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Abriste uno de tus ojos algo aturdida, soltaste un bostezo y te tapaste la boca para que este no sonara tanto en eco, terminaste por abrir los dos ojos y te topaste con que aún era de noche.

'¿Las 5 de la mañana?'

Habías llegado a casa de Ran pasadas de la media noche y pasó lo que tuvo que pasar, realmente no te arrepentías para nada en ese momento, la sensación que tuvo tu cuerpo fue increíble.

Giraste tu cuerpo y no pudiste evitar quedarte quieta mientras observabas el rostro de Ran, el cual estaba demasiado relajado. Acomodaste las sábanas en su cuerpo y lo tapaste debido a que hacía un poco de frío.

Mechones húmedos caían por su rostro, podías ver a la perfección su tatuaje que cubría la mayor parte de su cuerpo, el cual lo hacía demasiado atractivo. Sus labios estaban ligeramente abiertos y realmente parecía gozar del sueño.

Una ligera sonrisa salió de tu rostro totalmente feliz y calmada, definitivamente habías comenzado el año con el pie derecho.

Retiraste las sábanas de tu cuerpo y te sentiste algo avergonzada al verte aún desnuda, caminaste buscando las bragas y te las colocaste con rapidez. Tomaste la camisa de Ran y saliste de la habitación con cuidado mientras te la ponías, esta quedo casi a la mitad de tus muslos.

Suspiraste y te abrazaste a ti misma por lo frío que se sentía el hogar, achinaste tus ojos observando la temperatura y este estaba casi a los 8º grados, Ran no había colocado bien la calefacción.

Alzaste tu mano hacia el interruptor y lo pusiste hasta un nivel medio, simplemente para que ni tú ni el pasaran frío.

— ¿Por qué saliste de la cama?

— ¡Mierda! — te sobresaltaste al escuchar la voz de Ran, giraste sobre tus pies y no pudiste evitar no volver a voltear cuando lo viste solo en unos bóxers negros — Vine a cambiar la temperatura, hacia mucho frío.

— ¿Por qué te volteas? — lo sentiste acercarte a ti y giraste sobre tu hombro, llevaba una pequeña sonrisa y su cabello estaba despeinado — Me hubieras dicho y yo me hubiera parado.

— No pasa nada — el joven alzó su mano para que la tomaras y te acercaste algo tímida, sus manos se entrelazaron y Ran comenzó a caminar nuevamente hacia la habitación — ¿Quieres volver a dormir?

— ¿Tú quieres dormir? — habló en un tono divertido, bufaste maldiciéndolo en bajo y lo escuchaste burlarse en bajo — Quiero preguntarte sobre eso.

— ¿Eso? — Ran giró sobre sus pies mientras se sentaba en la orilla de la cama, te tomó de las caderas para que te acercaras más a él y elevó la camisa dejando a la vista tu cicatriz — Eso...

— ¿Qué te sucedió?

Bajaste tu mirada observando la gran marca, empezaba desde tus costillas hasta terminar por los inicios de tu cadera. Era espantosa a simple vista.

'¿Por qué su repentino interés?'

— Fue antes de que dejara a los Black Dragons...

— ¿Ellos te hicieron algo? — sabías perfectamente que se refería a Shion y a Taiju — Esos hijos de puta...

— No — negaste tu cabeza con rapidez y te quedaste algo pensativa — En realidad no creo que ellos hayan sido.

— ¿No sabes quién fue? — volviste a negar tu cabeza y Ran frunció ligeramente el ceño — ¿Cómo te hiciste eso?

— Fue... me aventaron ácido, mi abuelo es el único que sabe sobre eso.

— ¿No tienes idea alguna de quien fue?

'Izana'

— No — bajaste la camisa con algo de timidez debido a que te sentías demasiado expuesta — Pasó hace casi ya un tiempo, no quiero preocuparme más por eso.

Ran guardó silencio, a veces te causaba miedo de que se pusiera tan serio y dejara su lado coqueto y burlón, pero todos alguna vez sacaban esa faceta tan extraña para los ojos ajenos.

— Está bien nena — te asustaste cuando Ran dejó caer su cuerpo para atrás junto al tuyo para que volvieran a acostarse y terminaste poniéndote a horcajadas sobre el para no lastimarlo — Lo hiciste adrede ¿cierto?

— Si quieres me quito.

— No — reíste cuando Ran te tomó con fuerza de las caderas — Tengo una linda vista desde aquí.

Achinaste tus ojos cuando los suyos miraban detenidamente tus pechos y chasqueaste la lengua algo nerviosa, realmente tenía demasiada labia en su boca.

— Déjame en paz — susurraste golpeando ligeramente su pecho — De seguro así les dices a todas.

— ¿Qué?

— Que así les dices a todas — recargaste tus manos en su abdomen y este frunció el ceño ante tu toque — Me han contado que eres muy coqueto.

— No soy coqueto — tomo tus brazos y te obligo a que te acostaras en su pecho, te removiste para encontrar una posición y cerraste los ojos — Así que no, no se lo he dicho a todas.

— No te creo.

— Naru...

— No te creo — hiciste una mueca y Ran solo rio ante aquella cara extraña que salió de ti — Tu fama de coqueto y lo que escuché en las calles dicen todo lo contrario.

— ¿Cómo hago que me creas? — la mano del joven se metió por dentro de la camisa y comenzó a acariciar tu espalda — ¿Quieres que te lo demuestre como hace rato?

— Eres un completo idiota.

— Pero no dijiste que no — alzaste tu cara para poder observarlo y el mantenía una sonrisa divertida en la suya — No dijiste que no.

Su mano fue hasta tu mejilla y te acercó haciendo que sus labios volvieran a unirse, no pudiste evitar reír sobre el beso y también lo escuchaste reír a él.

Era extraño para tu cuerpo, sentir toda la serotonina en tu cuerpo y que de alguna forma, Ran te hiciera olvidarte de todas tus tragedias y todas tus preocupaciones que te atormentaban día a día.

Eras feliz en aquel momento.

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