Cap. 59 - Querida hermana, ¿me odias?

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Paralelamente a los acontecimientos de Luz y compañía

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Paralelamente a los acontecimientos de Luz y compañía.

Casa de Alador.

Ese tono, el jefe de la familia Blight lo conocía muy bien. Con razón no lo tenía agendado en su pergamino, ni aunque lo ayudara una vez con el problema que tuvo Amity; jamás se lograría llevar bien con Darius.

—Qué onda —saludó el brujo de tez morena del otro lado de la línea—, pequeño grifo... ¿listo para confesar en voz alta? No seas tímido, todo esto está siendo grabado.

—Darius —masculló Alador.

—El mismísimo que te dejará en una celda, pudriéndote —mofó el moreno, en tono victorioso. Un poco más y se reiría.

—De qué estás...

— ¿Hablando? —concluyó la frase de Alador—. Pues verás, Blight, te hemos estado vigilando desde hace semanas.

— ¿Qué quieres decir con vigilando? —preguntó Alador, perdiendo un punto de su serenidad—. ¡Quién más trabaja contigo!

—Pues quién crees, solo el pobre chico al que asesinaste su único familiar. —Dio una pista. Avergonzado, Blight agachó la cabeza—. Ahora, cómo dicen en las películas, tienes derecho a guardar silencio y bla, bla, bla.

— ¿Crees que una patética llamada logrará intimidarme? —bufó retador, levantando la voz.

—Espera unos segundos y... —Darius alargó su frase. En un silencio incómodo, Alador hasta tosió un poco—. Por amor al Titán, lo ensayamos y esos tontos no llegan a tiempo.

Al instante, un sonoro "Ding, dong" invadió la sala de estar. Sin previo aviso, la puerta principal de la residencia fue forzada a abrirse. Un escuadrón completo de guardias del Nuevo Aquelarre del Emperador rodearon a Alador, levantando sus dedos para canalizar fuertes hechizos en caso el brujo quiera escapar.

— ¡Señor Alador Blight, es arrestado provisionalmente bajo los cargos de conspiración y presunto homicidio del antiguo emperador Belos! —habló el vocero del grupo con un cuaderno entre sus manos—. ¡La siguiente semana será sometido a juicio en la corte del Emperador Dorado y...!

—Detesto ese nombre —masculló Darius a través de la llamada—. Dejen los protocolos para después, espósenlo de una buena vez y clausuren su apestoso laboratorio del sótano hasta que criminalística llegue.

—Sean precavidos —advirtió un guardia desde el fondo—, ese sujeto ganó varios torneos de luchas mágicas. Si desea podría acabar con todos nosotros.

El brujo menor dudó en aprisionarlo debido a cierto detalle que verdaderamente lo atemorizó. Inconscientemente, por la rabia creciente en su interior, los ojos de Alador se tornaron de un púrpura brillante. La baba de abominación que manchaba su chaqueta de trabajo se desprendió de esta y empezó a levitar. El guardia dio un paso atrás, dejándole la tarea de aprisionar al Blight a otro, mucho más asustado que su compañero.

La lucha de una Madre Búho - TOHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora