Capítulo 6:
El lugar de la fiesta era hermoso. Era a orillas de un río, todo muy bien decorado, con velas por doquier, y jazmines en todos lados. Era una noche soñada para Natasha. Al comenzar la fiesta, Abel cantó Alelí.
-Es mi canción favorita. –Dijo Natasha. -Lo sé, Abel me contó. Y por eso la está cantando en este momento, para ti. –Dije, sin mencionar que la cantaba por mí también. –Él me ha hablado mucho de ti hoy. -¿Lo dices enserio? –Preguntó emocionada a lo que yo asentí con la cabeza y continué escuchando al flaco.
En un momento, Ariel recibió un llamado y le hizo una seña a Abel. La noche parecía comenzar a ser arruinada con un fuerte viento que empezaba a correr. Por lo que Abel decidió adelantar el motivo de la velada.
Natasha andaba de acá para allá. Se acercó hacia mi para preguntarme si necesitaba algo. El hecho de que le hubiera dicho que su novio había hablado de ella le había ablandado el corazón.
De pronto, las velas se apagaron, quedó todo a oscuras. Se sintieron fuertes truenos, lo único que iluminaba el lugar eran los enormes relámpagos. Se escuchó otro espantoso ruido y algo me golpeó.
De repente, me sentía mojada, sumergida en el río y éste me arrastraba. Había demasiada agua allí. Comencé a escuchar gritos, que se apagaban lentamente.
1… 2… 3… ¡Respira por favor! –Gritaba Abel desesperado. Desperté y escupí agua, ahogada. –Mi amor, estás aquí. –Dijo mientras me abrazó muy fuerte. –Pensé que te perdería mi vida. -Abel, Natasha no reacciona, no reacciona. –Gritaba alguien. En un instante llegaron dos ambulancias para socorrernos a Natasha y a mí. Los paramédicos me inyectaron algo y caí en un sueño profundo.
