Cap. 57 - Dos almas en pena

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—Pensé que solo sería por un día... —añadió Lilith derrotada, sin valor de mirar directamente a la niña que la tenía en un alta estima. Ahora lo arruinó.

— ¡Y tratas de excusarte! —vociferó Amity, desviando la mirada con un resentimiento que aumentaba por cada palabra de la bruja.

— ¡LO SIENTO! —gritó Lilith finalmente, no soportando el reproche de medio mundo y el pensamiento de cómo lo procesará su sobrina—. S-Soy una terrible bruja, hermana... tía.

— ¿Luz? —murmuró Whispers ante lo último dicho por Lilith.

Teniendo en mente que la morena permanecería en shock o sollozando, ambas juntas probablemente, la encerraría en un gran abrazo que la ayudara a controlar mejor lo que vendría a ser la mayor revelación y decepción de su corta vida en forma de una violenta avalancha de emociones quebradas y confundidas. Sin embargo, Raine no percibió ningún lamento a la cercanía. Volteó ya no con poca preocupación, llamó unas veces en voz baja, pero la menor no daba rastro de haberse quedado en ese lugar por mucho tiempo, diversas huellas en la arena denotaban que ella se alejó, corrió, escapó de la escena a causa de su resentido corazón.

— ¡¿Luz?! —llamó Whispers una vez más, tan alto que las demás presentes se llenaron de la misma angustia—. ¡LUUUZ!

—Dónde está... —murmuró Lilith, ojeando rápidamente hacia todos lados de la playa.

Aún con la fragilidad de sus piernas debido a la tristeza que la carcomía, la Clawthorne se reincorporó lentamente, solo unos segundos antes de volver a hincarse de rodillas en la arena mientras gritaba el nombre de su pequeña. «¡LUZ!», resonó en la costa, y el eco de la entrada del bosque rebotó hacia ella.

Unos segundos atrás, cuando su niña todavía no acababa de procesar el hecho, Lilith la observó con temor. A Luz se le veía... aterrorizada, denotada por sus pupilas contraídas y la irregular respiración que sofocaba el pecho de la niña.

A Lilith le resultó muy familiar la forma en la que el cuerpo de Luz reaccionó. Un deja vu de hace varios años, cuando la bestia búho las atacó en casa por única vez. Pero ahora era su culpa de que Luz se encuentre tan vulnerable. Aunque para ser técnicos, Lilith consideraba que ambas veces fueron pecado suya. Aquello destruía más su corazón y las esperanzas por explicarse o encontrar el perdón de la familia.

 Aquello destruía más su corazón y las esperanzas por explicarse o encontrar el perdón de la familia

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Luz se quedó paralizada, fácilmente se podría confundir con que sus pies se aferraron a la arena. Ella contemplaba perdidamente el cielo, despejado sin ninguna nube pese al frío inicial de la mañana. «Mamá siempre decía que si no había nubes era porque el clima te favorece y tendrías un día lleno de suerte». Aquella enseñanza de la cultura de las brujas salvajes fue otra cosa que la decepcionó en tan corto periodo.

Lo único que se movía en Luz era su pecho, a una velocidad que acrecentaba la ansiedad que apuñalaba su corazón. Asimismo, sus ojitos cristalizados formaron una abundante cantidad de lágrimas que levemente empañaron sus lentes por culpa también de su agitado respirar.

La lucha de una Madre Búho - TOHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora