Cap. 2 - Hogar y familia

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Una gran puerta, de la nada, apareció en medio de una pequeña y desordenada habitación llena de libros y desperdicios: bolsas de comida a medias

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Una gran puerta, de la nada, apareció en medio de una pequeña y desordenada habitación llena de libros y desperdicios: bolsas de comida a medias. De la puerta salió una bella y alta dama de cabello naranja que trajo entre brazos a una pequeña bebé de tez morena, cubierta con una manta. Acompañándola en su hombro, se posaba un pequeño demonio en forma de perro.

— ¿Hace cuánto no limpias este sitio? —cuestionó King, tapándose el hocico por el mal olor de la basura acumulada.

—Otro día—expresó Eda en tono neutro, sin darle mayor importancia. Ignorándolo en pocas palabras.

La bruja y compañía salieron del pequeño cuarto, que resultó ser una habitación oculta detrás de un estante de libros de la sección romance, para dirigirse a la recepción del edificio donde se encontraban: la biblioteca.

•••

—Edalyn, ¿tienes el libro que te pedí en compensación por los otros 20 libros que quemaste ayer? —preguntó el recepcionista, extrañado por la vuelta tan rápida de la bruja en cuestión.

—Oye, ¿tienes algún libro sobre cómo cuidar bebés? —cuestionó Eda a prisa—. No sé cómo especificarlo, pero que sean sobre de bebés de todas las especies descubiertas.

—Uhmmm... —El señor se sorprendió, no tanto por el libro que le pidió, sino por el bebé cubierto por una manta que ella cargaba celosamente entre brazos. Prefirió no hacer preguntas al respecto, sabe las cosas raras e ilegales que la bruja suele hacer—. Tenemos un compendio. Sección 2-A, sala E.

Eda dejó algunas monedas como forma de agradecimiento y fue en búsqueda del libro que será su mejor amigo de ahora en adelante.

•••

No sé demoraron ni 20 minutos de caminata. El trío, la menor por primera vez, regresó a la cabaña escondida en medio del peligroso bosque donde vivían Eda y King. Habrían llegado en menos tiempo si la bruja volaba con su bastón, pero como dicta el dicho: "Bruja precavida vale por dos". Eda no quería agitar a la bebé más de la cuenta.

— ¡Hoot, hoot! ¡Hey, Eda! ¿Qué es ese bocadillo? ¿Es para mí? —preguntó Hooty, el parlanchín búho de la puerta en forma de tubo que protegía la casa, inspeccionando lo que la mayor apechaba en brazos.

— ¡Fuera, Hooty! —amenazó la bruja golpeando al búho con su bastón—. Aléjate si no quieres que te deje un mes sin comida.

—Okey, okey. Hoot, ya nadie puede hacer preguntas —chilló el búho, abriendo la puerta y dejándolos pasar—. Hey, King, ¿me dirás lo que pasa?

—Noup. —El demonio dio un portazo, aislando a Hooty de la situación.

La oscura casa fue iluminada por las velas que Eda prendió con un simple chasquido. Presurosa, la dama dejó a la niña descansar en el maltrecho sofá de la sala mientras ella daba una rápida leída al libro, en busca de lo primero que debía hacer para que deje de llorar.

La lucha de una Madre Búho - TOHWhere stories live. Discover now