CAPÍTULO 29: Padre e hijo.

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Los chicos en cuanto llegamos lo primero que hicieron fue arreglar la habitación para Mateo, pero movieron los muebles más de tres veces porque no se ponían de acuerdo hasta que Carmen les gritó que pararán, me da risa que se pongan tan intensos con eso. Pero después de mil horas por fin terminaron de acomodar todo y pude acostar a Mateo en su cuna. Cuando bajé con los chicos estaban sentados en la sala en silencio...eso es sospechosos.

-Ya suéltenlo... ¿Qué pasó? —dije al sentarme en el sofá individual mirándolos. —sé que pasa algo así que no traten de ocultarlo. —rodé mis ojos con fastidio.

-Papá llamó para avisar que el caso del robo está cerrado y vienen mañana porque quiere hablar contigo de algo importante, no me dijo de qué. —dijo Carmen e hizo una mueca abrazando el cojín. —no le conté lo que pasó en el centro comercial, pero debes contarle, tal vez si nos dejas podemos investigar lo que paso realmente, sabes que podemos hacerlo y así tomarás una decisión.

-¿Qué pasa si lo que dijo Joel es verdad? No tengo ganas de saber que realmente mi madre me abandonó en ese infierno por un hombre con dinero. —rasqué mi nuca frunciendo mi ceño. —es mejor seguir pensando que está muerta.

-¿Pero y si mintió? Sé que tienes miedo, pero es mejor que sepas la verdad...a menos que el tiempo te haya hecho una cobarde. —entrecerré mis ojos mirando a Diablo molesta y suspiré levantándome del sofá. —no puedes creer nada que diga ese hombre.

-De acuerdo, mañana le diré a papá que investigue y si la llegamos a encontrar le diré quién soy para que me aclaré todo... ¿felices? —fruncí mi ceño subiendo a la habitación, al entrar agarré mi maleta buscando mi pijama, después de cambiarme y revisar que Mateo siguiera dormido me fui a la cama, solo espero que mañana no se compliquen las cosas más de lo que ya están.

(......)

Desperté por el llanto de Mateo así que me arrastré por la cama hasta la cuna y lo miré sonriendo al acercarme a él, lo cargué en brazos para acostarlo en la cama, definitivamente aún no me acostumbro a cambiarle los pañales, pero que se le va a hacer, viene incluido en el paquete.

-Mateo eres una cosita hermosa, pero lo que dejas en el pañal definitivamente no, pero ser adorable te salva. —al verlo sonreí me acerqué a dejar un beso en su frente y terminé de cambiarlo. —ahora sí vamos a desayunar. —al cargarlo salí de la habitación, mientras baja las escaleras fruncí mi ceño confundida al escuchar las voces de los chicos discutiendo. —genial...llegaron tus tíos.

-Sí, pero en cuanto se enteré que está aquí terminaremos sin pelotas y en lo personal yo amo las mías, así que no quiero perderlas. —levante mis cejas al escuchar a Iván mientras me recargaba en el marco de la puerta.

-¿Quién está aquí y a quien le tengo que cortar las pelotas primero? —en cuanto me escucharon giraron hacia mi sonriendo nerviosos y suspiré al ver a Matt sentado con algunos cables conectados a su brazo y torso. —sinceramente esto no me lo esperaba...pero no debería de sorprenderme viniendo de ustedes.

-¡Fue papá! —todos gritaron al mismo tiempo y mordí mi labio apegando más a Mateo a mi pecho. —¡él lo trajo aquí! —si no fuera por Mateo ya le estaría aventando algún sartén.

-De acuerdo...podrían quitarle todo eso... —murmuré al ver el detector de mentiras sobre la mesa y respiré hondo al caminar hacia él. —Matt...él es Mateo, tu hijo. —él solo lo observó sin decir nada y cuando Iván le quitó los cables se levantó dando unos cuantos pasos hacia nosotros.

-¿Mi hijo? Wow se parece a mí. —sonreí asintiendo despacio. —tiene mis ojos y mi nariz...es muy lindo. —al ver que sus ojos se cristalizaron sentí algo extraño. —es tan pequeño...tan lindo.

-Sí, él es tu hijo y creo que deberías de cargarlo, no muerde...todavía, porque en cuanto le salgan los dientes morderá todo. —me miró dudoso, pero al final lo tomó en brazos. — ¿Quieres darle de comer? —él solo asintió, así que preparé el biberón y los chicos salieron dejándonos solos.

-¿Él está bien? Mi hijo...suena tan raro, aunque a la vez me gusta, tengo un hijo. —sonreí mirándolo. —dijiste que fue prematuro, pero ¿podemos llevarlo a mejores doctores para asegurarnos de que esté perfecto?

-Matt tranquilo, yo también pasé por eso, pero Mateo está muy bien, estuvo atendido por los mejores médicos. —solo me miró sin decir nada y rodé mis ojos. —de acuerdo...si estarás más tranquillo lo llevaremos a dónde digas.

-De verdad te lo agradezco...quiero estar presente en su vida y en la tuya si me dejas... —sujetó mi mano y la solté para entregarle el biberón. —no quiero perderme ninguna etapa más en su vida.

-Al principio me negué a que fueras parte de su vida...pero no quiero que él crezca sin un padre cómo yo, quiero que tenga lo que yo no pude, así que por su bien trataré de dejar a un lado lo que está pasando con lo de tu matrimonio, solo no confundas las cosas, tú y yo no tendremos nada hasta que te separes, si es que lo haces. —mordí mi labio y me senté en la barra mirándolo.

-Lo sé...lo tengo muy claro, seremos amigos hasta que solucione eso, lo haré...lo prometo. —le indiqué cómo darle el biberón y asentí despacio. —por cierto, tu familia me sometió a demasiadas preguntas durante el vuelo y en cuanto llegamos me conectaron eso, pero llegaste a tiempo sino estaría electrocutado.

-Eso no me sorprende, estarás en su mira hasta que confíen en ti, pero no temas, son inofensivos. —reí negando divertida. —no eran toques, solo era un detector de mentiras supongo que no se quieren arriesgar a que mientas de nuevo, ambos mentimos y lo importante es no hacerlo de nuevo.

-Sí tienes razón, aprendo rápido así que no haré más tonterías. —me sonrió y mordí mi labio inferior asintiendo. —sé que tal vez es muy pronto, ¿crees que podamos hacer una cena en la casa de mi madre? Para presentarles a nuestro hijo. —esas palabras casi hacen que mi corazón se quiera salir de mi pecho...nuestro hijo.

-No estoy segura de eso, tendría que pensarlo porque Emily, mi hijo y yo en una cena no creo que se buena idea. —Matt dejó el biberón sobre la mesa cuando se acabó la leche. —tienes que darle golpecitos suaves en su espalda.

-Lo sé y no te haría eso, ni a ella, sería solo mis padres, mi hermana y tu familia, podría ser en el viñedo. —se acercó a mí y acarició mi mejilla. —es un lindo lugar con buenos recuerdos.

-Uhm...lo pensaré y en cuanto tenga una respuesta te lo diré. —coloqué mi mano sobre la suya y al ver entrar a Jasón quité su mano. —igual tendremos que ver si están libres.

-Solo quería disculparme por todo lo que provoqué al abrir la boca. —él murmuró mirándome e hizo un puchero. —no lo hice con esa intención lo juro. —se acercó golpeando a Matt con su hombro al pararse frente a mí.

-Para ser tan viejo eres un chillón. —sonreí estriando mis brazos hacia él y me abrazó. —está bien, ya no estoy molesta, supongo que me dio el valor que no tenía para hablar con él. —correspondí él abrazo y cuando se separó me bajé de la barra. —ya es mucho sentimentalismo, tengo hambre y quiero los wafles que hace papá, el anciano no nos quiere pasar la receta. —le dije a Matt el cual se rio y caminó detrás de mí al salir de la cocina e ir hacia la sala. —papá tienes dos opciones, hacer wafles para todos o darme la receta. —él estaba sentado en el sofá y me miró.

-De acuerdo, no me queda de otra que...hacer wafles para todos. —lo miré indignada y le saqué el dedo del medio ganándome un golpe con el cojín cuando se levantó. —grosera, pero señor Carpenter no crea que se salva del detector. —al pasar junto a Matt palmeó su hombro y se fue a la cocina.

-Algo me dice que será un largo día. —murmuré sentándome en el sofá y a mi lado se sentó Matt. —no quiero sonar grosera, pero solo es una duda... ¿Te piensas quedar aquí?

-Sí, me encantaría quedarme, claro que si me lo permiten. —rasqué mi nuca pensativa. —si no puedo rentar algún lugar cerca de aquí. —fruncí mi ceño confundida, ¿piensa mudarse aquí?

-No es por eso, estaba pensando en donde podrías dormir, pero si no te molesta compartir habitación con alguno de los chicos eres bienvenido. —lo miré sonriendo al escucharlo decir que no había ningún problema...pero yo creo que sí lo hay, él es mucha tentación para mí.

ATADO A TI.Where stories live. Discover now