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Ran jugaba nerviosamente con un pequeño hilo, este deslizaba por sus dedos y la atrapaba con rapidez con su mano contraria.

— ¿Vas a ir a verla?

— Ella quiere verme, yo también quiero verla así que si, si iré a verla Rindou.

El nombrado se cruzó de brazos y cerró sus ojos tratando de entender a su hermano, el que era sentirse enamorado y querer estar con alguien, ya que nunca había formado aquel lazo con una persona.

Rindou abrió los ojos en cuestión de segundos y se puso de pie, llamando toda la atención de su hermano ante aquella acción. El menor de los Haitani camino hasta un pequeño mueble con cajones y abrió uno de ellos, tomando entre sus manos la servilleta de tela y nuevamente se acercó hacia Ran, quien lo miraba con el ceño fruncido.

— Aquel día, tus ojos me dijeron que esto era especial para ti — Rindou estiró su mano para que su hermano tomara la tela — Así que se lo quite a los hijos de puta de Hanma y Kisaki.

Ran miró a su hermano completamente atónito ante su acción, dejó el hilo por un lado y tomó la servilleta abriéndola. Parpadeo algunas veces y no pudo evitar reír al ver la cadena plateada.

Los recuerdos y los nervios inundaron su cuerpo.

— ¿Por qué te ríes idiota? — el contrario habló con enojo y bufo — Me largo, llámame si ocupas algo.

Rindou camino hasta la salida del hogar, pero paró en seco al escuchar el susurro de su hermano. Un gracias había salido de su boca, el menor simplemente guardó silencio y terminó por salir del lugar.

Ran dejo de reír y tomó el collar de pétalo entre su mano, este estaba en buenas condiciones a pesar de todo, había sido arrancado con toda la tranquilidad posible.

Estaba inquieto por no tener aquel accesorio a su alcance, el día en que Hanma lo elevó con malicia simplemente quería golpearlo por no saber el valor sentimental que tenía.

Al menos para él, lo tenia.

(...)

Narumi | 18 años.

— Naru.

— ¿Hm?

Giraste observando a Wakasa, quien tenía los ojos achinados mientras desaprobaba por completo la situación que estaba frente a él.

— Puedo llevarte yo, esperemos a Takeomi.

— Mikey me habló — colocaste el pequeño bolso en tu hombro y sonreíste — Estaré bien, se defenderme sola.

— Avísame cuando llegues entonces — Wakasa se acercó hacia a ti y dejó caer su mano en tu cabeza como un gesto cariñoso — Cualquier cosa que veas extraño, márcame a mi o a los demás.

— ¿Por qué te preocupas tanto?

— Narumi, eres la líder de la segunda generación de los Black Dragons — el hombre habló seriamente con sus brazos cruzados — No me digas que no me preocupe.

Guardaste silencio y simplemente asentiste mientras te dabas la vuelta, ni una palabra salió de tu boca hasta que Wakasa finalmente te perdió de vista entre la niebla que destilaba la noche de Tokyo.

"Líder"

Shinichiro había fallecido y por ende, el papel había pasado a ti porque así lo quisieron los hombres que lo seguían. No entendías el porqué habían elegido a una persona inexperta pero decidiste en decir que si por querer seguir los pasos de tus hermanos. Con ayuda de Benkei, Wakasa y Takeomi todo dio frutos. Ellos te ayudaron a poder manejar todo y a pesar que no lucharas, se te consideraba como una buena líder.

temptation.Where stories live. Discover now