temptation.

3.4

'Mañana ¿huh?'

Cerraste los ojos y por arte de magia, la imagen de Ran llego a tu mente, aún recordabas a la perfección lo lindo que se veía el último día que se vieron, habían pasado días desde aquello pero facilmente se podían sentir como años.

'No quiero extrañarte, pero lo hago, pero tampoco puedo perdonarte'

Dejaste de pensar en los días y en Ran cuando escuchaste la vibración de tu teléfono, soltaste el trapo que yacía en tus manos y te acercaste hacia la mesa para tomarlo.

El nombre de Emma brillaba en la pantalla.

— ¿Emma?

— ¡Naru! — la voz de tu hermana salió con más tranquilidad — Draken ha conseguido hablar con Mikey... y creo que lo hizo recapacitar un poco.

— Mikey es un idiota.

— Naru... — cerraste los ojos imaginando a tu hermana con el ceño fruncido — Se que lo es, pero al menos ya está un poco más calmado que antes...

— ¿Dónde estas?

— Vine a la casa por un abrigo — escuchaste ruido por detrás del teléfono, como si estuviesen abriendo un closet — Mikey hará una reunión... supongo que para anunciar lo de mañana.

'El mañana aún me persigue'

— Pero hey... — la rubia nuevamente habló con una sonrisa — Mañana cumples 21 ¿qué se siente?

— Que en cada cumpleaños me hago más y más vieja de lo que quisiera — hablaste con sarcasmo, ocasionando una risa de la menor — No es tan malo, cuando crezcas me entenderás.

— ¿Yo con 21? — Emma guardó silencio un par de segundos — Espero poder casarme ya a esa edad.

— ¿Con quien? — tu tono de voz cambió a uno vacilon — ¿Con el pequeño dragón?

— ¡Naru!

— No dijiste que no — sonreíste antes los sueños que llevaba Emma en su corazón — Tal vez estés casada para esa edad.

— Basta ya — escuchaste un pequeño grito de cómo había chocado con la puerta, probablemente por el nerviosismo de la plática — Solo me pones... ¡YA!

— No estoy diciendo nada — elevaste una de tus manos tratando de no llevar la culpa — Takeomi y los chicos vendrán a traer un pastel... por si Mikey y tú también quieren venir.

— ¿El amigo de Shin? — asentiste como si ella pudiese verte — Hace tiempo que no los veo... ¿no se te hacía atractivo uno de ellos cuando eras niña?

— ¡Emma! — te sentiste avergonzada ante su repentina pregunta — No menciones eso cuando vengas.

— Era Wakasa ¿no?

— Emma — llevaste tu mano hacia tu rostro — Era una niña, así como me gustaba Kurt Cobain... es lo mismo con el, ahora es un buen amigo.

— Te creeré, aparte es grande para ti — escuchaste cómo abría la puerta y el viento se adueñaba del lugar — Te quiero Naru.