Tamaki Amajiki

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Ese día estaba siendo horrible. En las prácticas hubo un caso, en el cual no me dejaron participar por ser "demasiado frágil" ante aquel enorme villano. Me subestimaron completamente. Además, Tamaki tenía prácticas en otra agencia así que no lo vi en todo el día.

Al llegar a la academia, fui rápidamente a las habitaciones, me sentía demasiado enfadada con la agencia y dudando de mí misma. Mirio me sonrió y se acercó para hablarme, pero pasé de largo sin siquiera mirarlo.

Por fin llegué a mi habitación. Una vez allí, me tiré a la cama, aún con mi traje de heroína puesto. Ahogué un grito en la almohada lleno de rabia. Pataleé y pegué al colchón, como si fuera una niña de cuatro años que no le quisieron comprar cromos de Pokémon.

Me quedé ahí, pensando que me subestimaron, pero a la vez me planteaba si en verdad era buena para ser heroína. A lo mejor no sirvo para eso, y ellos se dieron cuenta.

Unos suaves golpes en mi puerta de madera me sacaron de mis pensamientos.

-¿______ estás ahí dentro?- la suave voz de Tamaki sonó en el pasillo, tras la puerta.

-Entra- me limité a decir.

Pasó a mí habitación algo inseguro.

Seguía con su traje de héroe y estaba algo sucio. Se notaba que acababa de llegar de las prácticas.

-¿Qué pasa reina?- preguntó en un tono suave para después sentarse en el borde de mi cama, donde yo me encontraba.

-Nada, ¿cómo han ido las prácticas?- intenté cambiar de tema, no quería que me viera como una completa inútil.

-Bien, nada emocionante paso hoy- explicó brevemente. Luego empezó a acariciarme el cabello.- Mirio dijo que estabas rara hoy, ni siquiera te paraste a saludarlo hace un rato. ¿Qué ocurre?- se notaba algo preocupado.

Suspiré. De verdad que no quería hablar de ello, solo olvidarme por un momento.

-No quiero hablar de eso realmente.- dije algo triste.

Se notaba a kilómetros la pena y frustración que yo estaba sintiendo.

Cogió mi mano y empezó a masajerla, dibujando pequeños círculos en esta.

-¿Qué tal si nos cambiamos y vamos a cenar a algún restaurante? Mañana es sábado y no hay prácticas.- propuso en un tono suave.- Además, así podrás olvidarte un rato de lo que sea que estés pensando ahora, ¿qué te parece?

La verdad es que sí que necesitaba despejar la mente. Me gustó la idea.

-Vale- dije un poco más emocionada.

-Perfecto, ¿nos vemos en una hora en la sala común?- asentí, sentándome.

Se levantó, no sin antes darme un beso rápido. Salió de la habitación para prepararse para nuestra improvisada cita nocturna.

Me apetecía arreglarme un poco, ya que hacía mucho que no teníamos una cita. Agarré un vestido corto azul marino algo ceñido, unas sandalias con un poco de plataforma y el neceser del maquillaje, y emprendí camino a las duchas.

Una vez terminé de prepararme bajé, cogiendo mi bolso y una pequeña chaqueta, hacia la sala común donde habíamos quedado Tamaki y yo.

Él ya me estaba esperando allí, con una camisa holgada banca y unos tejanos oscuros, también holgados.

Cuando llegué a su lado, se sonrojó fuertemente.

-Esto... E-estas preciosa.- le daba vergüenza mirarme en esos momentos, así que su mirada se mantenía en el suelo.

-Gracias cariño, tu también estás hermoso.- sonreí con algo más de ganas, tenía ganas de salir con él.

Me cogió torpemente de la mano y salimos del edificio en dirección a mi restaurante favorito.

Hablamos sobre temas triviales de camino, pero me lo pasé genial: bromeabamos y reíamos, hablábamos de cualquier cosa y nos mirábamos felices.

En poco tiempo llegamos al pequeño lugar.

La decoración era preciosa: muebles y objetos minimalistas, con detalles geométricos preciosos y colores claros, en los cuales predominaba el marrón y el verde, dando un aspecto cálido al ambiente. Además la comida la preparaban riquísima y no tardaban demasiado en traerla. Definitivamente era genial.

Nos sentamos en una mesa y el camarero llegó tomando nuestros pedidos.

Una vez se fue, Tamaki cogió mis manos y me miró algo serio.

-Se que quieres distraerte en estos momentos, pero me tienes algo preocupado. ¿Qué pasó hoy?- mi cara se tornó algo seria al recordar mis desastrosas prácticas, pero sabía que debía explicárselo a él.

La inseguridad me invadió completamente en ese momento y empecé a agobiarme. Como cada vez que me estreso y estoy nerviosa, empecé a mover la pierna de arriba a abajo rápidamente, por lo cual Tamaki notó que algo estaba mal.

-Sabes que puedes contarmelo reina- apretó más fuerte mis manos- estás bien, solo no puedes guardartelo para ti sola.

Cogí aire y decidí contárselo todo, sin rodeos.

-Simplemente hoy no ha sido mi mejor día que digamos- me miró para que le contase más sobre éste.- En las prácticas hubo un ataque algo peligroso con un villano, el cual estaba por mi zona así que acudí allí para ayudar a atraparlo.- me miró algo asustado, pero no dijo nada.

En ese momento llegó el camarero con nuestras comidas y bebidas. Agradecimos por ello y pinché en mi ensalada de pollo para después seguir hablando.

-Estaba de camino al sitio donde todo estaba ocurriendo, cuando más gente de mi agencia me alcanzó y me dijeron que no debía intervenir, ya que era un villano poderoso y no me creían capaz, que era demasiado frágil.- tensé la mandíbula inconscientemente mientras los ojos se me llenaban de lágrimas.- Oye Tamaki, ¿tú crees que seré capaz de ser una buena heroína?- pregunté con la voz quebraba.

Mi novio me miró con pena. Aunque yo no quería eso, simplemente una respuesta sincera.

-Claro que no, de hecho creo que eres una heroína muy fuerte y valiente, y mucha gente debería aprender de ti.- me volvió a coger las manos- Escúchame, eres increíble, y si no ven eso pues es su problema. No dudes de ti misma por lo que la estúpida agencia diga o piense. Además ya te advertí que las prácticas ahí serían un asco. Pero lo último que debes hacer es dudar de tus asombrosas habilidades, tienes un quirk genial, eres veloz y con buena resistencia. Si no ven tu potencial es su problema no el tuyo.

Dijo todo aquello mirándome a los ojos, seguro de lo que decía y sinceramente.

-Eres el mejor, te amo.- dije con el ánimo subido.

-Yo también te amo.- respondió con una sonrisa y un leve rubor en sus mejillas.

Me había tocado la lotería con este chico.


One shots bnhaWhere stories live. Discover now