3.8

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La noche se sentía solitaria.

Sin vida.

Ran se sentía del tal forma al tener los recuerdos tan frescos en su mente, probablemente para atormentarlo más y más en ese instante.

— ¿Entonces soy solo yo?

— La única.

— ¿La única?

— Solo tengo ojos para ti, Narumi.

El joven solo quería decirle a su amada que esas palabras no fueron mentiras.

Ran paró sus pasos al darse cuenta que finalmente había llegado al hospital.

Tomó nuevamente su celular e iba a marcarle a Rindou para que algunos pandilleros vinieran a acompañarlo en caso de que algo se saliera de control, pero en cuestión de segundos se arrepintió ante su idea.

Sabía que si entraba, tenía que hacerlo solo.

Guardó el teléfono en sus bolsillos manteniendo la calma del asunto y comenzó a caminar hacia la entrada del hospital, se puso más derecho y alzó su rostro, haciendo que las primeras personas que toparon miradas con el, se sintieran intimidadas.

— Vengo a ver a una persona — la señora trago saliva a ver al joven, este recargó sus manos en la orilla de la isla y la observo fijamente — Narumi Sano.

— C-claro — la mujer comenzó a escribir en el teclado y achinó sus ojos ligeramente para leer el estado — Ella se encuentra en el quirófano ahora, puede pasar a la sala de espera con los demás familiares.

'¿Quirófano?'

Aquella seguridad que había entrado en Ran, se había ido por completo al imaginarse cientos de escenarios en ese momento.

Las cosas no iban bien.

Y tal vez, no terminarían como el quisiese.

No podía hacer nada.

Todo se había salido de sus manos desde el día en que decidió experimentar y dejarse llevar.

Experimentar lo que su corazón podía llegar a sentir.

Abrió la puerta haciendo que rápidamente las miradas fueran hacia a él. La menor de los Sano observó al joven, quien estaba demasiado sonrojado de las mejillas y algo agitado, probablemente porque había estado corriendo algunos cuantos metros.

Emma al ver a Ran de pie en ese lugar, se dio cuenta de muchas cosas y entre ellas, una que hizo que tuviera un poco de esperanza en el amor juvenil.

— ¿Haitani? — Wakasa habló de inmediato, su tono de voz sonó totalmente a la defensiva al ver al nombrado — ¿Qué mierda haces aquí?

— Vengo a ver a Narumi.

— ¿Crees que tienes el derecho? — Wakasa iba a acercarse hacia Ran, pero Benkei lo tomó del brazo para evitar un escándalo — No tienes el derecho después de todo el sufrimiento que le has hecho pasar.

'Si, lo he hecho'

'Y me arrepiento'

— Solo quiero saber cómo está ella — Ran intento mantenerse firme — Me dijeron que estaba en quirófano... solo díganme cómo está ella.

— Ella ya está muerta para ti.

Todos los presentes guardaron silencio al escuchar finalmente a Mikey, quien solo había mirado hacia el suelo desde la llegada al hospital. El joven elevó su mirada conectando con la de Haitani, haciendo que de inmediato el ambiente se sintiera como si los demás fuesen presas de ellos.

— No puedes impedir que vea a Naru — Ran hablo de inmediato, la situación comenzaba a ponerlo algo inquieto — Tengo el derecho... después de todo, se que lo tengo y haré todo lo posible por verla aunque tú me lo niegues.

— Naru... — Mikey se puso de pie haciendo que todos se pusieran alertas, a excepción de Ran, quien no se movió ni un centímetro — Ella ya no existe para ti... nunca debió existir para ti.

Emma abrió los ojos de inmediato al ver como su hermano camino con velocidad hacia Ran y su puño se estrelló contra la mejilla del contrario, haciendo que cayera al suelo debido a que no esperaba el golpe.

— ¡MIKEY!

Benkei se acercó hacia Mikey y colocó sus brazos por detrás de su espalda para tenerlo aprisionado y que no hiciera otra tontería. Wakasa se puso en medio de ellos y miró con furia a los dos jóvenes que para sus pensamientos, estaban siendo totalmente imprudentes.

Por otro lado, Ran había quedado con sus manos apoyadas en el suelo. Observaba como la sangre de su nariz caía a ese sitio, el golpe había sido fuerte, pero no lo había esquivado.

Sabía que se lo merecía.

— ¿Acaso son idiotas? — el mayor comenzó a hablar en voz alta — No hagan escándalos en estos momentos, más cuando no sabemos si Narumi sobrevivirá.

Ran abrió los ojos al escuchar a Wakasa y el sentimiento de que todo se sentía nublado a su alrededor, regresó. Las ideas que se había hecho en el momento en que supo que estabas mal, se hicieron realidad.

Nada quedaba.

— Basta — Emma intentó hablar con Ran, pero Draken la detuvo de inmediato — Deja ir a hablar con Mikey...

— ¿De verdad vas a dejar que Ran vea a Narumi?

— Yo... — la rubia bajo su mirada y tomó el brazo de Draken — Ran esta aquí por algo... y se que al decirte eso, sabes el porqué.

Draken guardó silencio analizando las palabras de Emma, la contraria se soltó del agarre de su pareja y se acercó hacia los hombres.

Emma sabía que Ran no estaba ahí por cualquier cosa.

Si realmente el joven no tuviera ningún interés por tu persona, no se hubiera presentado en el lugar ni mucho menos hacer el escándalo de hace unos segundos.

A Ran le importabas.

— Ran...

Emma iba a comenzar a hablar, pero guardó silencio al ver la acción que hizo el nombrado. Todo fue en cámara lenta para los ojos de la rubia que simplemente no se lo creyó en aquel momento.

Wakasa observó también atónito, sin creer lo que estaba sucediendo.

— Por favor, déjenme verla.

Segundos antes, Ran había inclinado su cuerpo hacia adelante, su cabeza tocó en el suelo y cerró sus ojos diciendo aquellas cuatro palabras de súplica.

Ran se había puesto de rodillas.

Se estaba humillado de todas las maneras posibles.

Draken iba a interferir rápidamente ante la situación, pero el ligero click hizo que mirara hacia arriba. El cartel rojo que decía en grande en cirugía se había apagado, finalmente Narumi había salido de la operación.

Dándose cuenta que al menos después de eso, había una pizca de esperanza.

No todo estaba perdido.

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