Encargado de otro mundo.

Capitulo alternativo 16.

El bosque de los elfos era un lugar donde era mejor resguardarse durante la noche, la falta de luz eléctrica o antorchas hacia imposible ver más halla de tus narices si no eras un guardia experimentado.

Esta ciudad humana era todo lo contrario, las casas de piedra y concreto se encontraban bien iluminadas con antorchas, las calles se hallaban repletas de hombres y mujeres de una vida dudosa, el fervor y diversión se contagiaba rápidamente entre los mercenarios que se tentaban en perderse entre los callejones de la ciudad.

Se nos reunió en la plaza central de la ciudad, se nos dijo que tendríamos dos días para descansar, mientras tanto se repondrán los materiales necesarios para la excursión.

Los mercenarios se dispersaron rápidamente por la ciudad, muchos de ellos se perdieron entre algún callejón o tienda de dudosa apariencia. Me reuni con Elena y rápidamente fuimos emboscados por varios mercenarios, sus intenciones eran claras..

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Elena y yo fuimos arrastrados a una taberna muy reconocida de la ciudad, los mercenarios insistieron en pagar por nuestro hospedaje, alimento y bebida como agradecimiento. La taberna rápidamente comenzó a preparar toda clase de bebidas, estaba claro que los grupos mercenarios eran uno de los grupos habituales que frecuentaban este lugar.

Elena comió un plato repleto de verduras y luego fue escoltada por una mesera a su habitación, a pesar de a ver dormido por tanto tiempo, su relog interno era como el de los niños, ya era hora de dormir. Intenté retirarme en más de una ocasión, sin embargo, los mercenarios insistían una y otra ves en que continuaramos bebiendo.

Nunca había bebido alcohol, a pesar de que ya era un adulto en la tierra, no había manera de que un paciente recibiera bebidas alcohólicas. La experiencia no fue grata, termine bebiendo más por presión de mis compañeros que por deseo personal.

No me sentía ebrio o extraño a pesar de a ver bebido más que los mercenarios que frecuentaban estos lares, si ya había sobresalido anteriormente, ahora algunos mercenarios se inclinaba ante mi y proclamaban que había nacido un nuevo dios, claramente estaban muy ebrios. Me sentía avergonzado mientras podía escuchar toda clase de risas a mi alrededor.

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A la mañana siguiente desperté sentado en la mesa, al final me había dormido en mi propio asiento debido a la presión de mis pares, lo primero que vi fue una multitud de hombres tirados en el suelo, escaleras y mesas. Las meseras se encontraban limpiando el vomito y contando el dinero que habían hecho...debo evitar beber si no quiero terminar como estos tipos.

Elena ya se había despertado, se encontraba leyendo algunos pergaminos de química y física que le había escrito, su estudio y educación se había vuelto algo importante para ambos. Luego de saludarnos decidimos explorar la ciudad.

A pesar de que la oscuridad de la noche era la alarma para el despertar de los malos hábitos y degradación de la ciudad, a plena hora de la mañana las calles se encontraban repletas de vida, y una atmósfera hogareña.

Las calles eran de tierra, aún el pavimento no estaba presente más halla de las mayores capitales, sin embargo, el suelo estaba bien aplastado y la superficie lo suficientemente sólida como para evitar que se levantará polvo, me había preguntado si esto fue obra de magos de tierra.

Los pocos mercenarios que no se encontraban aún dormidos se habían ofrecido a guiarme por la ciudad, decline la oferta, está era la primera ves en una ciudad humana tanto para Elena como para mí, resultaría más emocionante el explorar por nuestra cuenta.

Al llegar al centro de la ciudad nos encontramos con una gran cantidad de tiendas, parecía ser que poseer un pequeño puesto de venta en la plaza de la ciudad era una oportunidad para aquellos que no pudieran permitirse un edificio.