2.3

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— ¿Piensas escaparte por el amanecer sin que me de cuenta?

Frunciste el ceño cuando escuchaste a Ran, chasqueaste la lengua y terminaste por colocar tus pantalones. El joven giró a verte y tapó su cuerpo semidesnudo.

— No estoy escapando — retiraste el pelo que yacía dentro de tu camisa — Le prometí a mis hermanos llegar temprano... ¿podrías prestarme una chamarra?

— Ahí está el armario, adelante nena.

Achinaste tus ojos ante el apodo y te adentraste con algo de vergüenza al lugar, hacia mas frío de lo normal y no querías resfriarte de camino. Rascaste tu nariz y observaste con atención todos los abrigos que yacían colgados.

— Manjiro ¿cierto? — dejaste de ponerles atención cuando escuchaste a Ran — Y tu hermano mayor.

— También está Emma — hablaste en alto debido a que el estaba todavía acostado — No somos totalmente hermanas de sangre, pero siempre será mi niña pequeña.

Ran guardó silencio, tomando esa información.

Tomaste el abrigo negro con rayas blancas, tu rostro se sonrojo al recordar que lo llevaba puesto la noche de año nuevo. Lo colocaste en tu cuerpo y te miraste en el espejo, este te quedaba casi hasta los tobillos y sus mangas eran muy largas, pero te gustaban.

Ibas a salir del armario para mostrarle cómo te quedaba su abrigo, pero te quedaste quieta cuando notaste otro que estaba colgado en un perchero. Frunciste ligeramente el ceño y elevaste tu mano tocando los bordes, parecía de una pandilla.

Era de un color negro con algunos detalles en blanco, había un ying yang gigante en su espalda junto a una frase japonesa, lo giraste para ver su frente y en su cuello yacía una calavera.

— ¿Tienes un uniforme con tu hermano? — dejaste de tocarlo y saliste del armario — Es lindo.

— ¿Hm? — Ran frunció su ceño — ¿Cuál uniforme?

— El de las calaveras — sonreíste con diversión pero Ran se quedó serio — Que no te de pena, yo comparto chamarras con mi hermano.

Ran se quedó analizando lo que salió de tu boca, pero de inmediato rio y se puso de pie. Se acercó hasta a ti y acuno tus mejillas en sus manos, las cuales estaban frías.

— No le digas a nadie que comparto uniforme con Rindou.

Reíste de inmediato ante su inmadurez y alzaste tus pies para dejar un delicado beso en sus labios, Ran acepto con gusto e impulsó ligeramente su cabeza para profundizar el toque que le regalaban tus labios.

Ran era tu perdición.

(...)

Quitaste el casco de tu cabeza y lo tomaste de la correa para adentrarte en tu casa, pero te quedaste quieta cuando observaste a Mikey de pie, justo viéndote con seriedad.

'Miedo'

— ¿Manjiro? — hablaste en alto y te acercaste hacia a él — ¿Que sucede?

— ¿Fue Izana Kurokawa quien te golpeó?

— ¿Qué?

Tu hermano elevó el bonche de cartas hacia tu pecho, las tomaste algo desconcertada y desamarraste el listón para poder comenzar a leer lo que decían las hojas.

'Me duele la cabeza, ¿será por culpa de Mikey?'

'¿Por qué siempre hablas de Mikey?'

'Narumi dejó de verme ¿es por su culpa?'

'La odio por olvidarse de mi'

'Tu eres mi único hermano mayor'

Eran cartas de Izana hacia Shinichiro.

— Esto no significa nada — elevaste tu mirada con seguridad — No debes de leer cosas de nuestro hermano ¿correcto?

— ¿El fue también el que te hizo esa quemadura?

— Basta Manjiro — dejaste las cartas en el orificio del casco — Te he dicho muchas veces que eso fue un accidente... solo deja esto donde lo encontraste.

— ¿Por qué nunca nos dices la verdad? — Mikey insistió, sin intenciones de dejar la plática — Izana me declaro la guerra desde un principio contigo, y yo nunca me di cuenta de eso... porque nunca me contaste.

Guardaste silencio sin saber que decir, cerraste tus ojos pensando si era correcto decirle la verdad de todo lo que te estaba preguntando. Te sentías encerrada en ese momento, sin saber que hacer.

Todo era cierto, pero no estabas lista para decirlo.

— Dejemos esta conversación para más tarde.

Te alejaste para adentrarte al hogar, creíste que Mikey iría detrás de ti para seguir preguntando, pero no fue así. Se quedó quieto observando cómo tu silueta se alejaba cada vez más de él.

Así se sentía cuando se trataba de ti.

Cerraste la puerta del hogar y tomaste las cartas que habías colocado por dentro del casco, caminaste con ellas en mano y las aventaste hacia el lavabo, prendiste la llave de esta y observaste como la tinta y las hojas se iban mojando.

No querías que odiaran a Izana, simplemente soñabas con que todo mejorará.

(...)

— ¿Entonces solo te hablo de Emma y Mikey?

— Si — Ran cruzó sus brazos, observando con atención a Izana — También habló de su hermano mayor.

El líder de Tenjiku comenzó a reír ante lo que había escuchado, rasco ligeramente su cien y soltó un suspiro exagerado.

— Narumi... siempre tan precavida — el rubio blanquecino se puso de pie sin borrar la sonrisa de su rostro — Supongo que es hora que sepas lo que nos une a mi y a ella.

'¿Une?'

Izana giró sobre sus pies y le dio la espalda a Ran, analizando de que forma decirle la verdad. La imagen de tu rostro llegó a su mente y de inmediato lo hizo enojar.

Te odiaba.

— Narumi es mi hermana mayor.

El silencio rondó por la bodega, algo que era totalmente predecible ante lo que Izana le estaba contando a Ran. Un silencio que hizo desesperar al líder.

Definitivamente eso marco un antes y después.

Ran en ese momento sintió como la sangre bajó por sus pies con lentitud y su rostro iba perdiendo la calidez, transformándose en uno pálido y frío. Las coincidencias que había y los probables sucesos que había detrás de tus accidentes llegaron a su mente con rapidez.

Todo se conectó.

— Dime una cosa Ran — Izana volvió a hablar, cortando el silencio y la tensión que se había formado entre los dos — ¿De verdad quieres a mi hermana?

Nuevamente Ran se encontró en la misma situación.

Mentir, decir la verdad o callar.

— No.

— Mientes.

Izana giró sobre su hombro mientras respondía con rapidez. Ran trago saliva con dificultad y su rostro aún se mantenía serio, el rubio blanquecino comenzó a reír al ver la reacción del joven y metió las manos en sus bolsillos algo pensativo.

— ¿No la quieres?

— No.

— Entonces mátala.

temptation.Where stories live. Discover now