One shots bnha

Todoroki Shoto

Narrador: ______

Estaba en mi habitación haciendo la tarea de matemáticas que nos habían puesto ese mismo día. O intentándolo. Los dos últimos ejercicios eran terribles, no sabía cómo hacerlos y me estaba empezando a agobiar.

La verdad es que las mates nunca han sido lo mío, siempre se me han dado fatal. Lo intentaba, intentaba entender las lecciones, prestaba atención siempre pero no entendía nada.

Estaba concentrándome, intentando entender esos malditos ejercicios, cuando tocaron a la puerta.

-Soy yo- la voz calmada de mi novio hizo que una sonrisa se escapara de mi boca.

-Pasa- dije en un tono agradable.

Abrió la puerta y pasó, cerrándola detrás de él.

Iba muy guapo: una sudadera gris con unos pantalones de chándal holgados negros y su pelo mojado haciendo saber que recién había salido de la ducha.

-Hola cariño- se acercó a mí para agacharse y darme un tierno beso.

-Hola- sonreí como tonta.

-¿Qué estás haciendo?- dirigió su mirada hacia mí escritorio, donde se encontraban los apuntes y ejercicios que estaba intentando realizar momentos atrás.

-Estoy terminando los deberes que pusieron antes, los de matemáticas.- expliqué brevemente para volver a dirigir mi mirada y concentración en los estúpidos ejercicios.- En unos pocos minutos acabo, espera en la cama, ¿vale amor?

-Claro, si necesitas ayuda no dudes en decirme- dijo para después sentarse en mi cama y ponerse a mirar su móvil.

Los minutos pasaban y yo no era capaz de terminar ni un maldito ejercicio. Me sentía muy inútil en ese momento, y me daba vergüenza pedirle a Shoto ayuda. A él se le daban genial las matemáticas y seguro pensaría que soy una tonta incapaz de resolver un simple problema.

-Aunque sí que lo soy.- Pensé frustrada y enfadada conmigo misma.

Empecé a estresarme y agobiarme mucho, me sentía muy inútil e incapaz de hacer nada en ese momento.

Lágrimas se empezaron a acumular en mis ojos, pero yo no quería llorar, y menos cuando mi novio estaba presente. Sería demasiado tonto llorar por unos malditos ejercicios, y él seguro que pensaría lo mismo. Me sentía tan estúpida...

Las lágrimas traicioneras empezaron a rodar por mis mejillas. Intenté no hacer ruido, no quería que me descubriera.

Me suplicaba internamente parar, no podía permitirme llorar en ese momento. Mientras intentaba parar, rezaba por qué no me descubriera, sería demasiado vergonzoso y estúpido, me quería ahorrar todo aquello.

De repente, noté unos fuertes brazos rodeándome por detrás. Shoto escondió su cara en mi cuello y empezó a hacer pequeños masajes en la parte delantera de mi hombro, llegando hasta mi clavícula y retrocediendo de nuevo hasta mi hombro.

-¿Qué pasa?- habló en un tono suave, susurrando aquellas simples pero dulces palabras en mi oído.

-Llevo toda la tarde para hacer dos malditos ejercicios, ¡y no soy capaz de hacerlos! Soy una completa inútil- lloriqueé con impotencia.

En ese momento se deshizo del abrazo rápidamente.

Mierda, se dió cuenta de lo estúpida que soy.

Para mi sorpresa, no se fue, sino que giró la silla y me cogió de la barbilla haciendo que lo mirara. Estaba serio. Muy serio. Parecía muy enfadado. Tragué saliva.

-Oye- su tono era rudo, y me estemecí sin dejar de llorar- No vuelvas a pensar nunca que eres tonta o una inútil por no entender algo o equivocarte.- se agachó para quedar a la misma altura.- Las notas y ejercicios no definen tu inteligencia, aunque eso no quita que no debas esforzarte. Pero sabes que puedes pedirme ayuda ¿verdad?

-Esque no quería que supieras lo mala que soy es esto, me siento muy tonta ahora mismo- expliqué entre sollozos- Porque tú eres tan bueno en todas las materias, sobretodo en matemáticas, que no quería que pensaras que tu novia es una tonta incapaz de resolver dos problemas del libro.

-Cariño... ¿Cómo podría pensar eso?- sonrió tiernamente- Aprovecha que sí que lo entiendo para que pueda explicarte, no sufras sola, yo estoy aquí.- me colocó un mechón rebelde que había salido de mi trenza baja algo deshecha, mientras esas palabras me confortaban y me hacían sentir querida.

-¿Entonces no crees que soy una tonta?- negó con su cabeza suavemente.

Salté a su regazo y le di un abrazo, de verdad no sé cómo he conseguido a este hombre, soy tan afortunada de poder estar con él.

Nos mantuvimos abrazados un rato, él me acariciaba la espalda por debajo de mi jersey azul pálido, mientras que yo jugaba con el cabello de su nuca.

-¿Te apetece que te explique la tarea? Así luego podemos tumbarnos en la cama y estar así hasta la hora de la cena.- asentí y ambos nos levantamos, yendo a mí escritorio, donde estaba la tarea aún sin hacer.

Me empezó a explicar los dos últimos ejercicios, me costó un poco entenderlos, pero gracias al esfuerzo y paciencia de Todoroki fui capaz de comprenderlo y resolverlo, redactándolo paso a paso.

Al terminar guardé los libros en mi mochila para tenerlo todo listo para el día siguiente y nos tumbamos en mi cama. Recosté mi cabeza en su pecho, haciendo círculos sobre su pectoral mientras escuchaba los latidos de su corazón.

-______- llamó, por lo cual levanté mi mirada para verle la expresión- Que sea la última vez que lloras en silencio mientras yo estoy aquí, ¿vale?

Moví la cabeza de arriba a abajo haciéndole saber que no volvería a ocurrir. Estaba algo avergonzada por pensar que Shoto reaccionaría de esa manera tan horrible, él era verdaderamente un ángel.

Le di un beso lento y lleno de amor al cual respondió gustoso. Nos separamos un momento para volver a repetir la misma acción unos segundos después. Me coloqué más arriba para poder estar más cómodos ambos, y así pasamos unos minutos geniales.

Después nos volvimos a tumbar, pero esta vez era su cara la que estaba en mis pechos. Su mano acariciaba mi mejilla dulcemente mientras yo dibujaba abstractamente en su espalda, por encima de la sudadera.

-Te quiero- le dije bajito, pero en un tono seguro y cariñoso.

Me miró con un brillo en sus ojos bicolores hermosos, para después regalarme la más dulce de las sonrisas.

-Yo también te quiero- dijo para darme un leve beso y seguir haciéndome masajes por toda la cara.