0.7

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— Creo que Naru tiene novio.

— ¿Hm? — Emma dejó de comer de su helado para mirar a su hermano — ¿Por qué dices eso?

— Hace días llegó y olía a hombre — rasco su nariz para tratar de recordar el olor — Uno rico.

Emma lo miro con confusión, era extraño que su hermano se dispusiera a olfatear a su otra hermana, pero no era nada de sorprenderse si se trataba de Mikey.

— Ya casi tiene 20 años, es normal idiota — la rubia recalcó — Narumi merece tener a alguien que le de cariño.

— Pero tu y yo le damos cariño.

— Cariño amoroso, Mikey — Emma soltó la bomba haciendo que su hermano se confundiera más de lo que ya — Nosotros no podemos tocarla ni besarla, su pareja si.

Mikey frunció el ceño y se molestó ligeramente al imaginarte abrazándote y besándote con alguien más, claramente a su mente llegó a un anciano con olor a perfume caro y una panza gigante.

— Tenemos que saber quién es su novio — Mikey se inclinó hacia su hermana — Tu vas a ayudarme.

— Deja a Naru en paz — Emma alzó la cuchara y golpeó la cabeza de Mikey con el cubierto — Ella se esfuerza demasiado por trabajar en la tienda y tu solo quieres ir a molestarla.

— No hace nada — Mikey sobo su cabeza con un ligero puchero en sus labios — Siempre que voy está sentada.

— Ella trabaja mucho, te aseguro lo que quieras que ahorita debe estar totalmente cansada y sufriendo por querer dormir...

Mikey solo se quedó pensando y si, tal vez después de todo tenía razón su otra hermana.

Te esforzabas mucho y en ese momento te encontrabas cansada. Y que también no debería de molestarte.

Claro, eso era lo que pensaba Mikey para ese momento.

(...)

Un pequeño jadeo salió de tu boca cuando las manos de Ran se adueñaron de tu trasero, sonrió ligeramente al notar tu reacción y pegó más su cuerpo al tuyo exigiendo calidez.

No sabias en que momento habías aceptado volver a ver a Ran, terminaron yendo a tu hogar por tu moto para ir a otro lugar lejano. Y claramente lo otro es historia.

Chocaste con la mesa del comedor causando una pequeña risa, Ran con habilidad tomó tus muslos y te alzó para te sentarás en esta. Terminaste separándote de él cuando sentiste que las cosas iban subiendo de tono cada vez.

— Solo venimos por mi moto...

— No me pude resistir — sonrió con arrogancia y su nariz rozó con tu cuello haciéndote suspirar en el acto, sus manos acariciaban tus muslos con algo de lujuria — Tu también lo querías ¿no?

Golpeaste ligeramente su hombro haciendo que se separara de tu cuello, este aun tenia la misma sonrisa en su rostro.

— Mis hermanos pueden venir — intentaste bajar de la mesa, pero el cuerpo de Ran te lo impidió por completo — Mikey puede golpearte...

— ¿No recuerdas quien soy? — llevó sus manos a un costado de tu cuerpo y se inclinó para poder susurrar en tu oído — Soy Ran Haitani.

— Si no te golpea mi hermano, te golpeare yo — tu dedo toco su frente alejándolo de tu rostro — Así que anda, déjame ir por mi moto.

— Solo porque me lo ordenas tú — se alejó elevando sus dos manos, reíste un poco y bajaste de un salto de la mesa — Pero podemos retomar esto más tarde.

— Ajá — hablaste sarcásticamente y te dirigiste hacia tu habitación para tomar las llaves — ¿Puedes esperarme un poco?

Ran solo soltó un mínimo sonido en aprobación y observo tu hogar. Era grande pero se sentía demasiado cómodo a su parecer, sus ojos llegaron a una mesa en donde había varios cuadros y se inclinó un poco mientras observaba una foto en específico, una foto familiar.

Eran cuatro, pudo identificarte de inmediato a un lado de un joven de camisa blanca, a un costado estaba Mikey y otra chica rubia. Para él era extraño, ya que los que más se parecían entre todos, era el más alto y tú.

A excepción que tus ojos eran un poco más claros y tu nariz mas respingada. Trataba de entender un poco más a fondo sobre la foto, pero definitivamente no estaba llegando a ninguna conclusión.

Reincorporó su postura cuando escuchó la puerta de tu habitación y te observo salir con una pequeña sonrisa, habías cambiado tu ropa del trabajo por alguna más cómoda.

— ¿A dónde piensas llevarme? — jugaste con la llave sobre tus dedos — Tengo que llegar antes de la cena.

— Puedo llevarte a mi apartamento — se acercó a ti de forma coqueta, pero no duro mucho ya que golpeaste su panza con el puño cerrado — O podemos ir a dar un pequeño paseo.

— Me parece bien la segunda idea.

Abriste la puerta y el más alto paso sobre ella, al verlo de espaldas, un sentimiento inexplicable entró en tu cuerpo, algo que nunca habías sentido.

No sabías a qué estaba llegando todo esto, pero te gustaba.

(...)

Rindou apretó el teléfono entre su mano cuando noto como su hermano estaba ignorando sus llamadas.

— ¿No ha contestado?

La voz demandante hizo que Rindou girara, el solo negó su cabeza y chasqueó su lengua aventando el teléfono por algún lado, le causaba furia el hecho de que Ran sabía perfectamente que tenía asuntos pendientes.

Pero prefería cambiarlos por ti.

— Después de todo, parece que los Haitani tienen su agenda muy ocupada — el rubio blanquecino se sentó en la banqueta — Está con Narumi ¿cierto?

Rindou se quedó callado cuando mencionó el nombre de una de los Sano, asintió y metió sus manos en los bolsillos.

— ¿Cómo sabes de ella? — bajo su mirada observando su rostro desde su altura, definitivamente le causó curiosidad en aquel momento — Es famosa, pero no sabía que conocías la relación que mantenían ellos dos.

— La conozco más de lo que te puedes imaginar.

El pandillero rascó ligeramente su oreja haciendo que sus aretes se movieran, soltó un ligero suspiro y no pudo evitar reír al darse cuenta de cómo se unían las cosas.

Y de lo pequeño que era el mundo.

temptation.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora