🥀Capítulo 48🥀

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Si me dejan muchos comentarios, subo mañana ❤️‍🔥

Abby

Kylian cepillaba mi cabello, sus dedos se deslizaban por las hebras luego de que lo hacia el peine. Repetía el proceso una y otra vez, incluso cuando ya no necesitaba desenredar más; tuve la impresión de que mi cabello le gustaba bastante. Y yo quedaba fascinada con sentir sus mimos, ese tipo de atenciones tan simples, alimentaban mi cariño por él, aunque sonara estúpido y algo tan común que ni siquiera debía celebrarse como un acto de atención.

¿Qué hombre como Kylian Draxler le cepillaría el pelo a una chica? Las probabilidades eran muy pocas.

—No debiste cortarlo —murmuró de un momento a otro—, sigo molesto por eso.

—Cerraba ciclos —mentí.

—Cumplías caprichos estúpidos.

Al fin se detuvo al decir aquello. Se levantó, quitó cada mechón que quedó atorado en los delgados dientes siendo minucioso con eso, posteriormente los botó a la basura y puso el peine de forma ordenada y correcta a un lado de la crema para peinar; sonreí por como casi podía calcular los centímetros con los que debían ir separados, y aún porque se daba cuenta cuando yo los dejaba desordenados, incluso al ser por un milímetro.

Volvió conmigo y retomó su lugar a mi lado. Viré el cuerpo hacia él, me puse de rodillas y lo observé fijo. Hacia apenas unos momentos habíamos terminado de follar. Kylian me tomó un par de veces en la ducha, también contra la pared, finalizamos en la cama y ahora se había vestido otra vez, dejándome desnuda y sin permiso para ponerme una prenda encima, al menos hasta que se fuera.

—¿Por qué no me dejas usar ropa?

—Porque me gusta verte desnuda y porque fuiste tú la de la idea.

Su mano viajó a través de mi cuello y se instaló en mi nuca. Hizo presión con los dedos y me atrajo posesivo hacia su boca.

—Quiero mantener aquí, así —su aliento rozó mis labios—, quiero venir y encontrarte entre mis sábanas, mojada y dispuesta, mía.

—Soy tuya —susurré con el corazón acelerado.

—Lo eres, cada espacio de tu cuerpo, cada latido de tu corazón, cada uno de tus jodidos pensamientos, me pertenecen.

—¿Estás tratando de que no lo olvide?

—Y si lo hicieras, te follaría de nuevo para que recuerdes quien es tu puto dueño.

Un estremecimiento me recorrió la espalda y me erizó la piel, puso duros mis pezones y él lo notó. Sonrió con malicia y su mano abarcó uno de mis senos, acunándolo con cuidado mientras tocaba mi pezón con el pulgar.

—Necesito que te quedes aquí sin replicar y joderme la paz mental con tu mierda de querer ser libre.

—Ahora soy tu prisionera.

—Estás secuestrada, cariño —besó mis labios despacio—, saldré de Irlanda por dos días y no puedo llevarte conmigo. —Las pulsaciones aceleraron.

—¿Por qué no puedes? ¿Qué está pasando?

—Voy a Rusia, son territorios hostiles y que no me pertenecen. Puedo garantizar tu seguridad, pero no el que haya paz y no quiero arriesgarte más. Solo en Eros estás a salvo y por eso te quedarás aquí.

—Pero ¿y tú? —La angustia de saberlo lejos, en lugares peligrosos y totalmente expuesto, me preocupaba demasiado— ¿Acaso no piensas en tu seguridad?

—Me importa la tuya, Abigail —replicó—, estaré bien, sabes quien soy.

—¿Lo prometes? —Titubeé— No quiero que vayas, Kylian.

Eros ©Where stories live. Discover now