temptation.

2.7

— ¿No piensas hablar?

— ¿Tú también quieres terminar con la frente roja?

Mucho se cruzó de brazos y cerró sus ojos tratando de no hacer algo más, realmente te consideraba una persona terca e infantil para la edad que tenías.

Llevaban así más de tres horas, Sanzu se encargó de tomar tu teléfono y mandarle mensajes a tus hermanos que irías a hacer otras cosas, básicamente para no preocupar a ninguno de los dos.

Idiotas, pero inteligentes.

— El único traidor aquí eres tú — hablaste con tranquilidad sin mirar al joven — Así que no entiendo que más estás buscando, déjalos ir.

Koko, Inui y Takemichi te miraron con atención, sin poder explicarse cómo no tenías miedo a que Mucho simplemente te golpeara, porque a él no le importara de quien se tratase, si iba a llegar a los golpes, lo iba a ser sin importar quien fuese.

Inui simplemente podía pensar en Shinichiro al verte, era completamente inevitable.

Y Koko ni podía hacerlo, porque su amada llegaba a su mente de inmediato.

El ambiente estaba tenso, complicado.

— Narumi — el capitan del quinto escuadrón se puso de pie — La princesa de Zahira... ¿cómo debería llamarte.

— Jodete Mucho.

El nombrado apretó su mandíbula y se acercó hacia Inupi, lo desamarró de las cintas que apretaban sus manos y lo tomó del brazo arrastrándolo hasta ponerlo frente a ti. Parpadeaste algunas veces totalmente confundida y maldeciste en bajo ante las tonterías que estaba haciendo Mucho.

— Golpéala.

— ¿Qué? — Inupi giró a ver a Mucho, este alzó su mano hacia a ti esperando — Y-yo... no...

— Golpéala hasta que hable.

Sanzu observo la escena desde algunos metros, acomodó el cubrebocas de su rostro y bajo su mirada, probablemente dando señales que desaprobaba las acciones de Mucho, ya que al parecer se olvidaba de quien eras familia.

— ¿Por qué no me golpeas tu? — esta vez elevaste tu mirada, observándolo justo a los ojos — Eres un cobarde.

Los presentes simplemente deseaban que ya nada más saliera de tu boca, ya que solo estabas provocando y aumentando el enojo que Mucho tenía en ese momento.

— Vas a hablar — el capitán se hinco mirándote con seriedad — Tienes que confesar tu traición y después pedirle perdón a tu líder.

— Nunca traicionaría a Mikey — alejaste tu rostro del suyo, ya que estaba demasiado cerca — Así que sigue esperando a que algo salga de mi boca.

Mucho elevó su mano esperando, Sanzu entendió la orden y se acercó hacia a él entregándole un papel en su mano. El capital carraspeó un poco y abrió el papel con calma mientras se ponía de pie.

— Narumi Sano, 20 años y familiar cercano de Manjiro Sano, líder de la pandilla Tokyo Manji el cual lidera actualmente en la mayoría de las ciudades del país — el joven comenzó a hablar con calma — Se le acusa de supuesta traición al mantener pláticas con Izana Kurokawa y una supuesta relación mas allá de la amistad con Ran Haitani, al igual que con los antiguos líderes de los Black Dragons; Imaushi Wakasa, Arashi Keizo y Takeomi Akashi, amigos de su difunto hermano.

'¿Qué?'

— ¿Me estás leyendo la puta biblia o que? — tu voz salió algo sarcástica y no pudiste evitar reír ante sus palabras — Concéntrate en tu vida mejor, miserable.

Mucho se acercó hacia a ti y volteó la carta, justo para que la comenzaras a leer, pero cuando apenas ibas a empezar a hacerlo te quedaste completamente en silencio.

No por lo que decía la carta, sino porque en ese instante, reconociste la caligrafía.

Era la letra de Izana.

— Hanagaki — el capitán señaló al nombrado y Sanzu lo acercó hasta a él, colocándolo justo en otra silla frente a ti — Tu has estado en todas las reuniones ¿no?

— S-si...

— ¿Puedes decirle a esa zorra? — Mucho te señalo mientas hablaba con Takemichi — ¿Quienes son los reyes celestiales de Tenjiku?

— Kakucho... Mochizuki... — el rubio no podía verte a los ojos después de escuchar lo que decía en el papel — Y los Haitani.

— ¿Que significa eso Hanagaki?

— Traición a la ToMan.

Takemichi elevó su mirada nuevamente, conectando con tus ojos suplicantes, los cuales de alguna manera intentaban decirle que le dijera que todo era una mentira, que nada de lo que estaba saliendo de su boca no era verdad.

Pero no era así.

Los ojos de Takemichi demostraban sinceridad.

Tu garganta comenzó a picar y por inercia bajaste tu mirada, intentando asimilar lo que estaba ocurriendo en ese momento. Si simplemente estabas aturdida por el golpe o era una pesadilla.

'No es una pesadilla'

— Ran Haitani está con Tenjiku, la pandilla contraria... por ende, Narumi Sano es considerada como traidora y probablemente, mensajera de Izana Kurokawa.

Al escuchar a Mucho, algo nació dentro de tu pecho. Un sentimiento de que algo fallaba, algo que inundaba por completo en tu cuerpo y lo envolvía en una sensación entre la tristeza y la desesperación. Pequeñas fisuras se llenaban dentro de ti, nadie las veía pero tú podías sentirlas a la perfección.

Más conocido, como un vacío en el corazón.

Un corazón roto.

— No lo sabías... ¿cierto? — Takemichi bajo su mirada intentando conectar con la tuya, iba a volver a hablar pero se quedó en silencio al notar tus ojos, los cuales se encontraban perdidos — N-naru...

— Los miembros de la ToMan son como piezas de ajedrez — Mucho volvió a hablar — Narumi era una de las piezas más débiles, fáciles de manipular y esa fue la jugada perfecta para Haitani.

'Soy débil'

'Soy una tonta'

'El solo me uso'

'Esta junto Izana'

'Todo fue una mentira'

'¿Por qué?'

'Ran'

— ¿Lo ven? — Mucho te señalo nuevamente — Esta es la persona que iba a liderar a los Black Dragons, la persona que se rompe simplemente por un hombre que solo la uso para su beneficio.

— Cállate — todos miraron a Takemichi, quien había hablado en alto ante las cosas que Mucho estaba diciendo de ti — No voy a dejar que hables mal de la hermana de Mikey... ella no sabía nada sobre Tenjiku... ni de Ran.

El silencio inundó el lugar, después de sobrepensar las cosas, Mucho decidió en sacarte junto con Takemichi e Inupi. Koko se quedaría debido a qué pasó automáticamente a ser un miembro de Tenjiku.

Todo era una mierda.

Sanzu te tomó por detrás y te obligó a caminar por los pasillos de la bodega, podías escuchar a lo lejos los gritos de Inui hacia Koko, quien le reclamaba porque no se quedara en ese lugar junto con Mucho.

Todo se sentía tan lejano y vacío.

La traición había inundando tu corazón por completo.