar porque las cosas con él son algo complicadas por ahora. —murmuré mirándola y me paré con mi pequeño en brazos. — ¿Podrías decirme en donde está mi habitación? Mateo necesita un cambio de pañal.

-Entiendo, es que lo pregunté porque creo que lo he visto en revistas, es guapo. —mordí mi labio asintiendo despacio, ella se levantó colocando la pañalera en su hombro y me llevó a la habitación. —puedes decorarla cómo tú quieras, si deseas ir de compras me avisas, yo feliz de acompañarte, amo comprar. —dijo al entrar a la habitación y dejó la pañalera en la cama.

-Sí, tiene una empresa de autos y si, es bastante guapo. —dejé a Mateo en la cama y miré a Tessa sonriendo levemente. —gracias, pero solo estaré dos días aquí, no es necesario comprar nada además así está muy linda la habitación.

-Claro cómo tú quieras, iré a ver si la cena yaestá lista mientras tu cambias al pequeñito. —besó mi mejilla y salió de lahabitación. Suspiré cambiándole el pañal a Mateo, cuando terminé lo carguésentándome en la cama con él. 

ATADO A TI.Where stories live. Discover now