Capítulo 59

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Capítulo 59:

-¡Estoy cansada de ti, Abel! ¡Estoy cansada de que me mientas, de que me engañes! ¡Y de ti, Paola, me cansé en cuanto supe tu nombre! –Corrí hacia donde estaban ellos y tiré del cabello a Paola. Los mellis comenzaron a llorar debido a mis gritos, no pude controlarme. Abel corrió hacia ellos para tratar de hacerlos callar. -¿Qué haces, loca? –Dijo Paola, quién me golpeó en el rostro. Instantáneamente coloqué mi mano en mi mejilla para comprobar que no estuviese sangrando. No lo dudé un segundo, y la cacheteé. -¡Al menos espera a que yo no esté para coquetear con el padre de mis hijos, zorra! –Ambas comenzamos a tirarnos del cabello. -No tienes por qué enojarte, mami. –Me soltó y yo la solté. –Te dije que aún no sabías a quién elegiría. ¡Suerte para la próxima! ¡Seguro seré mejor madre que tú! –Me provocaba y yo ya no tenía ganas de controlarme, estaba cansada de todo esto. -¿Mejor madre que yo? ¡No me hagas reír, ingenua! ¡No me llegas ni a los talones! –La volví a cachetear. Y luego volvimos a quedar prendidas por nuestros cabellos. -¡Basta! ¡Estoy cansado de sus niñerías! ¡Sólo hacen algo conmigo para que la otra la vea! –Dijo Abel y nos separó. -¿Cuándo harán algo realmente por mí? ¡Tengo seguidoras que me respetan más que ustedes! -¡Ahora me incluyes en todo lo que ella te hace! ¿Debo aceptártelo, Abel? -¡Estás comportándote como ella, Samantha! -¡Pero, bebé, dile que me amas a mí! –Dijo Paola. -¡Basta! ¡Me están volviendo loco! –Nos quedamos calladas, sólo se escuchaba el llanto de mis hijos, corrí hacia el cochecito e intenté hacerlos callar. –Samantha, haz que se callen porque ya no resisto más ruido. -Eso estoy intentando, y no me digas qué hacer. ¡Ocúpate de tu amante! –Alcé a los bebés y me quedé en el sillón con ellos. Ya estaban más calmados porque ya no escuchaban gritos. -¡Gracias! Tú y yo hablaremos luego. –Dejó de hablarme. -Debes entender que por ti ya no siento nada. Me mentiste muchas veces, pensé que realmente me querías… -Ella estaba mirándolo atentamente, escuchando lo que él le decía. Yo sólo tenía ganas de huir. No sabía por qué debía yo estar escuchando su discurso de desamor hacia ella. –Hazme el favor, vete, y ya no regreses. Ahora tengo una familia que cuidar y respetar. ¡Ya no me busques, por favor! -Pero, mi amor… -Se quedó callada, mirándolo a los ojos. -¡Estoy embarazada! –La miré fijamente, ¿qué escuchaban mis oídos? -¡Paola, por el amor de dios, deja ya de mentirme! ¡Esta obsesión te va a matar! ¡Para ya! –Dijo él agarrándose la cabeza, estaba cansado. Caminó hacia la puerta del camarín y la abrió. -¡Yo amo a Samantha, debes entenderlo! Por favor, vete…

Ella salió sin decir más nada y él cerró la puerta, caminó hacia mí y se quedó mirándome.

-Gracias por rebajarme a la altura de ella… -Dije mientras dejaba a los bebés en el coche, ya estaban dormidos. -Tú sola lo hiciste, Samantha. -No querido, no. ¿Quieres decirme cuándo te mentí para mantenerte a mi lado? Dime, porque yo no recuerdo, es más, jamás se me pasó por la cabeza hacerlo. Si lo hubiese hecho, tú no habrías acabado con nuestra relación. -Tú te rebajaste a su altura en el momento en que la agrediste… -¿Y qué querías? ¡Que me quedara de brazos cruzados viendo cómo ella te besaba prendida a tus pantalones y que tú no hacías nada para sacártela de encima! ¿Eso querías? -No, Samantha. Pero esa no era la forma. Hiciste mal las cosas… -Ah, bien… ¡Perfecto! ¿Estás preparado para hablar de quién hizo peor las cosas? –Él se quedó mirándome pero no respondió. –Olvídalo, Abel. Esto jamás funcionará, somos agua y aceite. –Tomé el coche de mis hijos y me dirigí a la puerta. Tenía tantas ganas de llorar pero no quería darle el lujo de verme así. -¿A dónde vas? –Preguntó con voz ronca y dolida. -Al hotel. Iré a dormir, nos vemos mañana. –Salí en busca de mi madre para regresar al hotel.

No conseguía entender por qué nuestras vidas habían cambiado tanto, por qué nos mirábamos a los ojos y éramos dos personas tan diferentes a lo que habíamos sido. ¿Qué era lo que realmente nos había hecho tanto daño para ya no poder sentirnos cómodos estando el uno con el otro?

Sin Luz Propia.Where stories live. Discover now